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La vida era atacar

La historia de El Tarangu, peculiar ciclista asturiano

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La actuación de José Manuel Fuente, El Tarangu, en la Vuelta a España de 1971 estaba siendo catastrófica. Un día le sacaron la lista de primas que llevaba ganadas y estaba a cero. “Me cago en mi madre, mañana veréis”, contestó. Y al día siguiente pasó el primero por casi todos los puertos, llevándose los premios correspondientes.

Pero algo no iba bien. Un día fue a ver a un compañero al hospital y le confesó: “No ando ni para atrás. No valgo ni para trabajar 50 kilómetros”. Y su compañero, ingresado, terminó dándole ánimos a él. Un inesperado giro del destino hizo que lo llamar...

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La actuación de José Manuel Fuente, El Tarangu, en la Vuelta a España de 1971 estaba siendo catastrófica. Un día le sacaron la lista de primas que llevaba ganadas y estaba a cero. “Me cago en mi madre, mañana veréis”, contestó. Y al día siguiente pasó el primero por casi todos los puertos, llevándose los premios correspondientes.

Pero algo no iba bien. Un día fue a ver a un compañero al hospital y le confesó: “No ando ni para atrás. No valgo ni para trabajar 50 kilómetros”. Y su compañero, ingresado, terminó dándole ánimos a él. Un inesperado giro del destino hizo que lo llamaran para el Giro de Italia de aquel año. Y allí, en Pian de Falco, al atacar y ganar la etapa usando el plato grande, nació el mito. Y su idilio con el público por vivir en un ataque casi permanente.

En El Tarangu (Lloviendo letras), Óscar Cudeiro presenta al peculiar ciclista asturiano a través de los testimonios de los que fueron sus compañeros y amigos. Una personalidad repleta de rarezas, pero cargada de honestidad y de lealtad, además de un sentido del humor muy asturiano. Y, también, un tipo que al igual que el Hearst de Ciudadano Kane, guardaba con más ilusión un trofeo “pequeñín” por un cuarto puesto en juveniles que los grandes títulos que logró como profesional.

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