Kang In maquilla a un Valencia ramplón
Un ajustado zurdazo del surcoreano en los instantes finales decide para el cabizbajo equipo de Voro ante un digno Valladolid
Con el mismo fútbol ramplón que lo ha descabalgado de la pelea para la Liga de Campeones, el Valencia ganó un partido comprometido que se le escapaba gracias a la zurdita del talento surcoreano Kang In Lee, que decidió con un latigazo desde la frontal en los últimos compases y mantiene intactas las opciones del once del murciélago camino de la Liga Europa. El Valladolid, rey del empate en LaLiga, perdió dos puntos cuando era mejor que su rival y acariciaba incluso el triunfo.
Otra de las características de este fútbol postconfinamiento pesado de digerir son los numerosos cambios en las ...
Con el mismo fútbol ramplón que lo ha descabalgado de la pelea para la Liga de Campeones, el Valencia ganó un partido comprometido que se le escapaba gracias a la zurdita del talento surcoreano Kang In Lee, que decidió con un latigazo desde la frontal en los últimos compases y mantiene intactas las opciones del once del murciélago camino de la Liga Europa. El Valladolid, rey del empate en LaLiga, perdió dos puntos cuando era mejor que su rival y acariciaba incluso el triunfo.
Otra de las características de este fútbol postconfinamiento pesado de digerir son los numerosos cambios en las alineaciones para combatir el desgaste físico de competir ininterrumpidamente y las altas temperaturas. Seis cambios hizo Voro en los valencianos respecto al empate ante el Granada, por los ocho que introdujo Sergio tras el 1-0 del sábado ante el Alavés. El resultado de tantas rotaciones es desolador para el espectáculo y lo fue para el duelo de Mestalla.
En el Valencia rechinó la vuelta a la portería de Jaume cuando Jasper Cillessen estaba siendo uno de los mejores tras el reinicio del fútbol; también la suplencia de Hugo Guillamón, que todavía no ha jugado ni un minuto con Voro cuando, por primera vez en la temporada, su renovación parece más próxima. Adrià Guerrero, lateral del filial que ya jugó en Granada, debutó como titular por las molestias de Jaume Costa. No hay más. Sin Gayà, lesionado para lo que resta de curso, el Valencia ha cegado ese costado.
El primer gol del murciélago llegó por la derecha. Un saque de banda favorable al Valencia se lo entregó el árbitro asistente al Valladolid. La tropa de Voro presionó en la banda y provocó el error castellano. Enes Unal controló mal y Guedes interceptó el balón y combinó con Gameiro. El francés centró al segundo palo para que Maxi, que no se fía de su pie izquierdo, embocara con la puntera del derecho lanzándose al suelo. El grito de júbilo del gigantón uruguayo retumbó en Mestalla. El artillero uruguayo no marcaba desde el 25 de enero y con este último tanto suma nueve en LaLiga y uno en la Copa del Rey.
Kondogbia, en todas
Con el despliegue de Kondogbia tapando las evidentes carencias físicas del Parejo de este contexto de temporada y el lateral italiano Florenzi ubicado muy alto en banda derecha, el Valencia pasó a controlar el partido con un ritmo muy lento porque hoy no puede jugar a otra cosa. El capitán agradeció también que el Valladolid apenas le presionara y pese a estar cansado jugó con su descaro habitual, asumiendo riesgos como en un caño que tiró en la segunda parte, marca de la casa, en el pico del área. Desde el gol, hasta el descanso, el Valladolid no olió la pelota. Antes estaba siendo digno y estuvo a un periquete de empatar en un cabezazo de Víctor García a centro de Waldo.
La consistencia que había ganado el Valencia con el gol se diluyó tras el descanso. Un disparo de Waldo que se convirtió en un globo tras tocar en Carlos Soler le cayó del cielo a Víctor García, que delante del frágil Diakhaby controló de espaldas, se revolvió y marcó definiendo como un ariete. El extremo derecho pucelano, uno de los cachorros de Sergio, es valenciano formado en el modesto Torre Levante.
Conforme se extinguía el partido, se apagaba el Valencia al que, sin físico, sólo le quedaba la pegada de sus jugadores de calidad. El Valladolid ganaba metros, intimidaba a Jaume pero se quedaba sin marcar. Al Valencia, sin Parejo ni Carlos Soler, se le hizo muy largo ese tramo de partido hasta que apareció Kang In. Un ajustadísimo disparo del talento surcoreano con la izquierda desde la frontal subió el segundo del Valencia al marcador y salvó tres puntos vitales, para maquillar a un equipo que pide el final de curso a gritos.