Obradovic: “Tengo la misma ambición que hace 25 años”

El técnico del Fenerbahçe afronta el reto de conquistar su novena Euroliga con el Olympiacos de Spanoulis como último obstáculo

Zeljko Obradovic, en la rueda de prensa previa a la finalJuan Carlos Hidalgo (EFE)

Zeljko Obradovic se sentó en la sala de prensa del Sinam Erdem con porte de catedrático resabiado, tan hastiado como orgulloso de explicar la lección por enésima vez. En su 16ª Final Four, el entrenador serbio intentará lograr su novena Copa de Europa con el Olympiacos de Spanoulis como último obstáculo. “Jugamos en casa, estamos en el escenario ideal y en un buen momento como equipo, pero las finales son partidos especiales”, sentenció con enigmática solemnidad. Los periodistas comenzaron entonces una batería de preguntas intentando que el druida revelara su fórmula, pero Obradovic gestionó l...

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Zeljko Obradovic se sentó en la sala de prensa del Sinam Erdem con porte de catedrático resabiado, tan hastiado como orgulloso de explicar la lección por enésima vez. En su 16ª Final Four, el entrenador serbio intentará lograr su novena Copa de Europa con el Olympiacos de Spanoulis como último obstáculo. “Jugamos en casa, estamos en el escenario ideal y en un buen momento como equipo, pero las finales son partidos especiales”, sentenció con enigmática solemnidad. Los periodistas comenzaron entonces una batería de preguntas intentando que el druida revelara su fórmula, pero Obradovic gestionó las claves con modestia. “Tenemos que estar muy concentrados durante los 40 minutos y ser tan intensos como en la semifinal ante el Real Madrid. No hemos ganado nada todavía y aún no hay nada que celebrar. Yo preparo el duelo con la misma concentración, pero al final son los jugadores los que toman las decisiones sobre la pista y resuelven los partidos”, apuntó antes de pedir a sus aficionados respeto para el rival y su hinchada. En la Euroliga del todos contra todos, los dos primeros equipos de la temporada regular, Real Madrid y CSKA, descabalgaron en semifinales y el título se lo disputarán el tercer y el quinto clasificado de la tabla. Los precedentes anuncian más igualdad en la pista que en la grada. Olympiacos ganó en el Pireo en el cierre de la primera vuelta (71-62), y el Fenerbahçe se desquitó en la vuelta con un ajustado (67-64).

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Hace 25 años, también en Estambul, comenzó el mito del entrenador más ganador de Europa. Aquel año, en el legendario Abdi Ipekçi, el Partizán de Fuenlabrada rindió al Joventut de Badalona con un triple sobre la bocina de Djordjevic y permitió a Obradovic levantar la primera de sus ocho Euroligas en el año de su debut como entrenador. Desde entonces, 16 presencias en la Final Four y 31 títulos en 26 años de carrera. ¿Qué ha cambiado desde aquel primer título en 1992?, le preguntaron a Obradovic, que antes de responder soltó una carcajada. “Si vemos fotos de entonces se ven claramente los cambios, pero lo que no ha cambiado es mi ilusión y mi ambición. Tengo buenos recuerdos del pasado, pero solo me importa el duelo de mañana”, remató.

La última frontera de Obradovic en esta Final Four será el Olympiacos pero, sobre todo, Spanoulis. La distancia entre los dos protagonistas se escenificó en una comparecencia en la que el técnico del Fenerbahçe no sólo no dedicó ningún elogio al líder del equipo rival sino que ni siquiera mencionó su nombre. Obradovic y Spanoulis, que ganaron juntos la Euroliga de 2009 en el Panathinaikos, no se hablan y hasta se procesan un cierto odio mutuo. La causa, la salida del jugador griego rumbo a Olympiacos, el eterno rival, algo que el técnico serbio consideró una traición personal. “No nos enfrentamos solo a un jugador sino a un gran bloque que se ha merecido llegar a esta final. Llevan muchos años al máximo nivel y tendremos que ser muy duros mentalmente para ganarles”, cerró Zeljko.

Printezis ejerció de capitán de Olympiacos en la rueda de prensa de presentación de la final. Spanoulis velaba armas en el hotel tras su exhibición ante el CSKA con 10 puntos en los últimos minutos para resolver el partido. "No nos rendimos y eso nos llevó al triunfo. No jugamos bien, pero llegamos a tiempo para hacernos con el partido. La experiencia nos ayudó. La confianza te permite tener las ideas en los finales ajustados y eso es algo que se construye con los años", afirmó tras rendir al conjunto ruso. Después de su gesta en semifinales, a Spanoulis también le preguntaron por las claves de su iluminación en los instantes del miedo. "No sé cómo lo hago, simplemente trato de ayudar al equipo, de dar lo mejor de mí. Gracias a Dios pudimos ganar", sentenció. “Representa la diferencia entre un gran jugador y un líder. Lo difícil en la vida y en el baloncesto es encontrar soluciones en los momentos críticos y él lo hace como nadie”, completó Printezis.

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