Jon Rahm: “En EE UU me han mirado mal por hablar español”

El golfista vasco afirma que ha tenido alguna mala experiencia como “inmigrante hispano”

Jon Rahm, en Estados Unidos.Matt SULLIVAN (AFP)
Madrid -

Cuando llegó a la Universidad Arizona, en Estados Unidos, como parte del programa de formación de la federación española de golf, Jon Rahm apenas hablaba inglés. De hecho estuvo muy cerca de hacer las maletas y volver a casa porque no dominaba el idioma y eso impedía su adaptación. Empeñado en triunfar, resistió, aprendió y hoy la situación es muy diferente. Rahm, de 25 años, es el número dos del mundo, se ha comprado una casa en Arizona, está casado con una estadounidense, Kelley Cahill, a la que conoció en una fiesta de disfraces en la Universidad, tiene un mánager norteamericano y se desenv...

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Cuando llegó a la Universidad Arizona, en Estados Unidos, como parte del programa de formación de la federación española de golf, Jon Rahm apenas hablaba inglés. De hecho estuvo muy cerca de hacer las maletas y volver a casa porque no dominaba el idioma y eso impedía su adaptación. Empeñado en triunfar, resistió, aprendió y hoy la situación es muy diferente. Rahm, de 25 años, es el número dos del mundo, se ha comprado una casa en Arizona, está casado con una estadounidense, Kelley Cahill, a la que conoció en una fiesta de disfraces en la Universidad, tiene un mánager norteamericano y se desenvuelve por el circuito con la misma soltura que cualquier jugador local. Hasta cuando hace poco la federación española le pidió que enviara un vídeo de apoyo a la celebración del Open en Madrid, el vasco lo hizo, instintivamente, en su perfecto inglés.

Y, pese a toda su feliz vida americana, y pese a que vuelve lo justo por España, cuando puede, Rahm no olvida sus orígenes, su Barrika, y muestra su agradecimiento a la federación disputando cada año el Open. Y en Estados Unidos habla español con quien puede, con golfistas y con aficionados que le siguen y le animan, incluso consigo mismo, en voz alta, cuando está jugando. Y eso, dice ahora, le ha costado alguna mala experiencia.

“Como inmigrante hispano en Estados Unidos, aunque ni siquiera estoy cerca de experimentar lo que algunas personas han sufrido en este mundo por discriminación, sí he podido comprobar cómo por el solo hecho de hablar español, incluso conmigo mismo, me han mirado mal y de forma despectiva”, ha comentado Rahm en la previa del Charles Schwab Challenge, el torneo en Texas con el que este jueves vuelve el golf y que, como al menos los tres siguientes, será sin público. “Todos somos seres humanos y debemos ser tratados de la misma manera. Si de alguna manera he experimentado cómo puede ser el racismo, no puedo imaginar lo que algunas personas han vivido a lo largo de su vida”, añadió el vasco.

Rahm fue uno de los pocos golfistas (un deporte con una gran mayoría blanca) que salió públicamente a denunciar el racismo tras la muerte de George Floyd. “Invito a mis compañeros a apoyar las causas para eliminar el odio, la intolerancia y el racismo. Me encanta mirar más allá de las cuerdas y ver la diversidad de rostros, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos. Continuemos en apoyo de nuestra comunidad afroamericana y aceptemos nuestras diferencias”, expuso Rahm en las redes sociales, además de añadir una cita de Nelson Mandela.

“Como atleta en un deporte principalmente blanco, era mi intención apoyar esta causa e intentar llegar a la mayor cantidad de personas posible. Entiendo que no se puede hacer que todos se den cuenta de todo, pero si puedo hacer que una persona más entienda la situación y la apoye, para mí es una victoria”, explicó Rahm en Texas. En la vuelta del golf, compartirá partido estelar con el número uno mundial, Rory McIlroy, y con el tres, Brooks Koepka. Sergio García y Rafa Cabrera Bello también están en liza. Tiger Woods es baja.

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