El gran día de Roberto Carballés

El granadino resiste a un frenético pulso de cinco horas contra Shapovalov (7-5, 6-7(5), 6-3, 3-6 y 8-6) y accede por primera vez a la tercera ronda, como Badosa. Bautista y Carreño se jugarán los octavos

Carballés celebra su victoria contra Shapovalov en la Suzanne Lenglen de París.AFP7 vía Europa Press (Europa Press)

Roberto Carballés toma asiento con gusto. Sonríe de oreja a oreja a media tarde pese a que lleve un buen palizón en el cuerpo después de haber competido a un ritmo frenético contra Denis Shapovalov, al que ha derrotado tras cinco horas exactas, por 7-5, 6-7(5), 6-3, 3-6 y 8-6. Está feliz y afronta cada pregunta de los periodistas con deseo porque, al fin y al cabo, a sus 27 años, acaba de vivir su gran día como tenista. De golpe, el granadino ha logrado su primera victoria contra un cabeza de serie, la prim...

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Roberto Carballés toma asiento con gusto. Sonríe de oreja a oreja a media tarde pese a que lleve un buen palizón en el cuerpo después de haber competido a un ritmo frenético contra Denis Shapovalov, al que ha derrotado tras cinco horas exactas, por 7-5, 6-7(5), 6-3, 3-6 y 8-6. Está feliz y afronta cada pregunta de los periodistas con deseo porque, al fin y al cabo, a sus 27 años, acaba de vivir su gran día como tenista. De golpe, el granadino ha logrado su primera victoria contra un cabeza de serie, la primera a cinco sets y debutará, por tanto, en la tercera ronda de un Grand Slam, contra Grigor Dimitrov.

“Aproveché la cuarentena para hacer algunos cambios físicos y la verdad es que estoy muy contento. He llegado al final con dolores en las piernas porque han sido muchos rallies, pero creo que he aguantado muy bien”, explica este jugador que hasta la fecha solo había ganado tres partidos en los grandes: dos en Nueva York (2018 y 2020) y otro en París (2019). “Shapovalov es muy agresivo y aún así he conseguido aguantar muy bien”, valora después de toda la tensión, habiendo contenido la revolucionada propuesta del canadiense, que sirvió para ganar con 5-4 y 6-5 en el set definitivo.

Nacido en Tenerife, pero considerado granadino, accedió al circuito de la ATP en 2011 y admiró siempre el espíritu irreductible de David Ferrer. Mide 1,80 y pesa 77 kilos, tiene un trofeo en su expediente (Quito 2018, de categoría 250) y ascendió a su mejor ranking (72) en febrero de 2018 y junio de 2019. “Estoy todavía asimilándolo. Cuando terminas el partido te salen todos los nervios y te da el bajón, pero es la primera vez que llego a la tercera ronda y además, este es el torneo que preparo con mayor ilusión”, cuenta.

“Fuera de la pista soy un chico tranquilo, con una vida tranquila, y dentro trato de controlar el demonio que viene de vez en cuando y a veces te supera… Me gusta luchar cada punto hasta el final”, se describe. “De jovencito empecé en pista rápida, pero cuando me fui a entrenar a Barcelona me especialicé en tierra batida. Llevo varios años entre el 100 y el 180, y tengo que seguir peleando. Este partido ha sido muy bueno y debe abrirme los ojos para pensar que no estoy haciendo mal las cosas y que estoy ahí”, añade.

“Tiene un nivel más alto del que dice su ranking, sobre todo en esta superficie”, le elogia Pablo Carreño, con el que ha compartido muchos momentos juntos y que también accedió a la siguiente fase al vencer a Guido Pella por 6-3, 6-2 y 6-1. Chocará con Roberto Bautista, que venció a Attila Balazs (6-3, 6-1 y 6-2). Cayeron Albert Ramos (7-6(2), 6-3 y 7-5 con Fucsovics) y Alejandro Davidovich (7-5, 6-1, 3-6 y 6-1 para Andrey Rublev), y el día también dejó otra buena noticia con la progresión de Paula Badosa. La catalana, de 22 años, se impuso a Sloane Stephens por 6-4, 4-6 y 6-2 y se enfrentará a Jelena Ostapenko, campeona de Roland Garros en 2017.

“Estoy muy feliz. Todos me decían que debía creer en mí, pero nunca llegaba a ganar estos partidos”, afirmó. “Mi mentalidad cambia. Quieras o no este tipo de victorias te dan más confianza, crees más en ti, porque antes me lo decían, que yo podía ganar esos partidos, y no los ganaba porque no me lo creía. Necesitaba un cambio [relevó a hace poco más de un mes a Xavi Budó y sentó a Javier Martí en su banquillo], el de ahora me ayuda mucho, sabe cómo llevarme, me dice que juegue mi tenis sin importarme quien tengo delante”, cerró.

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