San Pablo Burgos, una fe como una catedral

El equipo de Peñarroya reta al Barça en semifinales de la ACB en su tercer curso en la élite y con solo cinco millones de presupuesto

Los jugadores y técnicos del San Pablo Burgos celebran el pase a semifinales bañándose en la piscina de su hotel

Con el baloncesto en estado de excepción, la pelea por el título de la ACB ha deparado un duelo de extremos en la semifinal de este domingo entre Barça y San Pablo Burgos (17.00, #Vamos). A un lado de la pista el club azulgrana, con 94 años de historia, 60 campeonatos disputados, 18 títulos ligueros en su palmarés y 41 millones de presupuesto (el mayor de Europa). Al otro, el conjunto castellano, refundado en 2015, con tres temporadas de experiencia en la élite y cinco millones de hucha, la ficha anual del MVP, Nikola Mirotic. La obligación frente a la fe. Una fe como la catedral de Burgos a ...

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Con el baloncesto en estado de excepción, la pelea por el título de la ACB ha deparado un duelo de extremos en la semifinal de este domingo entre Barça y San Pablo Burgos (17.00, #Vamos). A un lado de la pista el club azulgrana, con 94 años de historia, 60 campeonatos disputados, 18 títulos ligueros en su palmarés y 41 millones de presupuesto (el mayor de Europa). Al otro, el conjunto castellano, refundado en 2015, con tres temporadas de experiencia en la élite y cinco millones de hucha, la ficha anual del MVP, Nikola Mirotic. La obligación frente a la fe. Una fe como la catedral de Burgos a tenor de los resultados. “Esto es deporte y se dan estos alicientes maravillosos. A veces aparece un Deportivo de la Coruña o un TDK… Nunca vamos a estar más cerca de ganar una Liga ACB. Si ganamos dos partidos somos campeones, parece increíble pero es así”, cuenta el presidente del San Pablo, Félix Sancho.

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Su proyecto rescató el baloncesto para Burgos, después de que los tres ascensos frustrados del CB Tizona llevaran a la anterior directiva a echar el cierre, y, en apenas un lustro, el milagro del CB Miraflores (San Pablo con el sustento patrocinador de la inmobiliaria de Sancho) ha tomado vuelo a lo grande. La aventura en la ACB comenzó en 2017, con Diego Epifanio en el banquillo —14º puesto el primer año (13 triunfos y 21 derrotas); 11º el curso siguiente (15-19)— y, para esta temporada, la vuelta de tuerca pasó por el fichaje de Joan Peñarroya. “A ver hasta dónde podemos llegar con el entrenador revelación de la Liga”, lanzó Sancho en la presentación del técnico. “Pusimos muchas esperanzas en la Champions FIBA, porque nuestras posibilidades ahí eran mayores”, repasa el presidente. “Meternos en la Final a Ocho [que se disputará a finales de septiembre] ya era el éxito que buscábamos este año. También nos hubiese gustado mucho jugar la Copa, que estuvimos muy cerca. Y, en la Liga, la idea era llegar lo más lejos posible. Hicimos una plantilla competitiva, pero nadie se imaginaba esto”, prosigue Sancho antes de ponerse a “soñar despierto”. El Barça medirá la dimensión de un equipo campeador impulsado por Bassas, Fitipaldo, Benite, McFadden, Lima, Apic, Rivero, Salvó, Aguilar y Vega.

“Sabemos nuestras posibilidades. Ante el Barça podemos acusar el cansancio y nos pueden arrasar por 30 puntos, perfectamente, por jugadores, por presupuesto y por todo. Pero si ponemos el corazón de estos días podemos hacerles daño porque tenemos calidad. Y tenemos una unión y una fe que nos ha vuelto muy peligrosos para cualquier rival”, incide Sancho. “Queremos competir y mirarles a la cara. Ellos son súperfavoritos. Nosotros no hemos sido los favoritos en ningún partido. Pero aquí estamos. Y el Barça no es el único que tiene miedo a perder y responsabilidad como se dice. Queremos jugar la final”, remarca Peñarroya en la misma línea ambiciosa.

En la antigua normalidad, el Coliseum de Burgos era una Bombonera con más de 9.000 espectadores de media, en el podio de asistencia junto a Baskonia y Madrid. En La Fonteta de Valencia a la afición burgalesa no se la verá, pero también estará. “No sé si serán 200 o 2000, pero la gente me dice que van a bajar a Valencia para vivirlo allí, aunque no puedan ir al pabellón. La ciudad entera está engalanada con bufandas y camisetas en los balcones. No hay otro tema de conversación”, señala Sancho. “El lunes son las fiestas patronales de Burgos y, como están suspendidas, a ver si podemos mandarles la fiesta desde Valencia. Ojalá el 2020 no se recuerde solo por la desgracia del Covid sino también por la gesta del San Pablo. Sería extraordinario”, remata el presidente. “El máximo orgullo de un entrenador llega cuando un equipo de buenos jugadores consigue formar un grupo con tanta fe”, completa Peñarroya. El Burgos ya ha hecho historia, pero sigue creyendo en que la fe mueve montañas.


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