“Me alegra más el juego que los tres puntos”

Modric, héroe del Madrid, fue el reverso de Banega, cuyo error desencadenó el 1-0

Modric celebra su gol.Enrique de la Fuente (GTRES)

"El Madrid nos ha presionado muy bien en nuestro campo tras sus pérdidas y no nos ha dejado elaborar”, dijo Machín, para explicar los continuos errores de Banega y el Mudo Vázquez en la elaboración, justo donde normalmente se cuentan entre los futbolistas más precisos del campeonato. El error que reventó el partido, sin embargo, se desencadenó sin mediación de ninguna maniobra de presión del Madrid.

“Me hago responsable del primer gol del Madrid”, dijo Banega, aparentemente apesadumbrado al salir del camerino; “porque hice una mala entrega de la pelota en la salida. Si no hubie...

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"El Madrid nos ha presionado muy bien en nuestro campo tras sus pérdidas y no nos ha dejado elaborar”, dijo Machín, para explicar los continuos errores de Banega y el Mudo Vázquez en la elaboración, justo donde normalmente se cuentan entre los futbolistas más precisos del campeonato. El error que reventó el partido, sin embargo, se desencadenó sin mediación de ninguna maniobra de presión del Madrid.

“Me hago responsable del primer gol del Madrid”, dijo Banega, aparentemente apesadumbrado al salir del camerino; “porque hice una mala entrega de la pelota en la salida. Si no hubiese pasado eso, igual el partido sería distinto. Yo soy el primero en hacerme cargo de esta situación y asumo mi parte de culpa”. “En el segundo tiempo fuimos un desastre”, zanjó el líder sevillista, que hasta esta semana negoció su salida al Arsenal en el mercado invernal.

La gloria nunca obedece a una sola causa. El éxito circunstancial, tampoco. Fue el jugador más seguro del Sevilla, el guardián del mediocampo, el responsable de la organización, quien le abrió la puerta al Madrid en una tarde marcada por el frío y la lluvia. Fue en el minuto 78, cuando el encuentro parecía a bocado al 0-0. Fue Ever Banega quien, sin ningún rival que lo importunara, ejecutó un pase perfecto al revés y dejó a su equipo con el pie cambiado. Cuando sus compañeros salían, cuando emprendían el ataque hacia campo madridista, el argentino elevó la mirada, lanzó y la pelota rodó limpiamente al pie de Sergio Reguilón. El canterano aprovechó el regalo sin pérdida de tiempo y jugó con Modric, que dejó pasar para Casemiro. El mediocentro fue el autor del remate que abrió el marcador y dejó prácticamente liquidado el partido sin que Banega, otra vez extrañamente ausente, hiciera nada por taparlo. El 1-0 contribuyó a justificar la titularidad de Reguilón del mismo modo que convalidó la suplencia de Marcelo.

“Necesitábamos encontrarnos con nosotros mismos”, dijo Sergio Ramos en la entrevista a pie de campo, tras dedicar el triunfo a las tribunas medio vacías por el chaparrón. “Lo que hicimos se refleja en el marcador. Ganamos de manera seria y contundente. Hacía tiempo que no veía un testarazo [sic] del nivel que metió Casemiro. Él tiene un gran desplazamiento y le ha pegado muy bien desde fuera del área”.

“El fútbol es siempre de los futbolistas y este partido de hoy es mérito de los futbolistas”, dijo Solari, halagado por Machín, su homólogo, cuando señaló que había visto al mejor Madrid de la temporada. "Ha habido espacio para demostrar el espíritu competitivo ante los inconvenientes", dijo el técnico local; “y para que los jugadores jóvenes muestren su madurez y los veteranos muestren su solvencia”.

Recuperar la confianza

Si Reguilón y Vinicius representaron a los jóvenes, el papel destacado entre los veteranos lo ocupó Modric, herido en la cabeza tras chocar con el Mudo Vázquez. “Modric estuvo sobresaliente”, lo ensalzó Solari, “teniendo en cuenta que fue al descanso con una brecha muy grande. Se le abrió la ceja y estuvieron cosiéndolo 15 minutos. Esto te habla de su espíritu y del espíritu del equipo que lo ha dado todo y ha hecho un partido muy completo”.

Modric salió del estadio con una venda sobre la frente y la satisfacción del deber cumplido con sangre y gol —el 2-0 coronó su entrega—. “Hoy hemos hecho un partidazo desde el principio”, celebró el croata. “Estoy más contento por el juego que por los tres puntos porque cuando juegas así, al final ganas más puntos. Yo me siento bien físicamente en el último mes y medio. Eso para mí es muy importante y ahora mismo estoy muy feliz. Sobre todo por el partido que ha hecho el equipo. Ha sido redondo. Cada jugador ha dejado todo en el campo. Así nos quieren ver nuestros aficionados. Necesitábamos un partido así para recuperar la confianza”.

Solari no quiso valorar si el 2-0 ante el Sevilla constituía la mejor obra de su equipo desde que se sienta en el banquillo. “Hemos luchado, hemos presionado bien, y lo hemos hecho jugado arriba. Siempre son más de tres puntos cuando te enfrentas a un rival directo. Además, el gol de Casemiro ha sido muy bonito. Entró con suspense. El portero se estiró muy bien y desde la banda no se veía muy bien si la pelota había entrado. Fue precioso y merecido. El Sevilla se defiende muy bien pero nosotros buscamos los huecos desde el principio del partido”.

Marcelo, señalado desde el 26 de agosto

Marcelo se siente progresivamente señalado desde que Julen Lopetegui le sustituyó en el minuto 60 del partido de Montilivi, el 26 de agosto. Casi medio año después, la sensación de fin de ciclo que mastica el lateral se agudiza con Solari, que le ha dejado en el banquillo contra el Betis y el Sevilla, en dos de los partidos más importantes del campeonato, aprovechando la mala racha que le mereció una pitada el día de la visita de la Real. Por el camino, los seis puntos de seis para el Madrid y el salto del quinto al tercer puesto, pueden ser la llave de la clasificación para la futura Champions. El tránsito valoriza a Solari y a Reguilón —el sustituto— al tiempo que deja a Marcelo en una posición muy comprometida.

“Marcelo es el mejor lateral zurdo del mundo”, dijo Casemiro, tras el partido contra el Sevilla. “Él sabe que es un fenómeno. Es muy importante para nosotros y lo va a seguir siendo”.

Casemiro dio un espaldarazo público a su amigo. A sus 30 años, Marcelo es referente moral de la plantilla y símbolo de los veteranos que se ven amenazados por la nueva ola de canteranos y jóvenes fichajes.

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