“Lo de Ansu es impresionante, pero debe ser paciente”
El joven extremo desatasca el duelo al tiempo que Griezmann sigue sin encajar en el juego colectivo
El primer disparo a puerta del Barcelona tiene premio. Ocurrió en el Visit Mallorca Estadi con un remate con la cresta de Vidal cuando apenas se desperezaba el duelo y sucedió anoche de nuevo en el Camp Nou con un disparo de Ansu Fati desde el balcón del área. El futbolista, como si de unas décadas atrás se encontrara, saltó y elevó el brazo para festejar el tanto. Sin añadidos ni edulcorantes. Como es Ansu, un imberbe que bate registros de precocidad sin alzar la voz, pero con goles como respuesta. Así lo hizo para quedar...
El primer disparo a puerta del Barcelona tiene premio. Ocurrió en el Visit Mallorca Estadi con un remate con la cresta de Vidal cuando apenas se desperezaba el duelo y sucedió anoche de nuevo en el Camp Nou con un disparo de Ansu Fati desde el balcón del área. El futbolista, como si de unas décadas atrás se encontrara, saltó y elevó el brazo para festejar el tanto. Sin añadidos ni edulcorantes. Como es Ansu, un imberbe que bate registros de precocidad sin alzar la voz, pero con goles como respuesta. Así lo hizo para quedarse en el primer equipo; así lo repitió para discutirle los galones a Dembélé sobre el césped; y así se significa ahora porque quiere festejar LaLiga con el Barça antes que el ascenso con el filial a Segunda, como se plantea el club en caso de disputar el playoff. Quiere ser, como definió Setién a Griezmann el lunes, imprescindible.
Pero el francés no casa con el juego del Barça –sí con el fútbol, porque por algo acumula goles y triunfa por donde pasa-, arrinconado en la banda normalmente. Aunque tampoco lo hace de delantero, función para la que se le había fichado en caso de que Suárez perdiera fuelle pero de la que no sale airoso ni a la de tres. Como ante el Leganés: tiró desmarques, no paró de correr, de crear pasillos y de generar espacios para sus compañeros porque el balón le pasó lejos. Muy lejos y resumida su incidencia directa en el ataque con un remate de cabeza alto. “Es una pena. No entró hoy, pero es un jugador muy importante para nosotros y con los partidos irá a mejor”, señaló Rakitic. “Solo han conectado unas veces con él en el primer tiempo, pero es que no es fácil para los que juegan por dentro poder maniobrar por ahí”, asumió Setién, que agregó: “puede estar más o menos acertado, pero su trabajo en encomiable y es importantísimo para nosotros”.
La desconexión de Griezmann, sin embargo, fue general porque el Barça circuló el balón con demasiada flema. Hasta que en un ataque posicional (pero desestructurado porque llegó con un rebote), Junior conectó con Ansu Fati, que se orientó el esférico y lo atacó desde el balcón del área para enviarlo a la red. Quinta diana del canterano en LaLiga, además de otra que festejó en la Champions. “Fue un gol psicológico porque ellos tuvieron ocasiones que por suerte no pudieron anotar. Yo, por mi parte, contento con la asistencia”, reflejó Junior. “Lo que está haciendo Ansu es impresionante. Debe seguir teniendo paciencia y seguir haciendo lo que hace”, le elogió Rakitic.
No fue suficiente para Setién el tanto de Ansu, pues poco después de comenzar el segundo acto lo suplió por Luis Suárez, que necesita minutos en las piernas después de ser operado hace cinco meses del peroné de la pierna derecha. “Había sufrido unas molestias últimamente y no se había entrenado al ritmo de los demás. Estoy contento no solo por el gol, porque es un chaval que trabaja mucho en defensa y nos ayuda. Aún le faltan cosas y consistencia, pero ha estado muy bien y no hemos querido ponerle más en riesgo porque tenía molestias en el descanso”, señaló Setién, que escogió a Griezmann para que finalizara el encuentro. El punta quiso darle la razón al entrenador porque embocó un centro de Semedo. Pero el VAR decidió dictar lo contrario porque el lateral estaba en previo fuera de juego. Como se quedó una vez más el francés al acabar el encuentro. No así Messi, que se marcó una jugada homérica desde el centro del campo hasta acabarla en penalti (más que discutible) que él mismo se encargó de transformar. Porque si alguien hay imprescindible en el Barça y en el planeta fútbol, ese es el 10.