El ‘mea culpa’ del árbitro de la final de Milán

Clattenburg admite que supo en el descanso que el gol de Ramos (1-0) fue ilegal, y se lo hizo saber a Pepe tras protestar su penalti a Torres

La acción del 1-0 del Madrid y el árbitro Mark Clattenburg.

No es habitual entre el gremio arbitral reconocer errores en público y menos si este se ha dado en un partido tan trascendental como puede ser una final de la Copa de Europa. El árbitro inglés Mark Clattenburg ha roto esa costumbre al admitir que el gol del Real Madrid en la final de la Champions de 2016, celebrada en Milán ante el Atlético, fue en fuera de juego. El tanto de Sergio Ramos, en el minuto 14, sería igualado por Yannick Carrasco cuando faltaban pocos minutos para el final. El título lo acabó conquistando el Madrid en la tanda de penaltis (5-3). “En esa final, el Real Madrid se pus...

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No es habitual entre el gremio arbitral reconocer errores en público y menos si este se ha dado en un partido tan trascendental como puede ser una final de la Copa de Europa. El árbitro inglés Mark Clattenburg ha roto esa costumbre al admitir que el gol del Real Madrid en la final de la Champions de 2016, celebrada en Milán ante el Atlético, fue en fuera de juego. El tanto de Sergio Ramos, en el minuto 14, sería igualado por Yannick Carrasco cuando faltaban pocos minutos para el final. El título lo acabó conquistando el Madrid en la tanda de penaltis (5-3). “En esa final, el Real Madrid se puso 1-0 en la primera parte, pero el gol fue en fuera de juego por muy poco. Nos dimos cuenta en el descanso. Era una acción difícil y mi asistente falló”, relató Clattenburg en una entrevista concedida al Daily Mail.

Ese gol de Ramos siempre ha estado en el centro de la polémica de aquella final. La pelota salió muy tocada de una falta lateral desde la izquierda ejecutada por Toni Kroos. Tras peinar Bale, Savic y Ramos se enredaron en agarrones antes de que este último remachara el gol ante Oblak. Para los madridistas, la jugada ya era penalti. Para los rojiblancos, Ramos arrancó en fuera de juego, lo que anulaba la posible pena máxima y el tanto. Clattenburg recibió las protestas de Godín y Simeone en el descanso, camino de los vestuarios. El técnico y el central uruguayo le reclamaron con insistencia el fuera de juego de Ramos. Con la tecnología del VAR, que no se comenzó a usar en la máxima competición continental hasta la temporada pasada, probablemente ese tanto no hubiera subido al marcador.

Antes de que Carrasco igualara el gol de Ramos, Clattenburg señaló un penalti a favor del Atlético. La bota derecha de Pepe contactó con la espinilla de Fernando Torres dentro del área y el portugués protestó airadamente al colegiado la señalización de la pena máxima. “Pepe hizo una falta sobre Torres. Estaba furioso y me dijo en perfecto inglés: ‘Eso no es penalti nunca, Mark’ [en referencia a la pena máxima en el minuto 47 que falló Griezmann]. Le dije: ‘Vuestro primer gol no debería haber subido al marcador’, y se calló. La gente pensará que es raro, porque dos errores no hacen un acierto. Los árbitros no pensamos así, pero los jugadores sí. Sabía que si le decía eso aceptaría la situación. No era nada divertido arbitrarle, tenías que estar vigilándole constantemente”, cuenta ahora Clattenburg.

En la entrevista, el colegiado inglés, ayudado esa noche en Milán por los linieres Simon Beck y Jake Collin, apuntó también que uno de los cinco futbolistas a los que más le había costado controlar en un terreno de juego era precisamente Pepe. Admite que le estudió para interpretar mejor sus reacciones en el campo.

En el minuto 119 de la prórroga, Carrasco y el central portugués tuvieron un rifirrafe que terminó con este último rodando por el suelo. Clattenburg no picó y le sacó la lengua al defensa madridista. “Cuando lo hice estaba pensando: ‘¿Así de flojo eres para ser tan grande?’. Pepe estaba rodando por el suelo, actuando. Lo intentó dos veces para ver si expulsaba a algún jugador del Atlético. Otro árbitro hubiera picado, pero yo había hecho los deberes. Aunque intentaba no dejarme llevar por los prejuicios, conocía bien su forma de pensar y me hizo falta para intentar llevarle. Era un jugador del que no podías fiarte. Un partido podía estar siendo fácil y, de repente, él hacía algo”, remató el británico.


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