La televisión y el Tour
En 1952, la prueba francesa entró en los hogares con resúmenes de las etapas filmadas en celuloide
Gilbert Larriaga nació en París en 1924. Cuando tenía 17 años, su padre le regaló una cámara de cine. La II Guerra Mundial ya había comenzado y, todavía adolescente, se dedicó a filmar de manera clandestina los cambios de guardia del Ejército alemán en los Campos Elíseos. Después se desplazó a Normandía. Allí filmó parte del desembarco aliado y fue detenido por los alemanes, que le condenaron a muerte por espía, aunque no pudieron ejecutarlo, ya que fue liberado por las tropas británicas. Regresó a París y grabó la liberación de la capital y el descenso en los Campos Elíseos del general De Gau...
Gilbert Larriaga nació en París en 1924. Cuando tenía 17 años, su padre le regaló una cámara de cine. La II Guerra Mundial ya había comenzado y, todavía adolescente, se dedicó a filmar de manera clandestina los cambios de guardia del Ejército alemán en los Campos Elíseos. Después se desplazó a Normandía. Allí filmó parte del desembarco aliado y fue detenido por los alemanes, que le condenaron a muerte por espía, aunque no pudieron ejecutarlo, ya que fue liberado por las tropas británicas. Regresó a París y grabó la liberación de la capital y el descenso en los Campos Elíseos del general De Gaulle. El líder francés pidió expresamente a Larriaga. Después se dedicó al periodismo, como reportero en el conflicto del Canal de Suez, o en la coronación de Isabel II en Londres.
Y también al Tour. Amaba el ciclismo. Todo comenzó en 1952 por iniciativa de Pierre Sabbagh, que se convirtió en reportero para buscar a su madre, condenada a trabajos forzados en un campo de concentración alemán. Desde 1953, Larriaga se incorporó al equipo, y desde el control central de RTF (Radiodifusión-Televisión Francesa) realizó los primeros programas sobre el Tour en la televisión francesa, que montó un operativo por el que se filmaban las etapas desde una moto, con una cámara de 16 milímetros. Al acabar cada una de ellas se enviaban a París por tren, se revelaban, montaban y se ofrecían en el informativo a mediodía del día siguiente. Fue la primera incursión televisiva en el ciclismo.
Larriaga fue uno de los pioneros, junto con Henri Persin, el cámara que grababa desde la motocicleta, y que después se convertiría en director de fotografía en innumerables películas que saltaron a la gran pantalla. Recibió el Globo de Oro por El día más largo, una de las superproducciones sobre el desembarco de Normandía que Gilbert Larriaga, su realizador, había intentado filmar hasta que fue hecho prisionero por los alemanes.
Finales en directo
Cada día, los aficionados galos podían rememorar la etapa de la jornada anterior gracias al esfuerzo de la cadena nacional. Eran los primeros pasos. En 1958, la televisión ofreció, el 8 de julio, la ascensión al Aubisque en directo, gracias a cuatro cámaras de 35 milímetros que transmitieron la señal desde un coche instalado en la cima. Al año siguiente, los telespectadores pudieron seguir en vivo la hazaña de Bahamontes en el Puy de Dôme. Apareció ante las cámaras, por delante de Roger Riviere, la estrella francesa al que había doblado durante la ascensión.
En 1960, se instalaron un par de cámaras móviles, otra sobre una moto y una más en un helicóptero, pero la revolución total fue en 1962, cuando por primera vez se introdujo la retransmisión de los finales de todas las etapas. Primero, los últimos diez kilómetros, después 20, más adelante 30... Todas tuvieron a Gilbert Larriaga, el cámara de la liberación de París, al frente de la realización. Fue el hombre que les dio su característico estilo a las retransmisiones del Tour desde 1953 hasta 1981, cuando la carrera francesa era ya un fenómeno global.