LIGA SANTANDER

Cazorla resuelve con dos goles de penalti

Dos penas máximas discutidas dan la victoria al Villarreal, a un paso de Europa, y frenan las opciones de un Getafe desencontrado

Cazorla bate a Soria desde el punto de penalti, este miércoles en Getafe.JAVIER SORIANO (AFP)

El fútbol es un juego, un entretenimiento. Hasta que enfrente tienes al Getafe de Bordalás, un equipo áspero y asfixiante como pocos y que lleva al límite a los contrarios. La antítesis del Villarreal, que te sofoca y desespera lentamente con suavidad y pausa. En la batalla de diálogos entre estoicos y epicúreos venció la concepción hedonista del conjunto castellonense en su versión más sufrida, avalada por dos penaltis cogidos con pinzas que Cazorla resolvió con suficiencia. El Villarreal tiene el billete de Europa a mano y sueña con la Champions. El Getafe, ha perdido automatismos, sigue est...

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El fútbol es un juego, un entretenimiento. Hasta que enfrente tienes al Getafe de Bordalás, un equipo áspero y asfixiante como pocos y que lleva al límite a los contrarios. La antítesis del Villarreal, que te sofoca y desespera lentamente con suavidad y pausa. En la batalla de diálogos entre estoicos y epicúreos venció la concepción hedonista del conjunto castellonense en su versión más sufrida, avalada por dos penaltis cogidos con pinzas que Cazorla resolvió con suficiencia. El Villarreal tiene el billete de Europa a mano y sueña con la Champions. El Getafe, ha perdido automatismos, sigue estancado y tendrá que remar en las próximas tres jornadas para sellar su regreso a la segunda competición continental.

El taller creativo del Villarreal es su centro del campo. Y Bordalás decidió ahogarlo, reforzándolo con una pieza más, dejando a Mata, sin Jorge Molina sancionado por acumulación de amonestaciones, solo ante la defensa amarilla. Anguissa comprobó pronto la hosquedad del Getafe. En un choque con Olivera, el uruguayo clavó los tacos en la espinilla del camerunés que no tuvo castigo alguno. No era un partido para tiernos. El Villarreal no quería que el Getafe llevara el partido a su terreno e intentó inicialmente no caer en las provocaciones de los madrileños que marcaron terreno con cinco faltas en los primeros minutos.

El balón era el aliado amarillo y trató de retenerlo para atemperar el ánimo de los azulones que ni llegaba al área de Asenjo ni pasaba apuros en la propia. Hasta que Ontiveros lanzó un disparo lejano que se marchó por un palmo fuera de la portería de Soria que chocó contra el poste para evitar el gol. A impulsos, el Getafe llegó al descanso siendo más reconocible. Arambarri pudo adelantar a los azulones tras adentrarse en el área y disparar cruzado.

Con la intensidad por bandera, el Getafe intentó arrinconar al Villarreal al comienzo del segundo acto. Los de Calleja, con orden defensivo, se sostuvieron firmes. Y encontró resuello y oro cuando los de Bordalás dejaron pensar a Cazorla. El asturiano, con tiempo y metros para avanzar, lanzó un pase al espacio por detrás de la zaga azulona y que dejó solo a Moi Gómez ante David Soria que derribó al canterano amarillo dentro del área. Con dudas, el VAR confirmó la pena máxima decretada por el árbitro. Cazorla, con maestría acertó desde los once metros.

Bordalás envidó con la entrada de Portillo y Hugo Duro. Y entre ambos fabricaron el empate, tras un centro del centrocampista tras botar un córner en corto y el remate de cabeza del canterano que se encontró solo ante el despiste general de la defensa amarilla.

Crecido el Getafe, otra vez una acción polémica, Moi Gómez fue tocado levemente por Arambarri cuando el amarillo intentaba centrar dentro del área de David Soria. El VAR advirtió que era punible la acción. Y Cazorla, de nuevo engañando a Soria, anotaba el penalti y su décimo gol de la temporada. El Getafe se quedó sin respuesta y Peña puso la puntilla. A los de Bordalás no les sentó bien la derrota y hubo bronca al final del partido.

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