Gabi: “La Liga Europa es una mierda”

Los jugadores del Atlético muestran su frustración tras quedar casi fuera de la Champions

Gabi, Torres y Juanfran, durante el duelo frente al Qarabag. SERGIO PEREZ REUTERS.Foto: atlas | Vídeo: Atlas

En los momentos en los que el Qarabag disfrutaba con la pelota, Diego Pablo Simeone era un entrenador irreconocible. Su figura se distinguía paralizada sobre el área técnica. Sus jugadores, no se atrevían a presionar con decisión las circulaciones de balón del Qarabag. Las estadísticas de posesión del conjunto azerbaiyano se disparaban hasta el 54%. Con las manos en los bolsillos, Simeone parecía imbuido de la misma impotencia que sus futbolistas. Solo pareció reanimarse cuando Thomas empató y llegó el turno de la heroica atropellada. Reclamó más decibelios con aspavientos y censuró con gestos...

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En los momentos en los que el Qarabag disfrutaba con la pelota, Diego Pablo Simeone era un entrenador irreconocible. Su figura se distinguía paralizada sobre el área técnica. Sus jugadores, no se atrevían a presionar con decisión las circulaciones de balón del Qarabag. Las estadísticas de posesión del conjunto azerbaiyano se disparaban hasta el 54%. Con las manos en los bolsillos, Simeone parecía imbuido de la misma impotencia que sus futbolistas. Solo pareció reanimarse cuando Thomas empató y llegó el turno de la heroica atropellada. Reclamó más decibelios con aspavientos y censuró con gestos los silbidos de la grada a Gameiro cuando este abandonó el terreno de juego sustituido por Torres.

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Ya en la sala de prensa, la sobriedad del traje negro que Simeone acostumbra a lucir se conjuntaba con la realidad del Atlético. “A partir del resultado”, inició su comparecencia el Cholo, “las explicaciones que pueda dar pasan a ser excusas”. Su discurso giró hacia la incertidumbre y lo sobrenatural del destino. En cinco ocasiones, Simeone pronunció la palabra y describió un pulso como si su equipo estuviera en medio de una lucha contra elementos intangibles y externos que le impiden hacer goles. “El destino nos está jugando una pulseada (pulso) con el gol, tendremos que seguir insistiendo”, aventuró el técnico. “El arranque no fue malo, tuvimos alguna situación para hacer más daño, no estuvimos precisos. Luego, nos invadió la ansiedad, el nerviosismo. Después, en el segundo tiempo hicimos el partido que debimos hacer durante los 90 minutos. El equipo hizo todo lo que tenía que hacer, su portero hizo un gran partido y se defendieron bien”.

Antes que Simeone, el capitán Gabi hizo reflexiones que tronaron en los bajos del Wanda Metropolitano. “Antes era muy difícil que nos hicieran gol, y nosotros los hacíamos con casi nada”, fue la primera de las andanadas del volante. “A día de hoy, la Liga Europa es una mierda, aunque a mí me ha dado mucho”, fue la segunda perla explosiva, en referencia a la competición que jugarán los atléticos si quedan terceros. La última, no lo fue menos. “Si de aquí a enero seguimos con esta racha de resultados la llegada de Diego Costa no va a servir para nada”. Las sentencias de Gabi describieron a un capitán hundido por un batacazo histórico. A Godín, otro de los capitanes, le costó encontrar explicaciones a los problemas que acechan al equipo. “Si tuviera la solución sería el Cholo, esto es cosa de todos, las cosas no salen, en el futbol he pasado por varias de estas y hay que poner un poquito más, ser autocríticos. No hay que mirar a los lados”.

Mientras sus capitanes hablaban, Simeone seguía con sus invocaciones al destino “Nosotros siempre hemos jugado siempre de la misma manera”, insistió, “De este tipo de partidos hemos ganado 30 o 40, la diferencia es que se hizo un gol y entonces se habló de fortaleza, de impulso y de coraje, pero cuando no se hace gol se puede ver la parte negativa del fútbol, que siempre está presente”, prosiguió el técnico, antes de evocar de nuevo al destino. “Uno tiene lo que se merece, después el destino nos dará lo que nos merecemos”.

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