El Valladolid hunde al Espanyol

El cuadro blanquiazul pierde su cuarto partido consecutivo en Cornellà y la afición sentencia al entrenador: “Gallego vete ya”

Barcelona -
Dídac ante Sandro, en el Espanyol-Valladolid.Alex Caparros (Getty Images)

En un duelo de equipos flacos de puntos, perdidos en el fondo de la tabla, sin fútbol ni autoestima, el Valladolid dejó grogui al Espanyol. No necesitó demasiado el equipo de Sergio González para vencer al cuadro blanquiazul: el Espanyol se condenó solo. La frágil confianza de los muchachos de David Gallego se desvaneció cuando el árbitro señaló penalti de Víctor Sánchez a Óscar Plano, que terminó en el 0-1 de Míchel, y se fundió a negro en el momento en el que se quedó con un jugador menos por la infantil expulsión de Calero. No tuvo piedad el Valladolid. Plano firmó el 0-2 y la hinchada blan...

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En un duelo de equipos flacos de puntos, perdidos en el fondo de la tabla, sin fútbol ni autoestima, el Valladolid dejó grogui al Espanyol. No necesitó demasiado el equipo de Sergio González para vencer al cuadro blanquiazul: el Espanyol se condenó solo. La frágil confianza de los muchachos de David Gallego se desvaneció cuando el árbitro señaló penalti de Víctor Sánchez a Óscar Plano, que terminó en el 0-1 de Míchel, y se fundió a negro en el momento en el que se quedó con un jugador menos por la infantil expulsión de Calero. No tuvo piedad el Valladolid. Plano firmó el 0-2 y la hinchada blanquiazul explotó, cansada de ver cómo su equipo pierde y pierde en Cornellà, sin más paciencia con el novato entrenador.

La Liga arrancó con una sonrisa para el Valladolid, una prolongación de lo que había sido la temporada anterior, cuando el equipo de Sergio González se aferró a la élite del fútbol español. Sin embargo, después de la victoria a domicilio ante el Betis y del empate contra el Madrid en el Bernabéu, el cuadro vallisoletano se extravió. Hasta que llegó de visita a Cornellà y se encontró con una afición cariñosa con Sergio González -“Bienvenido a tu casa, Sergio” fue el mensaje de la grada para el que fue canterano, jugador y técnico blanquiazul- y con un equipo endeble, desfigurado en LaLiga, sobre todo en su estadio. El Espanyol ha perdido los cuatro partidos que ha disputado en el RCDE Stadium, con un saldo de un gol a favor y 11 en contra.

No hay manera de que arranque el Espanyol. Y, cuando parece que comienza a despertar, la fortuna o los errores lo vuelven a dormir. Se quedó conforme Gallego con el juego de su equipo en Vigo después de que Santi Mina le birlara la victoria en la última jugada (1-1). Ante el Valladolid solo decidió prescindir de Wu Lei (lo reemplazó Darder) respecto del once que saltó al campo en Balaídos. De entrada, no le falló la estrategia al preparador blanquiazul. El Espanyol se plantó en el campo del Valladolid, paciente con el balón, cerca del área de Masip.

No tuvo puntería el Espanyol, siempre con Calleri como protagonista. Ni el poste ni Masip le dejaron al delantero argentino estrenarse como goleador con la camiseta blanquiazul. Condenado en las áreas, a la falta de puntería en la casa de Masip el Espanyol sumó la imprudencia en la de Diego López. Víctor Sánchez saltó con el brazo extendido a rechazar un balón y tanto el árbitro como los asistentes del VAR entendieron que el volante catalán golpeó a Óscar Plano. No hay suficientes cámaras ni repeticiones que puedan anular la interpretación de los colegiados, que señalaron penalti. Míchel no falló. El Espanyol se hundió.

La confianza del cuadro blanquiazul hace tiempo que anda en un tobogán, lleno de dudas en el campo y en el banquillo. Intenta asomar la cabeza, pero vuelve a tropezar. Como cuando después del paso por los vestuarios, el equipo de Gallego volvió a atacar, de nuevo con Calleri de estandarte. Pero el Espanyol está negado en ataque y errático en defensa. Volvió a fallar Calero (en el último partido en Cornellà le regaló el cuero a Isak y terminó con el tercer gol de la Real). Esta vez el central blanquiazul perdió una disputa con Guardiola y no tuvo mejor idea que intentar remediar la pifia con una falta. Era el último hombre: roja.

La hinchada se quedó sin paciencia. “Gallego vete ya”, cantó el RCDE Stadium. El Valladolid aferrado al orden, solo tenía que esperar su momento para fulminar el partido. Ese momento llegó. En la última jugada, Óscar Plano sacó una volea precisa y potente para sellar el 0-2. Renació el Valladolid frente al rendido Espanyol.

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