El Madrid tira lo mínimo

Ante el Eibar, los blancos registran su cifra de disparos más baja en esta Liga, seis, con Benzema por primera vez a cero

Benzema (d) y Sergi Enrich, el pasado domingo en el Madrid-Eibar.Bernat Armangue (AP)

Tres meses y un confinamiento después, el Madrid se enchufó de nuevo a la competición con una versión de bajo consumo. Ningún dato lo expresó mejor que su número de remates: apenas seis, cinco de ellos a puerta, la cifra más baja en toda su Liga. Sin embargo, aplicó el mazo que en ocasiones no encuentra. No necesitó más. En los dos primeros intentos ya había abatido al Eibar, que a partir de la media hora de juego se sintió derrotado por más que en la segunda parte se le abriera una rendija y su e...

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Tres meses y un confinamiento después, el Madrid se enchufó de nuevo a la competición con una versión de bajo consumo. Ningún dato lo expresó mejor que su número de remates: apenas seis, cinco de ellos a puerta, la cifra más baja en toda su Liga. Sin embargo, aplicó el mazo que en ocasiones no encuentra. No necesitó más. En los dos primeros intentos ya había abatido al Eibar, que a partir de la media hora de juego se sintió derrotado por más que en la segunda parte se le abriera una rendija y su estadística de disparos alcanzara los nueve.

Hasta este domingo, el mínimo de tiros blancos en el torneo doméstico procedía de sus peliagudas visitas al Pizjuán (siete) y Getafe (9), ambas resueltas con victoria. Esta vez, interpretó que, al inicio de un calendario extenuante, economizar energías (Lucas Vázquez estará entre dos y tres semanas de baja por una lesión muscular en el sóleo de la pierna derecha) era una prioridad si las circunstancias lo permitían, como así fue, lo que no debió entusiasmar a Zidane, que deslizó en rueda de prensa su fastidio por ello. “Igual nos relajamos”, dijo.

Nadie sufrió más la escasez de disparos que Benzema, que por primera vez en este curso en Liga se quedó sin lanzar a portería. El partido retrató su momento. El francés siguió cosiendo el juego, participó en los tres tantos de su equipo (incluso cuando se atropelló con el balón, como en el 1-0), pero la diana le quedó demasiado lejos. El delantero, máximo goleador del equipo (19) y segundo en la tabla de Pichichi (14), solo acumula tres desde mediados de diciembre, un descenso que, sin embargo, no devalúa su aportación al equipo. El francés se encuentra en una de esas fases en las que, si fuera un jugador de baloncesto, ejercería más de base que de escolta killer, más de Campazzo que de Carroll. Todos le siguen buscando.

Los tantos que él no acumula en los últimos meses los va compensando el conjunto blanco con su veta coral: contra el Eibar anotaron dos defensas (Marcelo y Ramos) y un centrocampista (Kroos). Ningún vestuario de los cinco grandes torneos europeos suma tantos goleadores diferentes (19) en sus competiciones caseras, tres más que Barcelona y Liverpool, seis que el PSG, y ocho que Atlético, Juventus y City.

Los siete pases de Bale

Con el contador de goles de Benzema atascado, al Madrid no le queda otra que tirar del fondo de armario de medios y defensas, que se han apuntado la mitad de tantos del equipo, porque el resto de delanteros no chutan. Si sumamos todas las competiciones, Ramos lleva ocho; Kroos, seis (su récord en España); Modric, cinco; y Casemiro, cuatro. El tiempo decidirá si este argumento resulta suficiente para levantar un trofeo, pero de momento es la única salida hallada al apagón de los hombres de arriba a la hora de perforar el marco contrario.

La esperanza y el gran margen de mejora es Hazard, que volvió tras la lesión y se asoció bien con Benzema y Marcelo partiendo desde la izquierda, aunque también se le notó algo afligido cuando recibió un golpe en la primera parte. Los blancos siguen echando de menos sus 15 goles de media con el Chelsea.

Del resto de atacantes que desfilaron este domingo en Valdebebas, poca cosa. Rodrygo fue rescatado de la trastienda (desde enero había disputado 14 minutos en Copa), y su paso resultó muy silencioso. Suyo fue uno de los dos disparos a puerta que no acabaron en gol, y nada más. Bale únicamente dio siete pases buenos en la media hora que disputó, y todos ellos fueron con defensas y centrocampistas. Vinicius se quedó en cuatro, aunque aún buscó alguna arrancada hacia adelante. En el banco esperó su oportunidad Asensio, también de regreso, y en la grada lo contemplaron dos ajenos al gol esta campaña, cada uno por sus circunstancias: Jovic y Mariano. Ante el Eibar, al Madrid no le hizo falta más. Otros días se quedó a cero tirando 20 veces. Esta vez le sobró con seis para hacer tres.

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