Histórica visita del Bayern a Berlín

El líder de la Bundesliga vence al Unión en su primera visita al pequeño campo de la capital y Thiago se convierte en el español con más partidos en la primera categoría del fútbol alemán

Thiago conduce el balón ante Ujah.Hannibal Hanschke (GTRES)

El Bayern visitó el pequeño campo del Unión Berlín por primera vez en su historia en partido oficial. La elipse se cerró este domingo después de un siglo de desencuentros por las razones geopolíticas que en el siglo XX convirtieron Alemania en una escombrera. Con el país unificado y con el Unión ascendido a la Bundesliga, la esperada visita del equipo hegemónico del torneo se produjo en situaciones extraordinarias. En el transcurso de la primera jornada de reanudación tras la declaración de la pandemia del nuevo coronavirus. Como era previsible, el partido exhibió tantas carencias como virtude...

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El Bayern visitó el pequeño campo del Unión Berlín por primera vez en su historia en partido oficial. La elipse se cerró este domingo después de un siglo de desencuentros por las razones geopolíticas que en el siglo XX convirtieron Alemania en una escombrera. Con el país unificado y con el Unión ascendido a la Bundesliga, la esperada visita del equipo hegemónico del torneo se produjo en situaciones extraordinarias. En el transcurso de la primera jornada de reanudación tras la declaración de la pandemia del nuevo coronavirus. Como era previsible, el partido exhibió tantas carencias como virtudes en el líder. Después de apenas una semana de entrenamientos convencionales, al Bayern le pesó la descoordinación frente a un rival sencillo y tenaz.

La peste ha convertido al fútbol alemán en el centro del universo deportivo. Sin muchas más señales de vida en la industria del entretenimiento, la presencia del Bayern en Berlín adquirió una trascendencia nueva. El rito de la esterilización pesó gravemente en el ambiente de un estadio famoso por ser uno de los más idiosincráticos y bulliciosos de Europa. El fragor de la hinchada local fue higiénicamente reemplazado por los gritos destemplados de jugadores, las voces de algún técnico, y el canto de los pájaros en la arboleda cercana, todo captado por los micrófonos en un ambiente de patio de colegio. Desde el palco, lejos el uno del otro, Oliver Kahn y Karl-Heinz Rummenigge, cabezas de la delegación bávara, observaron los acontecimientos con las mascarillas bien puestas.

El doble pivote Thiago-Kimmich, pensado para lanzar a los laterales Pavard y Davies hacia los extremos del ataque, acabó por restar flexibilidad a las maniobras del Bayern, muy limitado en el juego interior. La falta de coordinación de Müller, Goretzka y Gnabry, dubitativos en todas sus acciones entre líneas, obligó a los interiores a jugar siempre por afuera, y los ataques se hicieron previsibles. Fáciles de contener para el Unión, que solo concedió el primer gol en un accidente, antes del descanso.

Subotic fue a despejar un centro de Lewandoski sin reparar en Goretzka. Este misterioso volante llegador, cuyo papel nunca parece claro, solo apareció en el partido para interponerse entre la bota del oponente y la pelota. Subotic le propinó la patada y cayó en medio del área. Fue la acción más decisiva del encuentro. Lewandowski metió el penalti.

Pavard selló la victoria cabeceando un córner y el partido pasó a la historia por muchas razones, no por el juego. Thiago Alcántara se convirtió en Berlín en el español con más partidos en la Bundesliga: 148, uno más que Javi Martínez.

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