Soldado frustra a un Betis sin rumbo

El delantero evita en el descuento la remontada verdiblanca y pone en duda la continuidad de Rubi

Fekir se intenta marchar de Domingos.Julio Muñoz (EFE)

El confinamiento le ha sentado fatal al Betis. Todo lo contrario que al Granada, un equipo entusiasmado, en pleno ascenso, capaz de plantearse metas insospechadas para un recién ascendido como es jugar en Europa. El Betis es un equipo sin alegría, casi sin rumbo en una temporada que se le ha complicado. Nadie lo diría analizando su plantilla, llena de jugadores importantes. Todo lo contrario se respira en el Granada. Juegue quien juegue, los de Diego Martínez se tienen conocida de memoria la lección. Rubi lo intentó con hasta siete cambios con respecto a los que perdieron el derbi. Pero al ent...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El confinamiento le ha sentado fatal al Betis. Todo lo contrario que al Granada, un equipo entusiasmado, en pleno ascenso, capaz de plantearse metas insospechadas para un recién ascendido como es jugar en Europa. El Betis es un equipo sin alegría, casi sin rumbo en una temporada que se le ha complicado. Nadie lo diría analizando su plantilla, llena de jugadores importantes. Todo lo contrario se respira en el Granada. Juegue quien juegue, los de Diego Martínez se tienen conocida de memoria la lección. Rubi lo intentó con hasta siete cambios con respecto a los que perdieron el derbi. Pero al entrenador catalán no le sale nada y su puesto está en peligro. El Granada supo jugar con los nervios de un equipo sobrepasado por los acontecimientos hasta tener ganado el partido. Lo entregó al especular demasiado en un segundo tiempo muy conservador. Y recuperó un punto cuando lo tenía todo perdido.

El Betis, gracias a un riguroso penalti sobre Borja Iglesias y un afortunado gol de Tello en los últimos cinco minutos, le dio la vuelta a un partido que nunca dominó. Había puesto en duda la fiabilidad de un Granada que con Martínez en su banquillo jamás había perdido cuando se adelantaba en el marcador. El Betis, que no tiene oficio ni suerte, vio cómo Soldado marcó en el minuto 93 para frustrar la esperanza verdiblanca y poner en cuestión, una vez más, el futuro de Rubi en el banquillo. No hay forma de que se respire paz en verdiblanco. El Granada jugó un buen primer tiempo, pero especuló demasiado en el segundo, renunciando a hacerle el segundo gol a un equipo que parecía entregado. El Betis, al menos, tuvo fe y remontó cuando nadie lo esperaba. Después, volvió a ser víctima de su eterno mal momento.

El Granada ya avisó con Puertas a los nueve minutos. Los locales no carburaban, con Foulquier agobiando a Joaquín y Neva a Fekir. Hasta que llegó la primera acción decisiva. Foulquier siguió agobiando a Joaquín, que decidió no encarar y jugarse un absurdo pase al medio. Cortó Azeez, que salió como un rayo y en ventaja. Edgar falló en la anticipación y Fedal se comió el pase a la banda, donde emergía Puertas. El contragolpe, estupendo, encontró premio en el remate de Carlos Fernández. La acción vino precedida de un desmarque impresionante del atacante, que se encuentra en plena racha. Sus movimientos, genial imitación de los de Hugo Sánchez en sus buenos tiempos, volvieron loco a Guardado. El Betis, blando y muy débil en defensa, lo intentó a pesar de todo. Joaquín se inventó un jugador, muy bien resuelto por Rui Silva. El portero portugués del Granada voló en una acción de mérito de Fekir. El campeón del mundo se inventó un disparo a la escuadra de la nada que salvó Rui Silva.

El Granada se durmió en la segunda mitad. Martínez dispuso una defensa de cinco y se limitó a esperar al Betis, muy lento y con poco fútbol en unos jugadores sin chispa. Sin embargo, la entrada de jugadores como Tello activó algo el alicaído espíritu local. Un agarrón de Vallejo a Borja Iglesias en el minuto 85 acabó en penalti, bien transformado por Canales. Rubi pareció salvarse tres minutos después, cuando un lejano disparo de Tello acabó en la red. Sin embargo, la fragilidad del Betis se demostró en el gol del empate definitivo del Granada. Un saque de esquina muy mal defendido acabó en el segundo palo, donde Mandi no sujetó a Soldado. El delantero golpeó con dureza y el gol volvió a frustrar al Betis. De paso, puede poner fin a la etapa de Rubi en su banquillo. El Granada, octavo, se encuentra a un punto de Europa.

Archivado En