La Real Sociedad remonta a un Celta con grietas atrás

Dos goles en los minutos finales premian el esfuerzo del equipo vasco por sostenerse en el partido ante un rival que durante bastantes minutos le superó

Segundo gol de Maxi Gómez a la Real Sociedad.Salvador Sas (EFE)

Bajo una intensa solana lucieron resplandecientes Celta y Real Sociedad para deparar un bello espectáculo futbolístico con cinco goles, alternativas, una remontada y la resolución en los instantes finales cuando el equipo de Eusebio Sacristán empató primero por mediación de Juanmi y se llevó los puntos después con un penalti transformado por Willian José. En la cuenta final del partido debe considerarse que dos tantos de la Real llegaron tras gruesos errores del equipo gallego.

El Celta siempre quiso mandar, con balón y sin él, siempre con jerarquía y sobre todo con capacidad para detec...

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Bajo una intensa solana lucieron resplandecientes Celta y Real Sociedad para deparar un bello espectáculo futbolístico con cinco goles, alternativas, una remontada y la resolución en los instantes finales cuando el equipo de Eusebio Sacristán empató primero por mediación de Juanmi y se llevó los puntos después con un penalti transformado por Willian José. En la cuenta final del partido debe considerarse que dos tantos de la Real llegaron tras gruesos errores del equipo gallego.

El Celta siempre quiso mandar, con balón y sin él, siempre con jerarquía y sobre todo con capacidad para detectar donde tenía el rival sus puntos flacos. La veta estaba en la banda derecha, en la zurda de la Real, que defendía sin apenas ayudas el liviano lateral Kevin. Hacía allí percutieron Iago Aspas, Hugo Mallo y Daniel Wass, una suerte de desembarco que descubrió a la Real despreocupada. Aspas no cejó de avisar durante los primeros minutos, de gritar que por allí estaba el camino. Pero el fútbol es insondable y no deja de ofrecer respuesta inesperadas: el Celta llegó a su primera ventaja por el otro flanco, en el único caracoleo efectivo de Pione Sisto en toda la tarde. Colocó la pelota en el segundo palo, en el que tapaba justamente Kevin, que no pudo, esta vez por arriba, con Wass. La pelota la cazó al vuelo Maxi Gómez para dejarla en la red.

El remate en escorzo, alertó sobre un delantero que sabe donde está la portería y advirtió a unos y otros sobre las cualidades del chico, un uruguayo sobre el que apenas había referencias cuando se conoció que el Celta iba a pagar 4,3 millones de euros por el 80% de su ficha. La wikipedia apuntaba que había anotado 29 goles en 47 partidos de liga con Defensor; youtube mostraba a un nueve de area, un tipo fornido sin descollantes recursos técnicos. Es una apuesta sin prisa, un delantero que debe de crecer a la sombra de Guidetti o incluso del atacante que todavía busca el equipo. O buscaba. Porque con el sueco lesionado, Maxi Gómez se ha presentado esplendoroso con dos goles en un partido de postín, dos lujosas resoluciones y un aroma a Gudelj charrúa.

Atrás han quedado las persecuciones individuales que patrocinaba Berizzo para regresar al “decíamos ayer” de Unzué, que ya había estado en la cocina celeste con Luis Enrique antes de la llegada del entrenador argentino. Da igual. El equipo responde porque mantiene su esencia y a unos magníficos futbolistas que este año además no tendrán la exigencia de la competición continental. Y padece donde ya lo hacía. El Celta va a dar más de un susto y se llevará algunos porque no duda en salir desde atrás con el balón por el piso y cuando le encierran no acierta a ser contundente. Se asustó con el primer empate, un error del portero Sergio Álvarez en esa suerte, un mal pase que interceptó Oyarzabal para resolver a un toque con calidad y despejar algún fantasma: el campeonato pasado había sufrido un calvario para ver puerta.

Willian José, delantero de la Real Sociedad, pugna con Cabral.Salvador Sas (EFE)

La Real fue aseada durante los minutos de dominio celeste y pegó duro cuando lo necesitó. Pudo marcar antes que nadie con un libre directo ejecutado por Canales que se fue cerca de la meta, pero siempre fue un paso por detrás y el Celta le castigó en dos ocasiones, la segunda en otra excelente maniobra de Maxi Gómez que tras un saque de esquina al primer palo se deslizó hacia el segundo. Allí llegó la pelota y un sutil remate a la red.

El partido viró cuando se acercó a su resolución. Se enmendó Sergio Álvarez en un brillante despeje a chut de Illarra, al que como a todo el centro del campo donostiarra se le debió de ver algo más. Unzué buscó blindaje en la medular con Hernández y Lobotka, un industrioso centrocampista, pero entregó las llaves del partido. La Real se fue hacia arriba, el Celta aceptó el repliegue y demostró una vez más que le va mejor cuanto más lejos de su portería se para. El empate, a diez minutos del final, premió un encaje de bolillos de la Real con brillante definición en un pase filtrado de Willian José y una definición excelsa de Juanmi, que es un matador.

Con la decepción de verse igualado en dos ocasiones, un equipo reconstruido para contener, con Maxi Gómez ya reemplazado y un rival que, tras el segundo empate, puso todos sus argumentos ofensivos sobre el verde con Willian José, Juanmi y el reaparecido Agirretxe, el Celta se fue a pique. Concedió un penalti en un error de Jonny sobre Vela. No mereció la derrota el Celta, pero tampoco se puede tildar de afortunada a la Real, que supo trabajar un partido exigente. En el fútbol, como en la vida, no siempre aparece Salomón.

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