Merino se viste de Silva y la Real Sociedad golea al Elche

El navarro, con dos asistencias, lidera la victoria coral de la Real ante un prosaico equipo ilicitano

Los jugadores de la Real Sociedad celebran el gol de Portu este sábado ante el Elche.RAMÓN (EFE)

Hay equipos que asumen su roles cuando se encuentran en un terreno de juego, lo cual ya resulta una ventaja. El Elche, en su retorno a la máxima categoría, admitió su inferioridad ante la Real, que se adjudicó su papel de favorito de principio a fin, con ritmo y cadencia, con David Silva titular en LaLiga diez años después, con Merino disfrazado del chino repartiendo asistencias. Con poco que decir el Elche, prosaico en sus formas, se vio superado ante el buen hacer de los de San Sebastián, que sometieron a los ilicitanos y maduraron la victoria, con tres goles en la segunda mitad por e...

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Hay equipos que asumen su roles cuando se encuentran en un terreno de juego, lo cual ya resulta una ventaja. El Elche, en su retorno a la máxima categoría, admitió su inferioridad ante la Real, que se adjudicó su papel de favorito de principio a fin, con ritmo y cadencia, con David Silva titular en LaLiga diez años después, con Merino disfrazado del chino repartiendo asistencias. Con poco que decir el Elche, prosaico en sus formas, se vio superado ante el buen hacer de los de San Sebastián, que sometieron a los ilicitanos y maduraron la victoria, con tres goles en la segunda mitad por el acierto de Portu, de Januzaj de penalti y de Roberto López al final, con un Merino iluminado. La victoria de la Real resultó coral. Hasta Remiro intervino con dos grandes paradas en las dos únicas acciones ofensivas del Elche, que ya sabe el nivel que se va a encontrar en su regreso a LaLiga.

Las derrotas también se pueden entender por el contexto del novato. Pacheta ascendió al Elche de Segunda B a Primera y el club regresó a la élite cinco años después. Su propietario, el argentino Christian Bragarnik, concedió el honor de dirigirlo a su compatriota Jorge Almirón, ubicado en la grada en su estreno cómo técnico franjiverde, a la espera de que la UEFA valide su licencia para poder ejercer de entrenador en LaLiga y de que lleguen al Martínez Valero futbolistas de nivel.

El Elche dispuso una puesta en escena conservadora, con una línea de cinco defensas, cediendo el espacio y el esférico consciente de la calidad de la Real, un equipo hecho, dinámico y dulce, con futbolistas de buen pie, con Oyarzabal, Merino y David Silva por bandera. Resistir y contragolpear era el propósito ante el grupo de Imanol, ambicioso desde el inicio y que acorraló a los ilicitanos, a los que les costaba pisar campo contrario.

Acumulaba defensores el Elche en torno a Edgar Badía y la Real encontraba resquicios en el muro franjiverde a través de la pluma y el compás de David Silva, filtrando pases milimétricos, ubicado el canario en la mediapunta, donde más disfruta y luce. La presión adelantada txuri-urdin provocaba errores en la salida del juego del conjunto alicantino. Tardó el Elche en asomarse al área rival y a punto estuvo de cazar el gol tras un despiste de Aihen, que se dejó comer el terreno por Josan y que solucionó Remiro.

A la media hora, Cifuentes tuvo que abandonar el partido por una lesión muscular. Entró Nino por el carrilero, sin cambiar el dibujo por ello Almirón. Se sostuvo de pie el Elche en el primer acto, cuestión no baladí ante una Real sin puntería frente a Edgar Badía.

Para la Real era una cuestión de paciencia y tacto, cualidades de David Silva, que seguía aclarando el panorama con su pausa. En una apertura del excitizen, Gorosabel puso un centro tenso que remató de cabeza Merino, pero Edgar Badía evitó el gol. Un instante después, Merino se vistió de Silva para atender el desmarque de Portu, que acertó ante los tres palos cruzando el esférico ante Badía.

No se desarmó el Elche con la desventaja. Y pudo empatar en una ocasión idílica de Pere Milla, que se encontró con una asistencia perfecta de Nino. Se lo negó Remiro con una mano milagrosa. Con el susto, Imanol se propuso mantener la intensidad alta en el juego e introdujo a Barrenetxea, Bautista y Januzaj. Y poco después el atacante belga se fabricó un penalti en un tropiezo con Luismi. El mismo Januzaj se encargó de ejecutar la pena máxima y Roberto López puso la puntilla final al Elche, que ya ha comprobado lo que le espera en Primera.

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