Un líder solvente y más ruido

El Madrid se impone con firmeza al Mallorca con un gol de Vinicius precedido de una probable falta de Carvajal y un golazo extraordinario de Ramos de falta

Sergio Ramos marca de falta el segundo gol del Madrid ante el Mallorca.SUSANA VERA (Reuters)

Un gol muy polémico y un golazo sostuvieron a otro Madrid al frente de LaLiga. Otro Madrid porque ante el Mallorca Zidane envidó con un regimiento de delanteros y apenas un par de volantes. Y un golazo porque al toque terminal de Vinicius respondió Sergio Ramos con un golpeo espléndido, a la altura de los mejores lanzadores de faltas de la historia. El tanto de Ramos mereció todos los honores. El inicial descorche de Vinicius traerá cola: previamente Carvajal pareció atropellar a Dani Rodríguez sin que el colegiado y los vares se dieran por enterados.

A Zidane se le tiene por un ...

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Un gol muy polémico y un golazo sostuvieron a otro Madrid al frente de LaLiga. Otro Madrid porque ante el Mallorca Zidane envidó con un regimiento de delanteros y apenas un par de volantes. Y un golazo porque al toque terminal de Vinicius respondió Sergio Ramos con un golpeo espléndido, a la altura de los mejores lanzadores de faltas de la historia. El tanto de Ramos mereció todos los honores. El inicial descorche de Vinicius traerá cola: previamente Carvajal pareció atropellar a Dani Rodríguez sin que el colegiado y los vares se dieran por enterados.

Zinedine Zidane. En vídeo, las declaraciones del entrenador del Real Madrid en la rueda de prensa posterior al encuentro.Foto: ATLAS | Vídeo: SUSANA VERA / REUTERS

A Zidane se le tiene por un buen gestor de vestuario. Sea por el peritaje físico y anímico del plantel o porque eche más de un ojo a la pizarra, lo cierto es que baraja al equipo ante cada reto. Contra el Mallorca tomó nota: el peor visitante de LaLiga (solo cinco puntos en la península) y el equipo más goleado. Solución, los tanques al asalto de Valdebebas. No estaba Casemiro —sancionado—, pero el técnico apiñó a Valverde y Modric en los fogones del brasileño y descamisó al Madrid en ataque. Vinicius a la izquierda, Bale a la derecha y Hazard como escolta de Benzema.

No son pocas las veces que el Real se desentiende del gobierno en el medio campo. No le va la mera formalidad del toque-toque, no es un equipo para trastear sin más con el balón. Lo suyo son las áreas, sobre todo la propia. Nada le importó que el Mallorca —como han hecho otros adversarios— se manejara con soltura en la periferia de Courtois. Ramos y Varane echaron el cierre y los cuatro atacantes pidieron pista.

Fluía con fogueo el cuadro balear al que hace gravitar el prometedor Kubo. La tralla era cosa de los blancos. Avisaron Benzema y Bale con sendos remates bloqueados por Reina. Y la tuvo Baba, con un disparo tremendo resuelto de maravilla por Courtois. Jugaban los de Vicente Moreno, intimidaban más los de Zidane.

Hasta que llegó el tanto de Vinicius. Otro litigio para la controversia de estos días. Más ruido. La jugada se originó con una probable falta de Carvajal a Dani Rodríguez en el círculo central. Valverde rebañó la pelota, conectó con Modric y el croata citó a Vinicius con el gol. Esta vez, el brasileño resolvió como un ángel con una picadita sobre la salida de Reina. El árbitro no revisó el monitor y los colegas del VAR validaron su interpretación. A la gente le cuesta entender que los árbitros no indaguen con más asiduidad ante la tele a su disposición y se aferren a que solo examinan cuando el error es flagrante.

Aún estaba contrariado el Mallorca cuando Hazard taconeó para Benzema, que filtró un pase geométrico para Vinicius. El extremo de nuevo hizo la palanca a la pelota. El larguero evitó otro disgusto a Reina.

Con el gol a favor el Real pareció anestesiarse. Es costumbre que dé carrete a sus rivales en algunos tramos de los partidos. No hubo excepción ante los bermellones. Carvajal pasó más de un mal trago ante Lago Júnior, pese a que en esta ocasión Bale no dimitió en el auxilio. En lo suyo, la ofensiva, pasó de puntillas. Todo lo contrario que el alegre Vinicius, cada día más confiado. También revolvía Kubo, pero al chico todavía le falta picante, cuajo para sacar la estaca. Tiene personalidad y no le faltan virtuosismos, pero aún aparenta más de lo que amenaza.

Al Madrid ni siquiera le hizo falta mucho volumen. Da la sensación de saber que tendrá sus momentos, sin que necesariamente tengan que ver con el juego en general. Espera que te espera llegó otro golazo. Este sin discusión alguna. Un toque genial del segundo máximo goleador blanco. Tan poco convencional es este Madrid que se trata de Sergio Ramos, un defensa central. Un futbolista tan bizarro que cuando tiene el gol a tiro es más optimista que un millón de delanteros. Cabecea con estruendo, tira los penaltis como el que come pipas y no desdeña las faltas desde que no está CR. Bale es otra cosa.

Con el balón parado en el balcón del área, el capitán madridista amortiguó el tobillo derecho y ejecutó un golpeo perfecto sobre el flequillo de la barrera. Reina pidió socorro a Dani Rodríguez para tapar la escuadra derecha, pero su compañero llegó tarde y no pudo evitar el octavo gol liguero del andaluz. Ramos para todo. Con él a la corneta el Madrid sigue líder con ZZ baraja que baraja. Un día James, otro Asensio. Una jornada Bale, otra Rodrygo. Y siempre Ramos.

Y como cierre, un día inolvidable para el mallorquinista Luka Romero, el debutante más joven en la historia de LaLiga: 15 años y 219 días.

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