La diáspora forzosa del pelotón ciclista español

En Colombia no hay carreras internacionales, ni están previstas, y el ciclismo colombiano trabaja para organizar un vuelo chárter que desembarque en Barajas el 20 de julio a todas sus figuras salvo al ganador del Tour Egan Bernal, al que su Ineos le pondrá un vuelo propio. Desde Madrid se desperdigarán por las bases europeas de sus equipos y desde allí, siguiendo la premonición de Eusebio Unzue, se pelearán entre ellos para ganar las carreras más importantes.

Ya puestos, podrían los prestar el avión a los equipos españoles, que como sus colegas colombianos tampoco podrán apenas correr e...

En Colombia no hay carreras internacionales, ni están previstas, y el ciclismo colombiano trabaja para organizar un vuelo chárter que desembarque en Barajas el 20 de julio a todas sus figuras salvo al ganador del Tour Egan Bernal, al que su Ineos le pondrá un vuelo propio. Desde Madrid se desperdigarán por las bases europeas de sus equipos y desde allí, siguiendo la premonición de Eusebio Unzue, se pelearán entre ellos para ganar las carreras más importantes.

Ya puestos, podrían los prestar el avión a los equipos españoles, que como sus colegas colombianos tampoco podrán apenas correr en su país, donde apenas se disputarán cuatro carreras desde el 28 de julio hasta el 20 de octubre, y oyen con envidia a ciclistas como el italiano Vincenzo Nibali que anuncia que no saldrá de Italia en toda la temporada, que todo lo que correrá —clásicas, monumentos, Giro, Tirreno…— lo hará en la bota. Y quedarse en casa no es mala idea en tiempos de pandemia y miedo.

Buena idea pero imposible para unos equipos españoles —Movistar, Euskadi, Burgos, Caja Rural, Kern Pharma, Kometa-Fundación Contador…— forzados a la diáspora. La Unión Ciclista Internacional (UCI) ha hecho ya oficial el calendario del retorno -no hay carreras ciclistas internacionales desde el final anticipado de la París-Niza el 14 de marzo--, que se iniciará el 24 de julio con el Trofeo Agostinho en Portugal. De las 59 carreras, y 164 días de competición, previstos en los grandes países del ciclismo, los poderes tradicionales -Francia, Italia, Bélgica y España-, la Francia del Tour, la Dauphiné y la París-Roubaix, tendrá 20 carreras (el 34%) y 60 días (el 37%); la Italia del Giro, Tirreno, Lombardía y San Remo, contará con 16 carreras (el 28%) y 52 días (el 32%); la Bélgica de Flandes y Lieja, 18 carreras (31%) y 25 días (16%), y la España de la Vuelta, cuatro carreras -Burgos, Getxo, Ordizia y Vuelta--, que son el 7% del total, y, gracias a las 18 etapas de la Vuelta, 27 días (15%).

Mientras en otros países han peleado para llevar al verano y al otoño todas las carreras anuladas en la primavera por la pandemia, ningún organizador español, con una actitud similar a británicos, suizos, holandeses y alemanes, ha querido recolocar la suya. Se pierden, así, en 2020 la Volta a Catalunya, la Vuelta al País Vasco, la de Asturias, de Castilla y León y Madrid, así como San Sebastián, Estella y Amorebieta. Ocho competiciones y 25 días menos.

“Ni País Vasco ni nosotros podíamos organizar la carrera en verano por el turismo y porque las ciudades y pueblos etapa no querían esas fechas”, explica Rubén Peris, organizador de una Volta, la carrera más antigua de España, que en 2020 debería haber celebrado su centenario. “Y, por otro lado, los patrocinadores pusieron problemas”. “Mire qué carreras se han recolocado”, señala Marcos Moral, director de la Vuelta a Burgos (28 de julio a 1 de agosto), la carrera organizada por la Diputación provincial que abre el gran calendario. “Son todas las organizadas por Tour, Giro y las clásicas belgas, los más potentes. Nosotros ni hemos tenido que cambiar de fechas ni nada, pero tampoco está cien por cien seguro de que vayamos a salir, aunque 40 equipos nos hayan pedido participar. La UCI todavía no nos ha pasado un protocolo de exigencias sanitarias y tampoco el ministerio español...”.

Si para el Movistar, del WorldTour e invitado a todas las grandes, el nuevo calendario le es indiferente, los demás equipos, y solo dos, Burgos y Caja Rural, estarán en la Vuelta, deberán enseñar el maillot de sus patrocinadores en territorios lejanos.

La Vuelta, reducida a 18 etapas (tres menos de lo habitual) y trasladada, en simultaneidad con el Giro, al otoño profundo (20 de octubre a 8 de noviembre) perdió no solo la salida prevista desde Utrecht, en los Países Bajos, sino también el paso a Portugal, previsto para la última semana, con un final de etapa en Oporto y una salida en Viseu. La carrera ha presentado las ciudades sustitutas. En vez de a Oporto, la etapa con salida de Mos (Pontevedra), el 5 de noviembre, llegará a Puebla de Sanabria (Zamora), y será la más larga de la ronda española, con 234 kilómetros. La siguiente etapa, que debería haber partido de Viseu lo hará desde Salamanca, y terminará en Ciudad Rodrigo después de atravesar la Sierra de Francia, las Batuecas y las Mestas.