“Courtois y el Atlético se hicieron un favor mutuo”

A Thibaut Courtois (Bree, Bélgica, 25 años) se le vio por primera vez en el Vicente Calderón en agosto de 2011 en un partido de Liga ante Osasuna que terminó con empate a cero. En realidad, para un portero de 19 años recién llegado a España, no encajar un gol en su debut no es mal comienzo. De hecho, el belga terminó la temporada levantando la copa de la Liga Europa. Courtois defendería la portería rojiblanca en 153 partidos más a lo largo de tres temporadas —encajó un total de 125 goles y fue dos veces ga...

A Thibaut Courtois (Bree, Bélgica, 25 años) se le vio por primera vez en el Vicente Calderón en agosto de 2011 en un partido de Liga ante Osasuna que terminó con empate a cero. En realidad, para un portero de 19 años recién llegado a España, no encajar un gol en su debut no es mal comienzo. De hecho, el belga terminó la temporada levantando la copa de la Liga Europa. Courtois defendería la portería rojiblanca en 153 partidos más a lo largo de tres temporadas —encajó un total de 125 goles y fue dos veces galardonado como Zamora del campeonato—, y regresó de su cesión al Chelsea, con el que esta noche visita por primera vez el Wanda Metropolitano.

“Courtois dio un rendimiento grandísimo”, reconoce Abel Resino, histórico portero del Atlético en las décadas de los ochenta y los noventa, y el guardameta que más jornadas ha mantenido su portería a cero en Primera (13). “Era una incógnita pero se afianzó en la portería de una manera magistral. Que el equipo defendiera de esa forma tan solidaria le ayudó. El Atlético le hizo mejor portero, el equipo remontó y él fue uno de los pilares fundamentales. Se hicieron un favor mutuo”, asegura.

Su espigada figura (199 centímetros) no impidió a ojos de Resino que Courtois se desenvolviese como portero de reacción rápida. “En mi época los porteros altos eran más torpes, y como que les costaba más moverse porque no estaban bien coordinados. Hoy se han mejorado esas debilidades con nuevas técnicas de entrenamiento. Los porteros han mejorado en todos esos aspectos que antes no tenían: la velocidad de reacción, la anticipación... Hoy la tienen y con su envergadura tapan mucha más portería. Porteros como yo actualmente hubiéramos desaparecido porque el prototipo de ahora va más cerca del 1,90 que del 1,80”, advierte Resino.

Con 25 años, Courtois acumula siete temporadas en la alta competición —cumple su cuarto año como titular en el Chelsea—, un recorrido sumamente prematuro a ojos de Abel. “En mi época los porteros empezaban a ser porteros a partir de los 28 años. Antes se entendía que estabas en un proceso de aprendizaje continuo. Sin embargo, a los 28 se decía que estabas más asentado, que tenías más aplomo y experiencia, y salvo raras excepciones a los porteros se les daba la oportunidad de jugar más tarde que a los demás”, recuerda. “En el caso de Courtois no ha sido así, empezó siendo un niño y sigue siéndolo y le queda mucho recorrido todavía por delante para beneficio de su club”, apunta.

La llegada de Oblak en 2014 para cubrir el hueco del belga supuso un reto extra para el esloveno —que con 16 millones de euros de traspaso se convirtió además en el portero más caro de la Liga—, que, sin embargo, ha logrado afrontar con garantías. “Son dos de los mejores porteros a nivel mundial. Dos porteros que tienen características parecidas. Además, tienen una cosa de mi época que me parece muy destacada, y es que intentan blocar más que despejar. Hubo un momento en el que se puso de moda despejar la pelota, quitarse el balón de en medio, y el portero atajador da mucha más seguridad al equipo”, completa Resino.

Entre el carné de identidad de Courtois y Oblak, pasado y presente de la portería del Atlético, hay solo un año de diferencia -el esloveno tiene 24-, aunque ambos se han convertido en dos de los mejores exponentes de una misma generación. “Si acaso Oblak le mejora en concentración”, apuntilla Resino.