El misterio de la insignia de la Real Sociedad
Un joven checoslovaco asesinado en Auschwitz en 1943 lucía el emblema del club vasco en la fotografía de su pasaporte
Jiri Popper murió asesinado en el campo de concentración de Auschwitz en un día sin determinar del mes de septiembre de 1943. Había llegado en uno de los trenes de la muerte el día 6, en el transporte DI 1.633. Tenía 20 años. De seguir viviendo, habría cumplido 97 la semana pasada, porque nació en Praga el 21 de julio de 1923. Allí residió, en la calle Norimberska número 10, hasta que fue deportado. Por esa razón, la página web del Memorial de Auschwitz, que se dedica a recordar a los judíos que fu...
Jiri Popper murió asesinado en el campo de concentración de Auschwitz en un día sin determinar del mes de septiembre de 1943. Había llegado en uno de los trenes de la muerte el día 6, en el transporte DI 1.633. Tenía 20 años. De seguir viviendo, habría cumplido 97 la semana pasada, porque nació en Praga el 21 de julio de 1923. Allí residió, en la calle Norimberska número 10, hasta que fue deportado. Por esa razón, la página web del Memorial de Auschwitz, que se dedica a recordar a los judíos que fueron masacrados por el régimen de exterminio nazi, publicó un tuit con la fotografía del pasaporte del joven, tomada unos años antes, todavía adolescente, ya que el documento caducaba en 1937.
La cuestión es que pocas horas después de la publicación de la fotografía varios usuarios de las redes sociales se fijaron en un detalle: Jiri Popper lucía en un ojal de su chaqueta una insignia de la Real Sociedad. ¿Cómo llegó hasta allí el emblema del club donostiarra? Ese es el misterio que todavía no se ha podido desentrañar del todo. La insignia es anterior a 1931, ya que con la llegada de la República el club modificó su nombre, pasó a llamarse Donostia y el escudo perdió la corona real que aparece en el pin que luce el joven checoslovaco.
Jiri Popper fue deportado primero al campo de concentración de Theresienstadt, en el que no había cámaras de gas, y en el que los jerarcas nazis pretendían dar una imagen suavizada de la terrible realidad que escondían sus planes. En aquel campo se jugó al fútbol, en la denominada Liga del Gueto, según los historiadores, “una expresión de reafirmación” de los judíos deportados desde Bohemia, muchos de los cuales, unos 73.000, acabaron en Auschwitz, y 57.000 fueron asesinados.
El fútbol en Theresienstadt lo organizó Fritz Taussig —también asesinado en Auschwitz—, que había sido portero del Deutscher Fussball Club Prag, formado por judíos y que el 25 y el 26 de diciembre de 1923, cuando Jiri Popper tenía sólo unos meses de vida, jugó dos partidos en Atocha frente a la Real Sociedad, en los amistosos navideños que los clubes españoles acostumbraban a organizar para recaudar fondos. La prensa donostiarra destacó su presencia: “Tiene 18 años, posee vista, valentía y rapidez”. El equipo checoslovaco, con Taussig en la portería, ganó 3-1 el primer día y perdió 3-0 en la segunda jornada, con tres goles de Marcelino Galatas, un futbolista nacido en Filipinas, de origen vasco y que se enroló en el Athletic cuando viajó a España para estudiar ingeniería industrial. Después jugó en la Real y el Atlético de Madrid.
Meses después, la Real Sociedad, gracias a las gestiones de su entrenador, el húngaro Lippo Hertzka, realizó una gira por Centroeuropa y recaló en Praga, donde jugó dos partidos frente al Slavia, uno de los mejores equipos de Europa en la época, y el Deutscher, con el que ya había jugado en San Sebastián. Perdió ambos: por 4-2 el primero y por un escandaloso 11-1 el segundo. Pese a ello, La Voz de Guipúzcoa calificó como “brillante exhibición de la Real Sociedad” el balance de los dos choques.
Desde San Sebastián se apunta que tal vez fue en esa visita a Praga cuando la insignia de la Real Sociedad salió del bolsillo de alguno de los componentes de la expedición formada por el entrenador, 17 jugadores y varios directivos, y acabó en las manos de algún familiar de Jiri Popper, que sólo tenía un año de edad. En aquellos viajes solían ser habituales las cenas protocolarias entre los equipos contendientes, y no parece descabellado que se intercambiaran regalos.
No hay muchos más datos de Jiri Popper ni del pin que lució en la fotografía de su documento. La web holocaust.cz publica la reproducción de su pasaporte y el de su madre, Marie, también asesinada en el campo de concentración. También se sabe que su padre se llamaba Karel, y que, al parecer, falleció de muerte natural, ya que no figura en los archivos del Yad Vashem, el centro mundial de registro del Holocausto.
No hay ningún otro rastro del pasado, ni de cómo llegó hasta allí la insignia de la solapa del joven. Al parecer, un hermano de Jiri Popper sobrevivió a la tragedia, aunque no hay ningún rastro sobre él. En cualquier caso, como apuntan desde la Real Sociedad, “se trata de un pin histórico y cargado de simbolismo”.