Abrines postula al Barça en Europa

El alero mallorquín, junto a Mirotic y Davies, impulsa el triunfo azulgrana ante el CSKA (76-66)

Abrines lanza, ante Shengelia, en el partido Barça-CSKA.AFP7 vía Europa Press (Europa Press)

El Barça festejó el regreso de La Euroliga, seis meses y medio después de que el torneo echara el cierre a causa de la pandemia, con una trabajada victoria ante el CSKA. Abrines, Mirotic y Davies formaron un trío demoledor para el cuadro moscovita. El equipo azulgrana se gripó tras un primer tiempo muy solvente pero recuperó el mando en el tramo final con una autoridad acorde a lo muchísimo que se espera de Saras Jasikevicius desde el ...

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El Barça festejó el regreso de La Euroliga, seis meses y medio después de que el torneo echara el cierre a causa de la pandemia, con una trabajada victoria ante el CSKA. Abrines, Mirotic y Davies formaron un trío demoledor para el cuadro moscovita. El equipo azulgrana se gripó tras un primer tiempo muy solvente pero recuperó el mando en el tramo final con una autoridad acorde a lo muchísimo que se espera de Saras Jasikevicius desde el cuadro de mandos y al refuerzo de Calathes, que se une a Heurtel como generador del juego de los suyos.

Con Higgins ya recuperado y con un mínimo rodaje después de haber sido operado en julio de una fascitis plantar, Jasikevicius empezó a cuadrar el equipo y a plasmar la idea que se trae entre manos. El entrenador lituano desea que los tornillos se aprieten al máximo en defensa, con ayudas constantes, dos contra uno ocasionales, presión alta, a menudo ya desde la cancha rival. Fue esa la dinámica que propició una sucesión de acciones que propulsaron al Barça, por ejemplo, cuatro robos de balón de Mirotic en el primer tiempo, dos faltas personales de Mike James en apenas siete minutos, lo que comprometía la labor del cerebro y mano ejecutora del equipo moscovita. Al pívot le sucedió lo mismo que al base y Voigtmann delató la deficiente y confusa entrada en acción de su equipo al cometer muy pronto su tercera falta. Provocó la reacción airada de Dimitris Iotudis, especialmente molesto porque no podía contar con una de sus mejores bazas, el pívot serbio Nikola Milutinov. El entrenador griego acertó a rectificar. Exigió más agresividad y verticalidad ofensiva a su equipo, y menos triples, dado lo fallones que estuvieron desde la máxima distancia.

Los alardes de todo tipo de Mirotic y Davies, alimentaron el marcador y la renta azulgrana llegó a ser de 14 puntos (49-35). Pero el Barça cayó a plomo. Su ataque se secó durante casi seis minutos en los que solo su defensa evitó un correctivo más contundente. Con un parcial de 2-11 y Mike James y Toko Shengelia en fase expansiva, el CSKA llegó a disponer de un tiro para empatar cuando faltaban siete minutos para el final. Con 57-55, Voigtmann falló. Jasikevicius devolvió a la cancha a Calathes Higgins y Davies.

Fue Álex Abrines, sin embargo, quien tomó la batuta. El alero mallorquín ha recuperado sus mejores sensaciones y esta temporada está rindiendo como en sus mejores momentos. Se ha ganado a pulso la confianza de Jasikevicius y de sus compañeros, que le buscan y le encuentran. Abrines, por el motivo que fuera, se limitó durante mucho tiempo, especialmente durante su etapa en la NBA con Oklahoma City, a buscar las esquinas para lanzar triples cuando le servían el balón. Una labor de especialista muy apreciada. Pero su repertorio es ahora mucho más amplio, empezando por la defensa, por su agresividad en los marcajes individuales, sobre Kurbanov o Clyburn ante el CSKA. Y también para definir desde otras posiciones, con su probada capacidad para penetrar y finalizar o doblar el balón.

El Barça recuperó el mando y las buenas vibraciones de su juego. La producción del triángulo formado por Davies, Mirotic y Abrines fue determinante, con 18 puntos del pívot estadounidense; 17 puntos y 7 rebotes del ala pívot montenegrino; y 13 puntos, 8 rebotes y 3 asistencias del alero español. Higgins, con 8 puntos y 4 asistencias, y Calathes, con 7 puntos y otras tantas asistencias completaron la producción. El Barça volvió a abrir brecha en el marcador, 73-60 a dos minutos para el final, y selló su primer triunfo que hace olvidar lo que sucedió la última vez que el CSKA visitó el Palau, donde ganó por 65-95.

El Barça se quedó con las ganas la pasada Euroliga. La competición se canceló cuando el equipo que entonces dirigía Svetislav Pesic llevaba nueve victorias consecutivas y se codeaba con el Real Madrid en la persecución del poderoso Anadolu Efes de Shane Larkin. Abortada entonces la competición, el CSKA continúa ostentando la condición de campeón que ganó en 2019. Pero el Barça vuelve a postularse como candidato en una temporada atípica como lo fue el partido sin público en el Palau.

Barça, 76; CSKA, 66

Barça: Calathes (7), Abrines (13), Higgins (8), Oriola (0) y Mirotic (17) —quinteto inicial—; Heurtel (4), Bolmaro (-), Hanga (7), Davies (18), Smits (2), Claver (0) y Pustovyi (-).

CSKA: James (13), Ukhov (3), Kurbanov (0), Shengelia (15) y Voigtmann (2) —quinteto inicial—; Bolomboy (6), Khomenko (-), Hilliard (8), Hackett (11), Antonov (-), Clyburn (8) y Lopatin (-).

Parciales: 24-14, 17-19, 14-15 y 21-18.

Árbitros: Christodoulou (GRE), Davor (ESL) y Rossi (ITA). Eliminado Hilliard en el CSKA por cinco faltas.

Primera jornada de la Euroliga. Palau Blaugrana. A puerta cerrada.



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