Milagro de Ocampos como portero

El delantero del Sevilla marca primero al Eibar y salva luego un disparo del otro meta, Dmitrovic, tras la lesión de Vaclik

Ocampos salva el remate de Dmitrovic en el minuto 101 de partido.Julio Muñoz (EFE)

Fue un final increíble. Con el tiempo cumplido, a los 95 minutos, un balón de Kike García se fue al poste de la meta del Sevilla. El delantero cayó encima de la rodilla del meta Vaclik, que se tuvo que retirar lesionado, con muy mala pinta. Le quedaba un saque de banda al Eibar. Ocampos se colocó de portero. Era el minuto 101 y el balón llegó en el área pequeña al guardameta del Eibar, Dmitrovic, que remató tras subir a la desesperada para que el argentino realizara una parada decisiva. Todavía tuvo Navas que salvar bajo palos para que el Sevilla ganara un partido vital en sus aspiraciones de ...

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Fue un final increíble. Con el tiempo cumplido, a los 95 minutos, un balón de Kike García se fue al poste de la meta del Sevilla. El delantero cayó encima de la rodilla del meta Vaclik, que se tuvo que retirar lesionado, con muy mala pinta. Le quedaba un saque de banda al Eibar. Ocampos se colocó de portero. Era el minuto 101 y el balón llegó en el área pequeña al guardameta del Eibar, Dmitrovic, que remató tras subir a la desesperada para que el argentino realizara una parada decisiva. Todavía tuvo Navas que salvar bajo palos para que el Sevilla ganara un partido vital en sus aspiraciones de jugar la Liga de Campeones el próximo curso. El tramo final del encuentro fue digno de una película de suspense, con un Eibar fuerte que no se rindió asediando al Sevilla, que se agarró a la victoria gracias a acciones que jamás se pueden concebir en una pizarra o un planteamiento previo. Un balón al palo en el último minuto, la lesión de su portero, Ocampos con la elástica amarilla y una subida de Dmitrovic a la desesperada que casi acaba en gol y en un empate que mereció el conjunto vasco.

Después de esa ración de fútbol en estado puro, incontrolable y mágico, pura pasión, el equipo de Lopetegui se coloca a seis puntos de la quinta plaza tras derrotar a este buen Eibar. Encontró además, a su héroe, Ocampos, que marcó el gol del triunfo después de un gran pase del eterno Navas. Luego realizó una parada decisiva que puede tener un peso increíble en el desarrollo de la temporada. El Eibar, que siempre lo intentó, tendrá que esperar a otra ocasión para amarrar la permanencia. La magia de Nervión acabó con el buen equipo de Mendilibar en un final de partido que quedará para los anales de la competición.

No es nada nuevo que al Sevilla le cueste un mundo generar fútbol, especialmente en casa. Varios factores influyeron para que esta premisa volviera a darse en el duelo ante el Eibar en la bochornosa noche sevillana. El primero, el excelente planteamiento de Mendilibar. El técnico refrescó a su equipo con hasta ocho jugadores nuevos con respecto a lo que perdieron ante Osasuna. Con un 4-1-4-1 bastante novedoso, llenó de elementos el centro del campo para desesperación de Banega y Óliver Torres. Convertida la medular en un embudo, el Sevilla tampoco tuvo salida por las bandas a excepción de alguna acción esporádica de Navas por la derecha. El segundo factor que ralentizó el fútbol del Sevilla es la dificultad que tiene el equipo de Lopetegui para desbordar y jugar al espacio. Físico y contundente, el Sevilla disfruta al contragolpe, aunque sufre una barbaridad frente a equipos bien colocados en defensa. Luego, tampoco tiene un delantero capaz de fabricarse ocasiones por sí solo. De Jong trabaja y trabaja, pero es muy complicado que ofrezca las prestaciones de un delantero de un equipo grande. Es una simple cuestión de talento.

Por lo tanto, el Eibar contuvo de maravilla al Sevilla salvo en el tramo final de la primera mitad. Ya había avisado Navas con alguna incursión por la banda. Fue en el balón parado donde los andaluces encontraron la posibilidad de crearle peligro, por fin, al Eibar. Dmitrovic realizó un paradón a remate de Fernando a los 43 minutos y en la acción siguiente el balón golpeó en el brazo de Burgos sin que Mateu y el VAR decidieran que era una jugada de penalti. El Eibar empezó a sufrir y curiosamente, fue como resultado de un balón en largo que el Sevilla tuvo otra magnífica oportunidad para hacer gol. La jugada fue un prodigio de potencia y aceleración de Ocampos, que recibió el balón en largo y burló a dos defensores del Eibar antes de cruzar demasiado ante Dmitrovic.

Un jugadón de Navas abrió el camino del triunfo después de un buen remate de Ocampos. El Sevilla se adelantó en el marcador en una acción de enorme calidad, un verso suelto ante el buen planteamiento del Eibar. Tuvo que sufrir luego una barbaridad el Sevilla para ganar. Kike García ya pudo empatar y el final fue de los de época. 100 minutos de partido y pura pasión resueltos por un delantero, Ocampos, metido a portero para salvar al Sevilla con el protagonismo añadido de Mateu Lahoz. El fútbol es imprevisible.

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