El Barça se resetea en ataque
Los de Setién intrdujeron variantes en Mallorca para dar mayor fluidez al juego ofensivo, con más vuelo por los laterales
Se atusaba la cresta Arturo Vidal entre carcajadas porque el gol llegó a las primeras de cambio con un remate de cabeza desde atrás. También se reía Jordi Alba desde el costado izquierdo porque había regalado su tercera asistencia en el curso, estadística raquítica para un lateral que en la temporada anterior contabilizó 17. El grupo se abrazaba feliz por volver a LaLiga con el paso cambiado y el marcador a favor. Aunque nadie estaba tan c...
Se atusaba la cresta Arturo Vidal entre carcajadas porque el gol llegó a las primeras de cambio con un remate de cabeza desde atrás. También se reía Jordi Alba desde el costado izquierdo porque había regalado su tercera asistencia en el curso, estadística raquítica para un lateral que en la temporada anterior contabilizó 17. El grupo se abrazaba feliz por volver a LaLiga con el paso cambiado y el marcador a favor. Aunque nadie estaba tan conforme como el técnico, Quique Setién, que en un minuto y cinco segundos había conseguido un resultado rápido a la nueva disposición del ataque.
Durante el confinamiento, Setién le dio vueltas y más vueltas a cómo mejorar el fútbol ofensivo de su equipo, a un ataque que tenía todos los ingredientes menos la regularidad, quizá supeditada a las chispas individualidades del tridente ofensivo antes que a las colectivas. Analizaron vídeos, sacaron y editaron cortes de partidos pasados que les interesaban y revisaron cómo les presionaban los rivales en campo ajeno, Dieron con una receta que aplicaron ante el Mallorca y que bien pueden usar contra cualquier rival que se encierre atrás como el Leganés, con quien se mide hoy (22.00. Movistar LaLiga) en el Camp Nou. “Le hemos dedicado mucho tiempo y horas a mejorar la salida de balón en algunos conceptos”, reflexionó el técnico antes del encuentro. Y salió airoso. Al menos en un primer tiempo donde gobernó el balón.
Siempre ha tenido claro Setién que con los delanteros que tiene en el quipo —Messi, Suárez y Griezmann, además de aliños como Ansu, Dembélé y ahora Braithwaite—, las ocasiones se producen casi sin querer. Pero le inquietaba que no llegaran en las mejores condiciones al área rival ni con los hombres suficientes, escaso el equipo de profundidad y de registros cuando la pelota no pasaba por las botas de Messi. Y, cruyffista como es Setién, el problema lo detectó en su propia área y no en la contraria. Al estilo y semejanza de Pep Guardiola, que en el Camp Nou exigió la salida desde Valdés porque siempre argumentó que el primer pase da el sentido al ataque. Incluso se recuerda un par de felicitaciones entre ambos, cuando el balón empezaba en las botas del portero y acababa en la red rival.
El Mallorca se quedó atrás y Ter Stegen resultó banal en la salida. No así los centrales —Piqué tuvo un 88% de éxito en el pase y dio 93 entregas bien; Araújo, 94% y 98—, que mezclaron con comodidad hasta conectar con el enganche o bien con una de las bandas, donde caían los interiores (De Jong y Vidal) para ayudar en la confección y se desprendían los laterales a campo contrario. Así, en el Visit Mallorca Estadi, el Barça no abrió las bandas con los extremos sino que lo hizo con Alba y Sergi Roberto, insertado Busquets como tercer central para ayudar en la salida del balón. Y los delanteros recibían centrados, juntos en el centro para poder mezclar y disparar. El primer tiempo fue diáfano: cinco centros de los laterales (tres de Alba y dos de Sergi Roberto), todos rematados.
Aunque perdió fiereza el Barça en el segundo acto, expuesto a las contras del Mallorca, destensados algunos jugadores por la ventaja y quizá por la fatiga. Pero eso, precisamente, evidenció que la apuesta de Setién también tiene un revés, pues si no se roba el balón en campo contrario y el rival salta la primera línea de presión, el equipo es vulnerable porque no baja rápido ni en bloque (al menos hasta que no estén en forma o convencidos todos a excepción de Messi, que va por su cuenta). Por lo que el Mallorca chutó en 13 ocasiones, casi siempre con carreras a las espaldas de los laterales y con Kubo como estilete. No tuvo premio el Mallorca y sí el Barça. También Setién, que ha decidido cambiar el paso y ya sabe que con un buen ataque su equipo gana golpe por golpe.