El Leganés perdona al Granada y sigue deslizándose hacia el pozo
Guerrero falla un penalti que profundiza en la crisis goleadora del equipo ante un rival al que consiguió dominar
Atormentados por su falta de puntería, los jugadores del Leganés han acabado por negarse la serenidad y la fe en un espiral de ansiedad. Eso le sucedió a Miguel Ángel Guerrero cuando pasada la hora de partido contra el Granada aseguró tanto la ejecución del penalti que le salió el tiro medio centrado. Rui Silva se lo desvió y el balón salió rechazado tras pegar en el travesaño. Ni en eso tuvo suerte el Lega, ni en la ruleta del rebote. Acudió Bustinza animoso pero lo interceptó Vallejo, y en el enredo se disipó la mejor oportunidad del partido para sumar tres puntos y colocarse provisionalment...
Atormentados por su falta de puntería, los jugadores del Leganés han acabado por negarse la serenidad y la fe en un espiral de ansiedad. Eso le sucedió a Miguel Ángel Guerrero cuando pasada la hora de partido contra el Granada aseguró tanto la ejecución del penalti que le salió el tiro medio centrado. Rui Silva se lo desvió y el balón salió rechazado tras pegar en el travesaño. Ni en eso tuvo suerte el Lega, ni en la ruleta del rebote. Acudió Bustinza animoso pero lo interceptó Vallejo, y en el enredo se disipó la mejor oportunidad del partido para sumar tres puntos y colocarse provisionalmente a uno de la salvación.
Fue un partido brusco. Difícil de seguir. Marcado por los errores y las faltas. El típico encuentro de este Leganés empeñado en resistir a su propia sangría. La cifra de goles a favor, 23, le coloca como el equipo menos anotador de LaLiga. No solo tiene problemas para dar el último toque: cada pase, cada control, parece sofocar a sus jugadores, que, eso sí, no pierden la bravura y ese afán por controlar lo incontrolable. El Granada, que se acomodó en su propio campo, les opuso una férrea resistencia hasta que un cambio de orientación y un centro de Kevin permitió a Carrillo el primer remate de la noche. Debió esforzarse tanto por llegar a meter la pierna que se lesionó. Al rato pidió el cambio con un ostensible tirón en el muslo izquierdo. El argentino se marchó llorando. Tal vez, haciendo cuentas: ha marcado solo un gol y si el percance es grave puede que no tenga la ocasión de marcar ninguno más en esta Liga.
Óscar Rodríguez, que fue suplente, sustituyó a Carrillo. El mediapunta cedido por el Madrid aclaró las jugadas en compañía de Recio y Ruibal hasta el descanso. Después del intervalo Aguirre volvió a sentar a Óscar para dar entrada a Assalé y cambió el esquema metiendo a Roque y Rosales por Kevin y Eraso. Abandonado el 5-3-2, con el 4-4-2 el Leganés ocupó mejor los espacios y progresó sin incurrir en tantas imprecisiones. Pudo adelantarse en un excelente centro de Ruibal que Silva atacó tarde. Pero fueron los desmarques de Assalé, el mejor del partido, los que le dieron salida a cada maniobra. .
El entusiasmo que puso el costamarfileño en cada carrera premió al Leganés con sus acciones más desequilibrantes. Provocó un penalti tras una pared con Ruibal pero Guerrero lo desaprovechó. Y apenas unos minutos después volvió a generar una contra que acabó dejando a Guerrero mano a mano con Silva. Esta vez el delantero no atinó ni entre los tres palos. El Leganés sigue sin marcar, sumando apenas puntos, cada vez más cerca del pozo, pero todavía aferrado a la esperanza: el Mallorca, tercero por la cola, y el Eibar, cuarto, parecen igual de imprecisos tras la pandemia.