Jon Rahm, mucho más que un novato

El golfista vasco gana a los 23 años la final de Dubái en una temporada en que todo lo ha hecho a lo grande

Jon Rahm con el trofeo Jumeirah.Andrew Redington (Getty)

El novato estaba delante de la pantalla de televisión. Acababa de entregar una tarjeta de 67 golpes, para un final total de 19 bajo par, en el World Tour Championship de Dubái, el torneo que coronaba al mejor golfista europeo de la temporada. Y esperaba a que finalizara la jornada de sus competidores para celebrar lo que hace unos meses ni siquiera imaginaba. Su tercer título en el año de su debut como profesional, después del Farmers Insurance y del Open de Irlanda, la victoria en la final de Dubái, un nuevo reconocimiento como el gran fenómeno que es a los 23 años, ya número cuatro del mundo...

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El novato estaba delante de la pantalla de televisión. Acababa de entregar una tarjeta de 67 golpes, para un final total de 19 bajo par, en el World Tour Championship de Dubái, el torneo que coronaba al mejor golfista europeo de la temporada. Y esperaba a que finalizara la jornada de sus competidores para celebrar lo que hace unos meses ni siquiera imaginaba. Su tercer título en el año de su debut como profesional, después del Farmers Insurance y del Open de Irlanda, la victoria en la final de Dubái, un nuevo reconocimiento como el gran fenómeno que es a los 23 años, ya número cuatro del mundo a partir de este lunes.

Rahm ha coronado tercero la Race to Dubái, por detrás de los ingleses Tommy Fleetwood y Justin Rose, y por delante de otro gigante como Sergio García, que en Dubái remó en la jornada final hasta el cuarto puesto. “No podría estar más orgulloso de lo que he hecho esta semana. Podría ser muy fácil simplemente contentarse con recibir el premio [sir Henry Cotton, como mejor debutante en el circuito europeo] y estar aquí e intentar jugar lo mejor posible”, dijo este domingo Rahm, que sin embargo no entiende de conformismos. “Tener el fin de semana que he tenido, con 12 hoyos bajo par en los últimos 36 hoyos, es realmente especial. No tenía pensado estar aquí a principios de año y ni mucho menos pensaba ganarlo, así que es una gran sensación”.

Nueve triunfos españoles, como en 1988

El broche de Rahm a este 2017 histórico para él es también el de un curso que ha devuelto al golf español a lo más alto. El título del vasco es el noveno para España en la temporada: tres de Sergio García, entre ellos el Masters de Augusta, el primer grande nacional desde la chaqueta verde de Olazabal en 1999, tres de Rahm y un domingo de gloria para Álvaro Quirós, Rafael Cabrero Bello y Adrián Otaegui.

Desde 1988 no presentaba España un palmarés semejante. Entonces, Seve Ballesteros coleccionó seis galardones, por dos de Olazabal y otro de Pepín Rivero, igualando la marca de 1986.

Hoy la Armada presenta tres figuras entre los 20 primeros del mundo: Rahm, que subirá del quinto al cuarto puesto, García (11º ayer) y Cabrera Bello (20º). Solo EE UU, con siete, e Inglaterra, con cuatro, tienen más presencias.

Todo ha sido nuevo para Rahm este año. Y todo lo ha hecho a lo grande. Su manera de comportarse en el campo, de hablar ante la prensa, sus referencias a leyendas como Seve Ballesteros y Tiger Woods, sus éxitos... Hasta sus enfados, más sosegados que antes, que retratan un carácter volcánico, una fiera que juega a todo o nada, sin reservarse un ápice. Vive con prisas Rahm, a quien no le valen comparaciones con jugadores como Miguel Ángel Jiménez y Álvaro Quirós, los españoles que antes que él ganaron en Dubái, sino que mira mucho más arriba, a lo alto de todo. Solo Olazabal y Sergio García habían terminado entre los tres primeros en la Orden del Mérito en el curso de su estreno. El impacto del vasco es tal que no hace sino pensar en la gran referencia del golf español, en Seve.

La comparación con Seve

“El estilo de Jon no es parecido al de Seve, su juego, pero esa garra, las ganas que pone en el campo, son las mismas que las que tenían Ballesteros y Olazabal”, reflexiona Manuel Piñero, que vivió en primera persona la explosión del cántabro y ahora se quita el sombrero ante el jugador de Barrika. “Rahm lo pone todo en el campo. No se conforma nunca. Cuando se enfada, es buena señal, pero siempre quiere más. Rahm y Sergio García son dos jugadores que marcan época, pero diría que Rahm es algo más ambicioso. Dicen que en dos años puede ser el número uno del mundo, pero igual ya lo es el año que viene”, añade Piñero. “Lo que hace es impresionante. Ha asombrado a todo el mundo”.

“Inimaginable”, califica el entrenador de Rahm, Eduardo Celles, este primer año de su alumno en la élite. “Pocos jugadores en la historia han hecho lo que él, ser ya el cuarto del mundo”. Rahm ha escrito su nombre en tre los mejores pegadores del circuito, y ha engordado su bolsa de premios con más de seis millones de dólares solo en ganancias en los torneos.

En Dubái gestionó la presión de los últimos hoyos hasta acabar en lo más alto. Joseba del Carmen, su preparador mental, ha moldeado a este diamante que ha derribado barreras en su primer año de profesional. Rahm, claro, ya piensa en el siguiente paso. Ganar un grande. Y lo quiere ya.

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