El Leganés corta la racha del Rayo

El equipo pepinero se impone en Vallecas (1-2) pese a jugar media hora con 10 y mete en descenso a su rival

Braithwaite celebra su gol al Rayo.Rodrigo Jimenez (EFE)

Es muy pronto para hablar de finales, pero tal como está la Liga y cómo están Rayo y Leganés, lo de este lunes fue lo más parecido a una final por la permanencia. La ganó el Leganés, que sobrevivió a media hora con un jugador menos y a unos últimos diez minutos de locura total. El Rayo ve cortada su racha de cinco partidos sin perder y vuelve a caer a zona de descenso tras un duelo extraño en el que nunca se encontró a gusto, ni cuando se vio acorralado en la primera parte ni cuando intentó acorralar. Sonríe el Leganés, que obtiene camiones de oxígeno.

Desde el principio el Leganés entr...

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Es muy pronto para hablar de finales, pero tal como está la Liga y cómo están Rayo y Leganés, lo de este lunes fue lo más parecido a una final por la permanencia. La ganó el Leganés, que sobrevivió a media hora con un jugador menos y a unos últimos diez minutos de locura total. El Rayo ve cortada su racha de cinco partidos sin perder y vuelve a caer a zona de descenso tras un duelo extraño en el que nunca se encontró a gusto, ni cuando se vio acorralado en la primera parte ni cuando intentó acorralar. Sonríe el Leganés, que obtiene camiones de oxígeno.

Desde el principio el Leganés entró mejor en el partido. Braithwaite era molesto tanto con el balón como sin él porque presionaba cualquier sombra franjirroja y enfilaba la portería en cuanto controlaba el cuero. Nada más empezar el delantero danés se la hizo a Ba y este tuvo que derribarlo al borde del área. Un minuto de juego y ya una tarjeta para los locales.

El Rayo quería jugar desde atrás, no regalar balones, pero la presión del Lega era un muro sin fisuras. Tras un mal pase, el balón le quedó a Recio para que chutase y exigiese una buena intervención de Dimitrievski. Solo cuando el cuadro pepinero relajó un poco la intensidad el Rayo empezó a operar en campo contrario. Una buena acción por la izquierda de Álex Moreno hizo pensar que el campo se había inclinado hacia la meta de Cuéllar. Un espejismo, porque Braithwaite remató al palo en una falta lateral y volvió a amedrentar al Rayo.

La ocasión fue un aviso, y el que avisa no es traidor. El Leganés volvió a activar la presión y el Rayo se ahogó. Tampoco le hizo falta al equipo de Pellegrino un ejercicio ofensivo tremendo, le bastó con apretar y forzar algunos córners, y en uno de ellos llegó el gol. Braithwaite, que estaba en todas, remató en el punto de penalti con cierta comodidad, hasta tuvo que agachar un poco la cabeza para contactar con el balón y mandarlo a la red de Dimitrievski.

En el descanso Míchel desmontó la defensa de tres centrales que tanto había dado al Rayo en las últimas semanas. Entró otro delantero, el debutante Franco di Santo, y se marchó Ba. Con ese planteamiento más ofensivo, el equipo vallecano se estiró y el partido se afincó en la mitad de campo del Leganés. Aun así, la producción no era suficiente: apenas un cabezazo de Raúl de Tomás y un disparo lejano de Imbula que se marcharon fuera.

El Rayo estaba volcado, con los dos laterales, Advíncula y Moreno, ejerciendo de extremos, pero el Lega no sufría. Se sentía cómodo el equipo de Pellegrino bien pertrechado atrás porque nadie sospechaba que a Nyom le iba a sufrir enajenación mental transitoria e iba a patear a Embarba cuando el juego estaba parado. Roja y se abría un panorama nuevo en Vallecas.

Con uno más al Rayo le costó tocar a rebato, lo hizo cuando quedaban 15 minutos y los puntos estaban cogiendo el Cercanías rumbo a Leganés. En los últimos diez minutos se precipitaron los acontecimientos. Primero Cuéllar sacó una mano increíble a un cabezazo de De Tomás. Un minutos después el portero pepinero repitió milagro a disparo de Pozo, pero el rechace le cayó a Álvaro para que empatase a placer, ya era demasiado. Con el partido igualado, los pepineros prepararon las barricadas para intentar salvar un punto, pero el botín fue mucho más jugoso. Solo un minuto después del tanto del empate, un córner lanzado por Óscar fue cabeceado por En-Nesyri, y el balón, aparentemente manso, pasó entre muchas piernas hasta colarse en la portería rayista. Después de ese golpe, el Rayo no tuvo ánimo ni fútbol para levantarse. El Leganés, en dos córners, se llevó la final de Vallecas.

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