Benzema marca el paso

Con un gol y una asistencia, el francés encarrila la octava victoria seguida tras el confinamiento del Madrid, que mantiene los cuatro puntos de ventaja sobre el Barça

Asensio celebra su gol con Benzema.GABRIEL BOUYS (AFP)

El Madrid salido del confinamiento camina hacia el título con la constancia del metrónomo, también con su ausencia de alardes: partido, victoria; partido victoria. Ocho de ocho. Solo tres encuentros por disputar, y cuatro puntos por encima del Barcelona, que hoy visita Valladolid. El equipo de Zidane avanza tras la senda que abre Benzema, un gol y una asistencia anoche, sin Ramos o con Ramos, y el aplomo de la quinta portería seguida a cero. El último paso lo dio contra un Alavés negado después del parón, solo tres puntos por encima del descenso.




El tránsito del Real hacia ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El Madrid salido del confinamiento camina hacia el título con la constancia del metrónomo, también con su ausencia de alardes: partido, victoria; partido victoria. Ocho de ocho. Solo tres encuentros por disputar, y cuatro puntos por encima del Barcelona, que hoy visita Valladolid. El equipo de Zidane avanza tras la senda que abre Benzema, un gol y una asistencia anoche, sin Ramos o con Ramos, y el aplomo de la quinta portería seguida a cero. El último paso lo dio contra un Alavés negado después del parón, solo tres puntos por encima del descenso.


El tránsito del Real hacia la Liga lo cimenta la defensa. Allí pueden buscarse las grietas abiertas por las sacudidas rivales y el principio de la construcción de los arrebatos en ataque. También contra el Alavés. La zaga compareció patas arriba, con Ramos y Carvajal sancionados, y Nacho y Marcelo lesionados. De nuevo el multiusos Lucas Vázquez al rescate, esta vez en el lateral derecho, soldado de Zidane para todo. Generoso en el empeño y algo inseguro en la contención. Por esa banda fue por donde hizo más cosquillas el Alavés. Desde el principio. Nada más empezar se asomó por allí Edgar y el balón que puso al área lo cabeceó al larguero Joselu. El rechace le cayó a Lucas Pérez y Varane evitó el gol casi sobre la raya. Otro partido que empezó el Real con un rescate, cruce de fortuna y destreza.

También la reacción la lanzó desde la zaga. Mendy lucía supersónico por la izquierda. Parecía ganar varios cuerpos con cada zancada. En su segunda estampida, lo derribó Ximo Navarro sobre la línea del área. El penalti lo convirtió Benzema, capitán y lanzador en ausencia de Ramos. El francés llevaba cuatro partidos sin marcar, luciendo como elegante aguador por todo el campo. Repartiendo auxilios. Sin el central sobre el césped, lo que necesitaba el equipo era alguien que anotara el penalti, y eso es lo que hizo el francés, el gol 500 del Madrid con Zidane a los mandos.

La siguiente ración de peligro madridista también la sirvió una carrera fulgurante de Mendy, mientras que la amenaza del Alavés volvió a llegar por la banda de Lucas Vázquez. Burke se escabulló, ratonero, del gallego pese a la ayuda de Militão. La echó atrás y Joselu se adelantó a Lucas Pérez, que ya engatillaba, y la mandó fuera. Los dos delanteros del cuadro vasco amenazaban, dominaban por el aire, pero sin puntería. Los secó el confinamiento, antes del cual habían amontonado 20 goles entre ambos. Pero después del parón han perdido gas, como el equipo, que sumaba seis derrotas en siete partidos antes de llegar al Di Stéfano, lo que desembocó en el despido de Garitano y el alistamiento de López Muñiz para una misión exprés: cuatro partidos para esquivar el descenso, el primero contra este Madrid, pleno de victorias desde el regreso de la competición. El técnico debutante dispuso un pelotón que buscaba la sangre arriba, donde luce mucha pólvora, aunque desactivada por la inspiración de Courtois, y permitía cierto aire en el centro del campo: Kroos repartió allí balones con el ojo de un viejo estibador. Nada que ver con las dentelladas del Getafe, último visitante del Di Stéfano y siguiente rival del Alavés. De hecho, el peor parado del primer tiempo fue el colegiado, Gil Manzano, atropellado por Lucas Pérez, y sustituido en el descanso por el cuarto árbitro, Héctor Rodríguez Carpallo.

La otra ración de encontronazos se la llevó Rodrygo. Con el frenazo en la recuperación de Hazard y el susto con el test de coronavirus borroso de Vinicius, el ex del Santos regresó a la banda izquierda, su lugar en el mundo y la zona del mapa donde sucedía todo en el Madrid, con Benzema, Kroos y el cohete Mendy. Rodrygo desplegó un extenso catálogo de regates, controles y choques contra los centrales, empeñados en marcarle el territorio al novato. Siempre a centímetros de escapar. Hasta que se escapó y lanzó al espacio a Benzema, que dejó que Asensio marcara su segundo gol después de su larguísima ausencia por la rodilla. También fue su segunda titularidad consecutiva, de nuevo agitador y preciso, otra arma añadida al arsenal de Zidane.

Al francés todavía le quedaban Vinicius, Hazard, Isco y Brahim, que comparecieron con el encuentro ya anestesiado. Cualquiera por delante de Gareth Bale, ya ni siquiera añorado hace semanas, con el equipo lanzado hacia el título.

Sobre la firma

Más información

Archivado En