Xavi Llorens: “Acabo los partidos como si hubiera hecho un maratón”

El técnico del Barcelona, que se despide esta temporada del banquillo, analiza su paso por el fútbol femenino

Barcelona -
Xavi Llorens, en la Ciudad Deportiva del Barcelona. Carles Ribas

Xavi Llorens (Barcelona, 59 años) compaginaba su trabajo en el puerto de Barcelona con el de entrenador en el fútbol formativo del Barça. “Me encantaba entrenar a alevines e infantiles y eso era lo que, después, me gustaba con las chicas; estábamos más cerca de la Masia que del Camp Nou”, explica el técnico. En 2006, le ofrecieron hacerse cargo de un fútbol femenino que andaba desahuciado. En su primer año al frente, el equipo descendió. Un purgatorio que sirvió de trampolín: en los últimos 11 años, las chi...

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Xavi Llorens (Barcelona, 59 años) compaginaba su trabajo en el puerto de Barcelona con el de entrenador en el fútbol formativo del Barça. “Me encantaba entrenar a alevines e infantiles y eso era lo que, después, me gustaba con las chicas; estábamos más cerca de la Masia que del Camp Nou”, explica el técnico. En 2006, le ofrecieron hacerse cargo de un fútbol femenino que andaba desahuciado. En su primer año al frente, el equipo descendió. Un purgatorio que sirvió de trampolín: en los últimos 11 años, las chicas de Llorens ganaron cuatro Ligas, tres Copas de la Reina y consiguieron lo nunca visto en el fútbol español, treparon a las semifinales de la Champions. En su legado figura, además, que fue el primer entrenador de Messi, que moldeó a jugadores como Iniesta, Alba y Cesc, y que se pasaba horas hablando de fútbol con Johan Cruyff. Esta campaña dice adiós a los banquillos. Antes, tiene un último reto: levantar la Copa: su Barça se enfrenta hoy al Valencia en las semifinales.

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Pregunta. ¿Usted es el Cruyff del fútbol femenino?

Respuesta. No lo creo, Johan son palabras mayores; pero hay gente que me lo dice. En el femenino no teníamos nada, éramos un equipo que peleaba en la parte baja de la tabla. Y a fuerza de trabajo y de aprender a sufrir, hemos ido creciendo. Ni los más optimistas pensaban que íbamos a ganar. Ahora tenemos algo importante. Solo hay que ver los diarios.

P. ¿Le cambió mucho la vida?

R. Sí. La gente me para en la calle y me dice: “Ahora a ganar”. Es el precio y no me molesta. Pero me gusta separar las cosas y, cuando estoy en mi vida privada, no quiero hablar de fútbol. Yo no voy por la vida preguntándole a la gente por su trabajo.

P. ¿Le preguntan por las chicas o por Messi?

R. Me comienzan a preguntar por el femenino y después me preguntan por todo: qué pienso del primer equipo o del club. La gente, en general, busca lo negativo. Pero esto es algo que no pasa solo con el fútbol.

P. ¿Y qué piensa?

R. ¿Del femenino o del club?

P. Empecemos por las chicas.

R. No fue un año malo. Hemos peleado por la Liga hasta la última jornada con el Atlético de Madrid y tuvimos dos ocasiones importantes para ganarla: ante el Santa Teresa en Badajoz (2-0) y contra el Atlético en el Mini (1-1). Si, ante el Atlético, hubiéramos marcado ese gol en la última jugada, habríamos ganado. Llegamos a las semifinales de Champions, que no está nada mal, y ahora estamos en las semifinales de la Copa. Pero somos un club que quiere ganar y levantar títulos. Entonces, nos queda esta pequeña amargura, pero el crecimiento del femenino en el Barça es increíble. Y cada vez tira a más.

Contra el PSG teníamos tantas ganas de gustar, que nos atenazó

P. ¿Si los chicos hubiesen ganado la Champions, se hubiera disimulado más que el femenino no conquistara la Liga?

R. Este club es así, dependemos del primer equipo, que es el que tira de todo. Sin embargo, no creo que el Barça haya hecho una temporada mala: ganaron la Copa y han dado la cara en todas las competiciones. Que tuvieron sus dudas y defectos… eso les pasa a todos. Hasta el Madrid que ha ganado cosas, tuvo sus dudas en la temporada. Ganar es difícil y aquí estamos mal acostumbrados.

P. ¿Ni en su sueño más ridículo pensaba que iba a ganar todo lo que ganó?

R. Trabajamos para mejorar, pero hemos conseguido más cosas de las que pensábamos. Sobre todo por cómo estaba el femenino y por las diferencias que teníamos con las grandes potencias de Europa. Sin embargo, como somos tan competitivos, siempre queremos más. Y eso cansa.

P. ¿Quién se cansó de quién: usted o las chicas?

R. Me voy porque llevo 11 años con las chicas y casi 30 entrenando. Tengo 59 años, es el momento. Quería llegar a los 60, pero estos dos últimos años han sido muy duros y difíciles. A lo mejor, si hubiéramos ganado la Liga el año pasado no me hubiese desgastado tanto. Pero este año, desde noviembre, tenía muy claro que, si el club me ponía facilidades, dejaba el banquillo.

Xavi Llorens. Carles Ribas (EL PAÍS)

P. ¿Qué es lo que quema tanto en el Barça?

R. Le insisto, más que quemar, cansa. Cansan el banquillo, la tensión... Que quieres controlar todo y no puedes. Cansa que las cosas no salgan bien, que cuando pierdes te sientes el centro de todo.

P. ¿Lo habló con Luis Enrique?

R. Lo hemos hablado siempre entre nosotros, con Luis Enrique, con Gabri (técnico del Juvenil A), con Gerard (Barça B) y, en su momento, con Johan y con Tito. Estamos solos, por más staff que tengas. Si a los ayudantes les desgasta, imagínese al que toma las decisiones. Después de los cuartos de Champions (eliminaron al Rosengard) bajó el presidente y me preguntó: “¿No estás contento?”. Le contesté: “Sí, pero estoy muy cansado”. Acabo los partidos como si hubiera hecho un maratón.

P. ¿Cruyff veía los partidos del femenino?

R. Sí. Además, en Holanda las chicas tienen fama de que juegan muy bien. Él siempre me animaba. Me decía: “Jolín, que bien juegan tus chicas. Parece mentira lo que eran o lo que son”. También me animan Charly o jugadores como Andrés [Iniesta] o Leo [Messi]. Todos son conscientes de lo que estamos haciendo y conocen a las jugadoras, saben sus nombres. Hoy, las chicas son conocidas. Hay mucha gente que las espera después de los partidos para sacarse fotos con ellas.

Con el femenino hemos conseguido más cosas de las que pensábamos

P. ¿Esta fama repentina les pudo haber afectado?

R. Cada una lo lleva de manera diferente, alguna peor, otra mejor. Gestionar todo esto no es fácil. No estás pensando solo en el fútbol. Creo que en el Mini, contra el PSG (en las semifinales de la Champions), nos pesó jugar el primer partido en casa. Teníamos tantas ganas de gustar a la gente, de ganar por ellos, que eso nos atenazó. Jugamos mucho mejor en París que en Barcelona.

P. ¿Se quiere despedir con la Copa?

R. Me gustaría por ellas y también para que sea la cerecita de mi pastel. Pero como no he querido vivir de los resultados, me iré orgulloso de lo que hemos hecho. Todo esto va mucho más allá de los títulos. Con el tiempo valoraré más donde estaba el femenino y hacia donde lo hemos llevado.

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