Pegada de campeón

El Bayern golea como quiere a un Atlético muy atrevido en la alineación y en el juego, pero que paga caros sus errores en defensa y frente a Neuer

Coman marca su cuarto gol del partido contra el Atlético de Madrid este miércoles en el Allianz Arena.ANDREAS GEBERT (AFP)

Como y cuando quiso, el Bayern le propinó una paliza al Atlético. Cuatro goles que manifestaron la brutal pegada que luce el campeón. Castigó cada error visitante en el primer acto para poner distancia en el marcador y remató la faena en el segundo con dos golazos. El último de Coman, más disparado y con la cintura más suelta tras su gol en la final de Lisboa. Trippier no lo olvidará en mucho tiempo.

Mientras los ataques del equipo de Simeone generaron algunos arañazos, los del Bayern de Hans Flick fueron mandobles incontestables. Fue atrevido el Atlético queriéndole mirar a la cara a u...

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Como y cuando quiso, el Bayern le propinó una paliza al Atlético. Cuatro goles que manifestaron la brutal pegada que luce el campeón. Castigó cada error visitante en el primer acto para poner distancia en el marcador y remató la faena en el segundo con dos golazos. El último de Coman, más disparado y con la cintura más suelta tras su gol en la final de Lisboa. Trippier no lo olvidará en mucho tiempo.

El técnico del Atlético de Madrid, Diego Simeone, durante el partido contra el Bayern este miércoles. En vídeo, sus declaraciones en la rueda de prensa después del partido. Vídeo: ANDREAS GEBERT / ATLAS

Mientras los ataques del equipo de Simeone generaron algunos arañazos, los del Bayern de Hans Flick fueron mandobles incontestables. Fue atrevido el Atlético queriéndole mirar a la cara a un rival tan bien armado y que juega tan convencido que no muta ni cuando se siente amenazado. Juega el Bayern con una superioridad insultante, seguro de que cuando pisa el acelerador su infinidad de recursos le deparará la victoria. El Atlético lo comprobó.

Para pasar la prueba de esa presión alta y del voraz ataque que caracterizan al campeón, Simeone se desvistió como nunca. Montó una alineación con dos laterales ofensivos y un centro del campo sin un mediocentro puro de contención. Koke y Herrera a los mandos y Carrasco y Llorente en los costados. Este último, en realidad, fue contratado como pivote, pero su entrenador dejó de confiar muy pronto en él para esa posición. Arriba, João Félix y Luis Suárez como colofón de ese desmadre ofensivo tan inusual en el Cholo. Una paradoja de once mirando a lo que había enfrente. Contra el equipo más temido por su plan ofensivo, Simeone quizá se descamisó el día menos indicado. Es complicado pensar en una alineación más ofensiva.

La salida del Atlético correspondió a ese once tan atrevido. A un centro de Lodi tras una buena combinación de derecha a izquierda no llegó por centímetros Luis Suárez. Sacudido y avisado, el Bayern respondió rápido. Coman dejó a Trippier bailando como una peonza y a su centro pasado acudió Lewandowski para cazarlo en el aire y cruzarlo con el interior. Esa jugada marcó el primer encogimiento del Atlético. El Bayern, entregado a la batuta de Kimmich, instauró ese dominio en campo contrario desde el que apabulla con infinidad de recursos. Puede hacerlo desde arcaicos centros laterales como con sofisticados movimientos de arrastre que propician circulaciones muy dañinas. Un saque de esquina peinado en el primer palo por Müller lo estrelló en el palo Sule.

Ataques de vértigo

De ese gobierno del Bayern se apreció que el equipo diseñado por Simeone estaba más preparado para jugar en campo contrario que para hundirse en su área para aguantar el torrente de embestidas que empezaba a recibir. Entre Carrasco y João Félix estiraron al Atlético con un par de paredes que no encontraron una finalización aguda para inquietar a Neuer. Sucedió que cuando menos intimidado y más suelto se encontraban los futbolistas de Simeone, dos errores consecutivos le costaron el primer gol. Primero fue Felipe con una mala entrega. Después, con la pelota dividida, Kimmich le enseñó a João Félix cómo se va al suelo para barrer. La recuperación la convirtió el excelso mediocentro alemán en un pase cruzado a la espalda de Trippier. Y por allí apareció Coman para dormir el balón con el control y ejecutar a Oblak con un toque suave y esquinado. Un gol de equipo campeón que no perdona una migaja que le concedan. Una acción que desesperó a Simeone.

Lo mismo que la pérdida de Herrera que destapó otra de las virtudes de este Bayern arrollador, las transiciones meteóricas que monta tras recuperar la pelota. Un mal pase atrás, que emborronó la buena actuación del mexicano, disparó a Coman, que había pillado a Trippier iniciando su despliegue. El centro atrás del extremo destapó el aluvión de camisetas rojas en los que se convierte el área rival en esos ataques furiosos y vertiginosos. Goretzka fue el que estampó la pelota en las redes de Oblak con un violento golpeo. No es habitual ver al equipo de Simeone encajar dos goles antes del descanso, pero enfrente tenía a uno de los conjuntos que menos perdona las concesiones.

El inicio del segundo tiempo fue una copia del primero. Salió el Atlético pintón y João Félix embocó en la portería de Neuer un rechace que fue anulado por fuera de juego.

Carrasco, tras una buena conducción por el medio de João Félix, perdió el gol por acomodarse el disparo más de la cuenta. Perdonó el belga y al poco Tolisso castigó a Oblak con un misilazo desde 20 metros que limpió la escuadra. Inalcanzable ya, el partido se cerró con el último baile de Coman. Un doble recorte a Felipe y un golpeo finísimo cruzado que venció a Oblak por cuarta vez.


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