El Celta acelera hacia Europa

Dos nuevos goles de Iago Aspas lanzan al equipo vigués, que suma trece puntos en las últimas cinco jornadas tras superar a un Betis fallón

Gol de Maxi Gómez, segundo del Celta contra el Betis.Salvador Sas (EFE)

Cuatro victorias y un empate contemplan al Celta durante el último mes, tiempo en el que ha gateado por toda la amplísima meseta que conforma la clase media de la Liga para situarse en la séptima plaza, dos puntos del sexto y con la mirada en Europa. El Celta parece engranado y empieza a ser un equipo fiable a lomos del indiscutible galope de Iago Aspas. En este fútbol moderno que se sustancia en las transiciones, en todo aquello que sucede en los instantes que se suceden tras perder o recuperar la pelota, el Celta se aplica como pocos. Ante el Betis lo hizo. La presión le ganó a la posesión....

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Cuatro victorias y un empate contemplan al Celta durante el último mes, tiempo en el que ha gateado por toda la amplísima meseta que conforma la clase media de la Liga para situarse en la séptima plaza, dos puntos del sexto y con la mirada en Europa. El Celta parece engranado y empieza a ser un equipo fiable a lomos del indiscutible galope de Iago Aspas. En este fútbol moderno que se sustancia en las transiciones, en todo aquello que sucede en los instantes que se suceden tras perder o recuperar la pelota, el Celta se aplica como pocos. Ante el Betis lo hizo. La presión le ganó a la posesión.

Al Betis hay que entenderlo. Y nadie puede demostrar que le iría mejor si tomase otro tipo de decisiones. De hecho lo hizo durante bastante tiempo y no ganaba más partidos que ahora que opta por trazar combinaciones y sacar la pelota desde su área sin dividirla. A veces paga porque se equivoca o le falta precisión y ahí es sencillo poner todo en discusión. Ocurrió en Balaídos, donde dominó al Celta en los diez primeros minutos de partido y en el undécimo le permitió un gol tras una defectuosa conexión entre Adán y Javi García y un control defectuoso del mediocentro que fue a parar justo a los pies de Iago Aspas, que tampoco necesita muchos regalos para montar una fiesta. "La primera que tuvimos, para dentro", explicó al final.

El gol alumbró de nuevo a Aspas, pero también a Unzué, que en la elección de futbolistas optó por juntar a Radoja con Lobotka en previsión de que iba a necesitar largo aliento en la medular. El trabajo de Radoja en la presión fue esencial para propiciar el error del Betis en el gol y poner en evidencia a Javi García, pero también al meta Adán, que eligió combinar con un compañero mal perfilado y con un rival en la chepa. En ese tipo de salidas tuvo problemas el Betis, pero sus convicciones están por encima de sus decisiones. Poco cambió cuando se vio en desventaja, trenzó con paciencia, continuó con su rondo y al Celta tampoco pareció importarle, apenas sufridor cuando Joaquín o Guardado le daban una pátina de profundidad al equipo que prepara Quique Setién.

Sin balón, el Celta apenas sufrió. Y amenazó siempre que consiguió recuperar en campo rival. Lo hizo en el inicio de la segunda parte, cuando el Betis perdió el hilo, no consiguió jugar en campo contrario y se volvió todavía más premioso. Le faltó al equipo de Setién velocidad en la circulación, pareció adocenado sobre todo en ese regreso tras el descanso en el que el Celta metió una marcha más y le pasó por encima para encontrar situaciones de gol a partir de recuperaciones y concreción. Adán trató de ponerle puertas al campo, pero acabó batido en la segunda ocasión clara que tuvó Maxi Gómez.

Nada parecía incomodar al Celta, pero una mala respuesta su portero a un inocuo centro de Barragán trajo de vuelta al Betis al partido. Sergio León marcó con veinte minutos por jugar y justo después de que Setién rehiciese el once con dinamita y dinamismo, con Rubén en punta, Boudebouz en el enganche y Guardado por delante de la zaga. A esas alturas los dos equipos ya estaban convencidos de que el éxito se lo iba a dar el manejo de la pelota. El Celta buscó guardar el marcador por la posesión, pero se encontró con una nueva golosina, un trastabilleo en mediocampo entre Guardado y Fabián que sirvió para montar una contra que decidió el partido porque la resta del mexicano, que embocó un penalti en los instantes finales, llegó demasiado tarde. Y ahí estuvo, inevitable, Iago Aspas, que lleva catorce goles en lo que va de campeonato a pesar de que en el inicio no marcó hasta la octava jornada.

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