Punto amargo para Granada y Valencia
Los andaluces superan al equipo de Voro, que evita la derrota gracias a una gran efectividad
Todavía se está preguntando el Granada cómo no ganó su partido ante el Valencia. El conjunto andaluz fue mejor en casi todo a su rival, siempre en juego e intensidad, pero se encontró con una prodigiosa efectividad del conjunto valencianista. Los de Voro remontaron un partido en el que habían sido manifiestamente inferiores gracias a dos acciones puntuales. Una de ellas, eso sí, un misil de categoría de Guedes. El Valencia se había puesto por delante al convertir en gol sus dos primeros disparos a puerta. Y todo después de una hora de partido y verse por debajo tras el penalti convertido por C...
Todavía se está preguntando el Granada cómo no ganó su partido ante el Valencia. El conjunto andaluz fue mejor en casi todo a su rival, siempre en juego e intensidad, pero se encontró con una prodigiosa efectividad del conjunto valencianista. Los de Voro remontaron un partido en el que habían sido manifiestamente inferiores gracias a dos acciones puntuales. Una de ellas, eso sí, un misil de categoría de Guedes. El Valencia se había puesto por delante al convertir en gol sus dos primeros disparos a puerta. Y todo después de una hora de partido y verse por debajo tras el penalti convertido por Carlos Fernández, que hizo un partidazo. El choque acabó en empate cuando la barrera valencianista se abrió en el lanzamiento de Vico.
El punto apenas satisface las aspiraciones europeas de ambos equipos. Sobre todo las del Valencia, lejos de su objetivo, la Liga de Campeones, y ahora a tres de la séptima plaza. Realmente, el Granada superó a su rival y solo su ausencia de efectividad le privó del triunfo. En este apartado, Soldado gozó de varias opciones muy claras, algunas frustradas por un buen Cillessen.
El Granada es un equipo en un estado anímico estupendo, que tiene las cosas muy claras en el campo. Alcanzada la permanencia, su objetivo básico, el Granada sueña con la séptima plaza. Lo positivo para sus aspiraciones es que lo hace con argumentos. A su orden de siempre añade fútbol, el que emana, por ejemplo, de futbolistas como Carlos Fernández. El Valencia, por su parte, no sueña. Es un equipo desganado y roto, que aspira a esa misma séptima plaza por el peso de su camiseta, pero poco más. Voro intenta poner algo de orden, rebuscando en el baúl de Marcelino. Pero el Valencia no tiene alma. Ni ganas. Sus futbolistas sobreviven porque tienen calidad, aunque faltan hambre y claridad. La temporada, larga y llena de vicisitudes, mete mucho plomo en la mente y las piernas de sus futbolistas.
El Granada, más intenso, dominó el encuentro desde el inicio. Diego Martínez volvió a utilizar ese sistema de tres centrales que le da tanta seguridad. El Valencia recurrió al 4-4-2. Mientras Machís, Carlos Fernández y Soldado gozaron de tres claras opciones de gol, el equipo valencianista fue incapaz de tirar entre los tres palos de Silva. Fue Cillessen el que mantuvo al Valencia en el choque con una parada de reflejos a remate de Carlos Fernández. El delantero andaluz ofrece un amplio repertorio de movimientos, todos de una gran inteligencia táctica. En el remate de cabeza que sacó Cillessen, había iniciado la jugada con una buena apertura en la banda a Neva. Sólo el gol frustraba las aspiraciones del Granada. Con más dosis de eficacia, los andaluces estarían todavía más arriba en la tabla. El Valencia, muy flojo en ataque, con escasa ambición, parecía contentarse con un empate que, realmente, apenas le servía para lamerse las heridas.
El buen juego del Granada tuvo continuidad en la segunda mitad. Carlos Fernández siguió haciendo diabluras. Lo mismo filtraba pases de ensueño que tenía fuerzas para entrar en el área y provocar el claro penalti de Coquelin. Por supuesto, el delantero definió a la perfección. El gol supuso el justo premio al buen partido del Granada, que ya había visto cómo Duarte había rematado al palo y Soldado había comenzado su carrusel de ocasiones perdidas. Con todo a favor, el Granada se dejó sorprender por el Valencia. Una internada de Cheryshev sin peligro acabó con un medido pase a Manu Vallejo, que lanzó y marcó en el primer disparo entre los tres palos a los visitantes. Sin tiempo para reponerse, Guedes lanzó un misil tres minutos después que propiciaba una remontada del Valencia en un prodigio de efectividad. Dos tiros a puerta y dos goles alimentaron las aspiraciones europeas de los valencianistas. No obstante, el Granada no se rinde nunca. Jamás ha perdido con Diego Martínez un partido en el que empieza ganando. Soldado tuvo dos opciones claras, pero fue Vico el que marcó de falta después de que la barrera del Valencia se abriera de manera lamentable. Demasiado para un buen Cillessen.