“¡Qué bueno eres, Marcelo!”

Los jugadores se rinden al defensa, que supera a Roberto Carlos como el extranjero con más victorias ligueras en el Madrid

Marcelo celebra el gol de la victoria contra el Valencia.Javier Lizón (EFE)

Cuando Gil Manzano pitó el final del encuentro entre Madrid y Valencia, James corrió con su chubasquero negro a coger a Marcelo en brazos. Lo levantó como si fuera un trofeo. Lo enseñó al público del Bernabéu, que había aguantado hora y media de lluvia y cinco minutos de taquicardia. Se lo enseñó orgulloso a todos, como si estuviese diciendo: aquí está el que ha ganado el partido. “¡Qué bueno eres, Marcelo!”, le gritaron todos sus compañeros, según contó más tarde Dani Carvajal. Con la de ayer, Marcelo se convierte en el extranjero con más victorias ligueras en la historia del Madrid (212 en 2...

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Cuando Gil Manzano pitó el final del encuentro entre Madrid y Valencia, James corrió con su chubasquero negro a coger a Marcelo en brazos. Lo levantó como si fuera un trofeo. Lo enseñó al público del Bernabéu, que había aguantado hora y media de lluvia y cinco minutos de taquicardia. Se lo enseñó orgulloso a todos, como si estuviese diciendo: aquí está el que ha ganado el partido. “¡Qué bueno eres, Marcelo!”, le gritaron todos sus compañeros, según contó más tarde Dani Carvajal. Con la de ayer, Marcelo se convierte en el extranjero con más victorias ligueras en la historia del Madrid (212 en 290 partidos, por las 211 de Roberto Carlos en 370 citas).

Ocho minutos antes de que James saliera escopetado del banquillo, cuando el lateral brasileño marcó el gol de la victoria, fue a buscar a Ramos. Se le subió al cuello señalando el escudo con el índice. Danilo fue el primero en saltar desde la banda, todos entraron al césped y montaron una piña enorme. Hasta Benzema se dejó poseer por el espíritu de la remontada y empezó a dar golpes al banquillo. Celebración, sí, pero también desahogo.

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“Sí, sí que se tiembla más. Es el final de temporada, el estrés, los nervios. Pero desde el principio del partido no estuvimos acertados, un poco de ansiedad tenemos, luego la soltamos, jugamos y hacemos cosas buenas. Si no matas el partido sufres. En Coruña [el miércoles contra el Deportivo] sí lo hicimos, hoy tuvimos ocasiones para cerrarlo. Es así, eso significa que todavía podemos mejorar”, analizó Zidane, al que le preguntaron si la incapacidad de cerrar los partidos se debe a que sus jugadores empiezan a sentir la presión.

“Teníamos que sacar el alma y al final lo hicimos, corriendo todos y luchando todos”, explicó Marcelo. El gol de falta de Parejo dejó helado al equipo. Mientras en el banquillo miraban el reloj para ver cuánto tiempo había para no complicarse la vida en la Liga, Marcelo y Ramos se giraron hacia la afición con los brazos en alto para pedir su apoyo. “Es muy grande el empuje que nos dan”, aseguró el brasileño.

Una vez más, para que el Madrid sacase el alma tuvo que verse contra las cuerdas. Entonces sí puso una marcha más. ¿Por qué siempre necesita verse contra las cuerdas el equipo para reaccionar? ¿Es pasotismo, se dejan llevar o hay miedo a ese mano a mano con el Barcelona?, le preguntaron a Zidane. “Lo digo por experiencia, a veces jugando cada tres días y sabiendo que el martes hay un partido importantísimo [ida de las semifinales de Champions contra el Alético], piensas: ‘vamos a controlar el partido’. Pero sabemos que esta afición nos ayuda a sacar más energías”, contestó el técnico francés.

El poder de los laterales

Se refirió a sus dos laterales —que lideran la clasificación de defensas con más asistencias en Liga y Champions— como a “los mejores del mundo”. Marcelo marcó el gol de la victoria —y posiblemente un gol que vale media Liga— y Carvajal dio la asistencia en el primer tanto. “Además de sus tareas defensivas, tienen un protagonismo ofensivo más que lo normal. Es un plus para el equipo. ¿Que si son los pilares del Madrid ahora mismo? Son dos pilares igual que todos los jugadores que tengo”, aseguró Zidane. “Si podemos dar esa profundidad es porque los mediocentros nos echan una mano y los centrales están cerca. No hay Madrid A o Madrid B sino Real Madrid Club de Fútbol. Este es un equipo trabajado y si los laterales somos importantes es porque el míster nos da libertad para llegar a la línea de fondo”, argumentó Carvajal.

Al lateral español le preguntaron si el equipo juega en el alambre. “No, esto es fútbol y los partidos son difíciles, el Valencia es un gran rival; si hubiésemos marcado el penalti todo habría sido diferente, igual hubiésemos ganado 4-0 al adelantar ellos las líneas. Quedan cuatro finales y hay que ir a por ellas”, contestó. Las cuatro finales son de Liga. La semifinal del martes contra el Atlético es de Champions. Y a Zidane le preguntaron por el once y por si jugará Isco o si es demasiado lujo tenerle fuera. “Yo tengo que pensar en el grupo”, zanjó el técnico francés.

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