A mejor defensa, peor ataque en el Barça

La pérdida de velocidad de balón y la falta de finura de Messi y Luis Suárez lastran a los azulgrana en Europa

Leo Messi, en el encuentro contra el Olympique de Lyon.Philippe LECOEUR (PRESSINPHOTO/GTRES)

Aunque vistió su uniforme fluorescente, el del verde chillón, al Barça le faltó luz y alegría para rematar su buen partido en Lyon. Todavía es un equipo demasiado apagado y angustiado para dejar de ser estéril: solo ha marcado dos goles en los últimos cuatro partidos y uno de penalti, contra el Valladolid. No están finos los azulgrana desde el empacho ante el Sevilla (6-1) y especialmente después de la lesión de Messi frente al Valencia (2-2). Hay por tanto una explicación coyuntural al empate a cero en el último partido de la Champions: si el Barcelona no marcó a pesar de rematar 25 veces es ...

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Aunque vistió su uniforme fluorescente, el del verde chillón, al Barça le faltó luz y alegría para rematar su buen partido en Lyon. Todavía es un equipo demasiado apagado y angustiado para dejar de ser estéril: solo ha marcado dos goles en los últimos cuatro partidos y uno de penalti, contra el Valladolid. No están finos los azulgrana desde el empacho ante el Sevilla (6-1) y especialmente después de la lesión de Messi frente al Valencia (2-2). Hay por tanto una explicación coyuntural al empate a cero en el último partido de la Champions: si el Barcelona no marcó a pesar de rematar 25 veces es porque le falló la puntería ante el portero Lopes. No hay que olvidar que los muchachos de Valverde siempre marcaron al menos un gol en los primeros 31 partidos de la temporada, hasta el 2-0 de Copa con el Sevilla.

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Pero la estadística proporciona también números que inciden en un problema estructural, simplificado en la figura de Luis Suárez, que suma 16 partidos sin anotar a domicilio en Europa, desde septiembre de 2015 en Roma. La última victoria del Barça en una ronda de eliminatorias de la Champions se remonta a 2016: 0-2 al Arsenal, goles de Messi. El 10 ha sido también el único que ha marcado en los seis partidos siguientes al triunfo de Londres: se cuentan cuatro derrotas sin gol (Atlético, PSG, Juventus y Roma) y dos empates, uno a cero (Lyon) y el otro a uno (Chelsea) con el gol ya mencionado del delantero de Rosario. El equipo está confeccionado para que Messi y Luis Suárez resuelvan y, por tanto, cuando ninguno de los dos encuentra la portería, el Barça se queda seco.

Las alternativas a Messi (30 goles en total) y Luis Suárez (16) son Dembélé (13; dos en la Copa de Europa), Coutinho (8), Piqué (5), Rakitic (4) y Malcom (3). El brasileño fue el autor del gol del empate en el partido de Copa contra el Madrid (1-1) y también el de la igualada ante el Inter (1-1). No jugó Malcom en Lyon, participó poco Coutinho y Dembélé, decisivo en los partidos de Liga disputados en Valladolid (0-1), Anoeta (1-2) y el Wanda (1-1), y también contra el PSV Eindhoven, no estuvo certero en Francia. Los azulgrana salieron ilesos del último encuentro de la Champions por la excelente actuación de Ter Stegen y por el bloque defensivo: Semedo, Piqué, Lenglet y Jordi Alba. No solo funcionan los titulares, sino que Valverde tiene alternativas como Umtiti, Vermaelen y Sergi Roberto. El único sin recambio es Alba.

El recuerdo de Londres

El equipo ha ganado estabilidad defensiva desde el 3-4 del Betis. También es capaz de practicar la presión alta, como se advirtió en Lyon. Y ha ofrecido incluso dos excelentes partidos en la competición continental: 2-4 ante el Tottenham y 1-1 contra el Inter. Ahora, sin embargo, le cuesta atacar, condicionado por la lesión de Arthur, decisivo en el pase y gobierno del choque, y también por la falta de alternativas a la pareja Messi y Suárez. Boateng apenas cuenta, Malcom interviene de vez en cuando y a Dembélé le cuesta acertar en la toma de decisiones, acabar las jugadas, precipitado en el Groupama Stadium.

Los azulgrana son a menudo previsibles y se entregan a soluciones individuales, ahora limitadas por la falta de finura de Messi y el desatino de Luis Suárez. Hay un detalle especialmente revelador: solo cinco de los 25 remates de Lyon cogieron portería, circunstancia que habla de la dificultad para generar ocasiones claras, seguramente por la falta de velocidad de balón, necesaria para desordenar y sorprender al rival, incluso al inconsistente Lyon.

Necesita el Barça mejorar el juego colectivo, profundizar, ensanchar el campo y ampliar sus recursos, para disputar la Champions, ya sea de azulgrana o con la zamarra fluorescente que lució en el estadio Groupama.

Boixos Nois irrumpen contra culers en Lyon

Un grupo de radicales azulgrana, portadores de bengalas y al grito de “Laporta muérete”, irrumpió en la zona ocupada por seguidores del Barça en el estadio Groupama de Lyon, aficionados que respondieron con cánticos de “independència” y “llibertat presos polítics”. Laporta afirmó que, por sus noticias, se trataba de Boixos Nois que se desplazaron en autocares organizados por el Barça. El club replicó que, en contra de su voluntad, los radicales viajaron por sus medios y sin entrada. El Barcelona declina cualquier responsabilidad, se remite a la policía y al Lyon y anuncia que se quejará a la UEFA.

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