El Athletic sigue siendo una roca en defensa

El Eibar pierde en San Mamés con un gol de Raúl García en el primer minuto de partido ante un equipo que ya mira a Europa

José Ángel y Williams pugnan por el balónJavier Zorrilla (EFE)

Uno de los personajes de la serie de culto The Wire, localizada en Baltimore, que veía un partido de fútbol americano por televisión en uno de sus capítulos, respondía a la pregunta de su mujer sobre quién estaba ganando: “Ninguno de los dos gana, lo que pasa es que unos pierden más lentamente que los otros”. El Eibar empezó perdiendo más rápido que el Athletic; o el Athletic perdió más lento que el Eibar. A los 43 segundos, en la primera acción de ataque rojiblanco, Raúl García remató sin remisión el envío de Yuri desde la línea de fondo para adelantar a su equipo. El primer chispazo...

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Uno de los personajes de la serie de culto The Wire, localizada en Baltimore, que veía un partido de fútbol americano por televisión en uno de sus capítulos, respondía a la pregunta de su mujer sobre quién estaba ganando: “Ninguno de los dos gana, lo que pasa es que unos pierden más lentamente que los otros”. El Eibar empezó perdiendo más rápido que el Athletic; o el Athletic perdió más lento que el Eibar. A los 43 segundos, en la primera acción de ataque rojiblanco, Raúl García remató sin remisión el envío de Yuri desde la línea de fondo para adelantar a su equipo. El primer chispazo se concretó en gol.

A Mendilibar se le puso cara de cuerno, porque ese no era el guion que llevaban representando toda la semana en Atxabalpe, donde el Eibar se oxigena cada mañana al pie de un hospital. Cualquier equipo sabe que acabará perdiendo, pero todos prefieren aplazarlo para el siguiente partido, y empezar tan pronto a perder significa condicionar el juego al resultado. Y el Athletic empieza a sentirse muy cómodo con los partidos a favor, como si se sintiera inexpugnable en defensa.

Así que como unos días antes en Huesca, el equipo de Garitano consiguió que durante muchos minutos no pasara nada en San Mamés, absolutamente nada, y cuando sucedía algo, lo generaba el Athletic, como el disparo al larguero de Beñat que asustó a Riesgo en el minuto 16. El Eibar no era el equipo que estaba completando un invierno fantástico. En la Catedral era otra cosa, desactivado por el sistema de Garitano, que sometió a las bandas armeras desde el primero hasta el último minuto.

Y el enfado de Mendilibar con la primera acción de su equipo, se pudo repetir en el comienzo de la segunda mitad. A los 24 segundos, esta vez, Muniain falló el remate solo ante el portero eibarrés tras una jugada de De Marcos, que junto a Capa, se comió la habitualmente eficaz banda izquierda armera. Ni Orellana ni Cucurella se dejaron ver más de lo imprescindible, aunque el catalán tuvo la ocasión más clara de su equipo, en un remate en plancha que, cuando buscaba la portería, se estrelló contra el cuerpo de su compañero Charles. El Eibar, pese a tener más la pelota que en la primera parte, se sentía incómodo en el campo, perdía demasiados balones y no conectaba con la zona de peligro. Los cambios no le dieron resultado a Mendilibar. El último fue casi testimonial: la entrada de Pedro León, otra vez futbolista después de muchos meses sin vestirse de corto en en partido de competición.

La ocasión de Cucurella fue el último ramalazo del Eibar, que se arriesgó a las contras del Athletic, a oleadas, con Williams, Muniain y De Marcos, que pudieron ampliar el marcador. Algunas fueron clarísimas, para desesperación de la parroquia local. La más diáfana, la del minuto 84, en la que Williams se zafó por velocidad de tres rivales, disparó a puerta y el rechace no lo cazó De Marcos por milímetros.

Venció en San Mamés la confianza en sí mismo de un equipo que después de estar a tres puntos de la salvación, empieza a mirar la zona europea con ciertos aires de normalidad, aunque su entrenador prefiera pensar en otras cosas.

De momento, con 33 puntos, adelanta al Eibar en la tabla y se coloca en una situación muy cómoda. Es el resultado de haber logrado el equilibrio ideal en defensa. En los once partidos de Garitano en el banquillo, el Athletic sólo ha encajado cinco goles y únicamente ha perdido uno, el derbi de Anoeta contra la Real.

Garitano, como el personaje de The Wire, sabe que todos los equipos acaban perdiendo, pero aspira a perder más lentamente. LaLiga no es una serie de televisión, pero San Mamés tampoco es Baltimore.

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