Las dentaduras de los colombianos

Martín Ramírez y Lucho Herrera perdieron sus prótesis dentales durante el Tour de 1984

Lucho Herrera (izquierda), con Bernard Hinault y Lauren Fignon durante el Tour de Francia de 1984 en la subida al Alpe d'Huez.EFE

Por el Tour de 1984 aparecieron varios ilustres de diferentes nacionalidades. De España viajó el cantante Joan Manuel Serrat, de Estados Unidos el actor Dustin Hoffman, de Colombia el escritor Daniel Samper. El cantante y el escritor se incrustaron con los periodistas para escribir sus crónicas; el actor estadounidense, con la cabeza rapada, llegó para inspirarse de cara a una película que pretendía rodar, titulada El jersey amarillo, y que nunca se acabó. Estaba basada en una novela de Ralph Hurne, de escasas ventas, aunque para la estrella de Hollywood eso era un síntoma de éxito: “Di...

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Por el Tour de 1984 aparecieron varios ilustres de diferentes nacionalidades. De España viajó el cantante Joan Manuel Serrat, de Estados Unidos el actor Dustin Hoffman, de Colombia el escritor Daniel Samper. El cantante y el escritor se incrustaron con los periodistas para escribir sus crónicas; el actor estadounidense, con la cabeza rapada, llegó para inspirarse de cara a una película que pretendía rodar, titulada El jersey amarillo, y que nunca se acabó. Estaba basada en una novela de Ralph Hurne, de escasas ventas, aunque para la estrella de Hollywood eso era un síntoma de éxito: “Dicen que cuanto mejor es la novela, peor es la película; cuanto peor es la novela, mejor es la película”, aseguraba en Pau, antes de que la carrera se adentrara en los Pirineos. Al final no se rodó, aunque la intentara salvar Colin Welland, el guionista de Carros de Fuego. Le sirvió a Hoffman, al menos, para conocer el ciclismo por dentro. La organización le colocó en el coche de Cyrille Guimard, el director del Renault. Años después, Stephen Frears, el director de The Program, el largometraje sobre el fraude de Lance Armstrong, le hizo un guiño a Dustin Hoffman, al darle un papel en la película.

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Eran tiempos del antiguo régimen del ciclismo, en el que se multaba a los corredores por llevar zapatillas blancas. El Reynolds se adelantó a las modas y se las dio a Arroyo, Greciano, Hernández Úbeda y Laguía para que no padecieran con el calor que absorbían las negras que exigía el reglamentario. La UCI les multó con 850 francos, y tuvieron que cubrirlas con betún. “Nadie ha dicho nada sobre los nuevos modelos de bicicleta, que creo que constituyen un material más trascendental, pero sí se fijan en nuestras zapatillas”, protestó Echavarri.

En ese Tour de 1984 también aparecieron otros personajes que, en principio, no parecían tan ilustres, pero lo fueron: los ciclistas colombianos. Ya empezaban a ser conocidos, pero en esa edición la organización invitó al equipo Varta, el de Lucho Herrera, aunque no todos corrían con el conjunto colombiano, que en realidad era la selección de su país. Martín Ramírez, que no había tenido plaza en el grupo, fichó por el System U para disputar el Tour, y fue el primer ciclista del país sudamericano que sufrió problemas dentales. Al ganador del Dauphiné se le cayó al suelo la dentadura postiza que utilizaba, y se le rompió. Tuvo que acudir a la salida de la tercera etapa, en Saint Denis, con una boca desamueblada.

Pero no fue el único. Pocos días después Lucho Herrera perdió los suyos, también postizos, cuando tras el control de avituallamiento se comió un albaricoque. Cuando quiso lanzar el hueso, los dientes salieron tras él. Se dio cuenta enseguida, pero no pudo hacer nada. Circulaba dentro del pelotón y vio cómo su compatriota Edgar Condorito Corredor, el ciclista del Teka, que dirigía Luis Ocaña, pasaba por encima de la dentadura y la destrozaba. Aunque Herrera tuvo que alimentarse durante algunos días de productos blandos, consiguió imponerse de manera brillante en Alpe d´Huez y convertirse en el primer corredor de su país en ganar una etapa del Tour.


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