El Liverpool choca contra Pickford y el VAR
Las paradas del portero del Everton y un gol anulado por el videoarbitraje frenan al campeón, que sufrió en defensa tras la lesión de Van Dijk en el arranque del derby del Mersey
No se sabe si el Liverpool chocó contra Pickford o si Pickford chocó contra el Liverpool en Goodison Park. Lo cierto es que el portero del Everton salvó a su equipo en el derby del Mersey. Y donde no llegaron los guantes del portero inglés llegaron los árbitros del VAR, que anularon un gol de Henderson en el minuto 93 por un fuera de juego señalado a Mané por milímetros.
Fue decisivo Pickford en una batería de paradas a tiros de Mané, Salah, Alexander-Arnold, Henderson y Matip, algunos a quemarropa. Y fue decisivo porque lesionó a Virgil van Dijk, el pilar de la defensa del Liverpool, e...
No se sabe si el Liverpool chocó contra Pickford o si Pickford chocó contra el Liverpool en Goodison Park. Lo cierto es que el portero del Everton salvó a su equipo en el derby del Mersey. Y donde no llegaron los guantes del portero inglés llegaron los árbitros del VAR, que anularon un gol de Henderson en el minuto 93 por un fuera de juego señalado a Mané por milímetros.
Fue decisivo Pickford en una batería de paradas a tiros de Mané, Salah, Alexander-Arnold, Henderson y Matip, algunos a quemarropa. Y fue decisivo porque lesionó a Virgil van Dijk, el pilar de la defensa del Liverpool, en una entrada terrorífica que pudo partirle la pierna a su oponente cuando se dirimía una acción a balón parado. Sin Van Dijk desde el minuto diez, el Everton remontó el 0-1 de Mané tras poner a los visitantes a prueba en el juego aéreo.
Ahí donde Van Dijk se convierte en un defensa prácticamente infranqueable, en la lucha por los despejes frente a los tres palos, sus reemplazantes flaquearon. Joe Gómez, Fabinho y Matip resultaron tímidos.
Probablemente Sadio Mané sea el mejor extremo de Europa de la última década. El manejo del juego en todas sus dimensiones es su gran don. Cuando se lo propone, es un interior extraordinario. Si reserva sus energías para atacar los espacios, resulta un nueve imbatible. Fue esa agresividad en el desmarque y ese remate al primer toque lo que le brindó la ventaja al Liverpool a los tres minutos del partido cuando Robertson centró y él clavó el tiro en el ángulo de la escuadra.
Si el duelo se emparejó fue a partir de situaciones accidentales. La más inesperada de todas fue la lesión de Van Dijk. Sucedió a la salida de un córner. Pickford basculó hacia su segundo palo para tapar al central cuando se disponía a rematar y, en el calor de la acción, resolvió que mejor que emplear las manos iría con los tacos por delante. La pierna derecha de Van Dijk aguantó el golpe. No hubo fractura, pero la rodilla giró en sentido antinatural. La sustitución del holandés por Joe Gómez debilitó al Liverpool de forma evidente. No habían transcurrido diez minutos cuando Keane se elevó por encima del melancólico Fabinho para cabecear un córner de James (1-1).
Ancelotti convenció a sus jugadores de que la vía más sencilla sería la más dañina. El Everton intentó desconectar al Liverpool bombeando balones para dividir a base de lucha cuerpo a cuerpo y empleando a James a modo de bisturí en los pases a la espalda de Robertson y Alexander-Arnold. Por ahí entraron Coleman y Digne, o Richarlison, siempre con la meta del centro a Calvert-Lewin.
Factores aleatorios
Las herramientas del Everton fueron suficientes para doblegar al Liverpool en circunstancias condicionadas por los factores más aleatorios del fútbol. El juego puro y duro, el control del balón, las progresiones profundas, la precisión de los pases y los remates (22 contra 11) dictaminaron que el Liverpool fue el dominador. Thiago y Fabinho se entendieron como si llevasen años conviviendo, Salah se mostró más generoso que nunca en sus apoyos al mediocampo, y Firmino acabó por ofrecer un abanico de salidas que el mediocampo del Everton jamás logró bloquear. Solo Pickford evitaba una derrota abultada cuando en el minuto 80 James habilitó a Digne por la banda izquierda, al hueco que dejaba Alexander-Arnold. El centro fue cabeceado por Dominic Calvert-Lewin, que le ganó la posición a Robertson sin que Joe Gómez reaccionara a tiempo. El punta inglés ya es el máximo anotador de las grandes ligas europeas con siete goles.
Aprovechando la ausencia de Van Dijk, el Everton explotó su especialidad. Con dos cabezazos selló el 2-2 definitivo en acciones esporádicas frente a un rival mucho más dominante en casi todos los terrenos. El gol anulado a Henderson por milímetros, confirmó que el Liverpool, tras el 7-2 en Villa Park, atraviesa una época de mala fortuna como quien no acierta en los dados. Futbolísticamente, el equipo parece entero. El Everton sigue sin ganarle al Liverpool desde hace más de una década. Pero el resultado afirma al Everton en el liderato con 13 puntos, tres más que el Liverpool que le sigue en segunda posición pero amenazado a un punto de distancia por el Aston Villa, el Leicester y el Arsenal.