El Atlético, a la Champions con épica
El conjunto rojiblanco certifica su participación en la gran competición europea tras imponerse con un jugador menos al Betis (0-1) gracias a un gol de Diego Costa en el tramo final
Con dos jornadas de antelación, el Atlético de Madrid certificó ante el Betis su participación en la próxima Liga de Campeones. Lo hizo muy a la suya, con un gol a balón parado, épica y sufrimiento por igual. Con un jugador menos por una merecida expulsión de Mario Hermoso, dos goles anulados por el VAR y a la espera de que González González decretara el final.
La consumación del objetivo no se preveía ni tan anticipada ni tan desahogada cuando se estrenó agobiado por las urgencias en San Mamés en la primera jornada postconfinamiento. Por entonces, estaba instalado en la sexta posición,...
Con dos jornadas de antelación, el Atlético de Madrid certificó ante el Betis su participación en la próxima Liga de Campeones. Lo hizo muy a la suya, con un gol a balón parado, épica y sufrimiento por igual. Con un jugador menos por una merecida expulsión de Mario Hermoso, dos goles anulados por el VAR y a la espera de que González González decretara el final.
La consumación del objetivo no se preveía ni tan anticipada ni tan desahogada cuando se estrenó agobiado por las urgencias en San Mamés en la primera jornada postconfinamiento. Por entonces, estaba instalado en la sexta posición, a dos puntos del Sevilla y a uno de la Real Sociedad y del Getafe, fruto de una tonelada de partidos empatados, algunos mal jugados, otros sin puntería, que no solo le descartaron de la lucha por el campeonato en el mes de diciembre, también le complicaron el acceso a ese cinturón de seguridad económica que deparan la gran competición europea. El paso adelante dado tras la inquietante igualada en Bilbao y disparó al equipo en Pamplona. Subido en esa ola menos especulativa el Atlético ha sumado seis victorias y tres empates que unidos al desplome de la Real y el Getafe han propiciado que Simeone mantenga al equipo en Champions por octava temporada consecutiva.
La culminación de esa estresante carrera la ejecutó el Atlético con el traje de faena y un equipo muy físico. Sin João Félix, lesionado, con Carrasco convaleciente del estómago en el banquillo, con Vitolo suplente y Lemar sin autoconfianza, el único futbolista con inventiva que alineó Simeone fue Correa. Y el argentino estuvo en todas las acciones afiladas de su equipo. Un disparo cruzado por acá, un eslalon por allá y un gol a los 20 minutos anulado por el VAR por manos previas de Marcos Llorente.
Resistió el Betis esos embates iniciales del Atlético para crecer en el partido desde circulaciones más afiladas cuando la pelota pasaba por Canales o el juego se inclinaba hacia el costado de Alex Moreno, al que secundaban Guardado o Loren. Entre los tres terminaron por reventar a Trippier, tan superado que le agudizaron sus dolencias estomacales hasta mandarlo al banquillo antes del descanso. Por esa autovía a la espalda del inglés apareció Guardado para cruzar un disparó que silbó el palo de Oblak. Con ese Betis más asentado y mandón, Correa descubrió un desmarque de Morata. En la carrera hasta las barbas de Dani Martín lució la zancada que le pone en ventaja en su pelea por el puesto con Diego Costa y definió con un toque suave. El VAR, que tardó cinco minutos largos en decidir, decretó fuera de juego por milímetros. Otro ejemplo más de esta Liga de foto finish dudosas en la que se ha convertido el campeonato porque la tecnología para el fuera de juego no es perfecta.
Con el Betis mejor plantado y el Atlético menguado llegó el intervalo. Del descanso nació un partido más vivo y abierto. Con el equipo de Alexis Trujillo ya decidido al intercambio de golpes. A Loren, solo ante Oblak, le faltó dirección a la picada que tiró ante la salida del meta esloveno. Simeone sintió que en esas condiciones de campo abierto su equipo estaba en inferioridad. Así que de una tacada limpió a Saúl, Llorente y Morata e introdujo a Carrasco, Vitolo y Diego Costa.
Esa maniobra para correr a tumba abierta le duró poco al Atlético. Lo que tardó Mario Hermoso en darle una tarascada muy fea a Loren porque este le avergonzó con un caño en una zona del campo intrascendente. La roja no albergó discusión por lo desentonada y peligrosa que fue la entrada. Alex Moreno tuvo el gol de un Betis que ya dominaba a placer. Felipe reforzó el blindaje rojiblanco entrando por Correa.
Así que al Atlético no le quedó más remedio que apelar a su épica defensiva y a esperar un error del Betis, una contra o una jugada de estrategia. Sucedió esto último. Carrasco fue agarrado en la mediapunta y desde allí enguantó el saque de falta al segundo palo. Costa lo picó cruzado. El grito de Simeone retumbó, pero de nuevo el VAR intervino. Esta vez no estimó como manos el impacto del balón en el hombro tras el cabezazo del hispano-brasileño.
El resto fue un aumento de los decibelios de Simeone para arengar a los suyos y jalear las carreras de Carrasco, Vitolo y Costa. Los cambios que le permitieron certificar la próxima Champions.