Cristiano se juega su último Mundial

Portugal solo evitará la repesca si esta noche en Lisboa consigue tres puntos ante Suiza, que le ganó (2-0) en el partido de ida. A sus 33 años, el goleador no puede esperar a Qatar

Cristiano gesticula en el último entrenamiento de Portugal.Armando Franca (AP)

Cristiano Ronaldo vive en una inquietante contradicción. El jugador de referencia de Portugal va camino de completar la fase de clasificación más brillante de su carrera, pero su equipo, con 24 puntos, marcha a remolque de Suiza, líder con 27 en el Grupo B de la fase de acceso al Mundial de Rusia. Solo una victoria ante la selección más sorprendente del continente, en la noche el martes en Lisboa (Estadio de la Luz, 20:45 horas), asegurará a los portugueses la presencia en la Copa del Mundo.

Cristiano ha metido 15 goles y ha dado ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Cristiano Ronaldo vive en una inquietante contradicción. El jugador de referencia de Portugal va camino de completar la fase de clasificación más brillante de su carrera, pero su equipo, con 24 puntos, marcha a remolque de Suiza, líder con 27 en el Grupo B de la fase de acceso al Mundial de Rusia. Solo una victoria ante la selección más sorprendente del continente, en la noche el martes en Lisboa (Estadio de la Luz, 20:45 horas), asegurará a los portugueses la presencia en la Copa del Mundo.

Más información

Cristiano ha metido 15 goles y ha dado tres asistencias en los ocho partidos que lleva disputados en la eliminatoria. En términos estadísticos, estamos ante la mejor fase de clasificación de su carrera con mucha diferencia. No es poco, considerando que pronto cumplirá 33 años y que desde 2004 acumula siete grandes ciclos entre Mundiales y Eurocopas. Sus cifras —y las de su selección— son intachables, salvo por un desliz: el 6 de septiembre del año pasado, en Berna, en la primera jornada de la fase clasificatoria, Suiza se impuso a Portugal (2-0). Desde entonces, Suiza sumó tres puntos en cada jornada. Portugal también,

Ahora Portugal se encuentra en el alambre. Si no desmonta a Suiza del primer puesto en el último día de competición ordinaria, Cristiano y sus compañeros irán a la repesca.

Pepe explica el tropiezo del 2-0 desde el personalismo. “No teníamos a nuestro jugador más importante”, dice el central, recordando que Cristiano estaba lesionado en la ida en Suiza. “Cristiano es nuestra bandera", señala, "y veníamos de una victoria muy buena en la Euro. Ahora va a ser diferente”.

El estrés define a Portugal. Pocos equipos transitaron por la Eurocopa de 2016 metiendo la pata en más baches. La selección de Fernando Santos reunió a futbolistas extraordinarios que jamás dieron la impresión de ponerse de acuerdo hasta que se vieron perdidos en la final ante Francia, justamente después de que Cristiano sufriera la lesión de rodilla que le apartó de la competición en el minuto 25. Equipo calculador hasta la exasperación, estuvo a punto de perder contra Irlanda en su presentación (1-1), empató ante Austria (0-0) y por poco no cae ante un rival de perfil amateur como Hungría (3-3) en la que fue la única noche relevante de Cristiano en el torneo, con dos goles y una asistencia.

En deuda

Mucho se ha dicho del declive físico de Cristiano. En la Eurocopa de Francia, el goleador del Madrid dio argumentos a los suspicaces, entre ellos algún médico acreditado para examinarle. El triunfo de Portugal en su ausencia le sirvió de redención. El llanto de París, mientras lo agasajaban sus compañeros, sirve de testimonio de un periodo de comunión. Como quien paga una deuda, en su regreso a la competición completó un ciclo fabuloso. Si en la fase clasificatoria del Mundial de 2014 Cristiano metió apenas cuatro goles en ocho partidos —tres a Irlanda del Norte y uno a Luxemburgo— ahora ha cuadruplicado su producción. Solo falta que lo convalide ante Suiza.

Cristiano se juega algo más que una clasificación. Considerando que el Mundial de Qatar le pillará con 37 años, el partido de esta noche constituye la puerta de acceso al último Mundial al que llegará en condiciones de dejar una huella importante. Eliminado en la primera fase en Brasil, en los cuartos en Sudáfrica y en las semifinales en Alemania, se trata de un torneo con el que tiene cuentas pendientes.

Suiza no es un obstáculo cualquiera. La impronta balcánica —11 jugadores convocados desde 2016 provienen de la inmigración— ha dado a este equipo un sorprendente aire aguerrido. “No sabemos jugar para el empate”, dice Vladimir Petkovic, el seleccionador, que suma diez victorias consecutivas. Un punto más y el campeón de Europa estará en el purgatorio.

Sobre la firma

Archivado En