El Atlético de Madrid rescata un punto ante el Alavés

Los de Simeone, vulnerables y sin juego, se llevaron un empate de Mendizorroza ante un Alavés valiente que mereció la victoria

Griezmann intenta mantener el balón rodeado de rivales.VINCENT WEST (REUTERS)

De milagro y sin merecerlo salvó el Atlético de Madrid un punto en Mendizorroza. Más vulnerable que nunca, sin juego y con todos sus grandes estiletes desaparecidos, los de Simeone estuvieron a merced de un Alavés que se desfondó y mereció llevarse la victoria de un partido en el que reinaron Marcos Llorente y Camarasa, omnipresente. Solo Moya, salvador en algún que otro momento, dio la talla en el bando rojiblanco.

Desde el inicio estuvieron los guiones marcados en Vitoria. El Alavés mandaba y el Atlético, desdibujada, aguantaba como podía el poderío de Llorente y el descaro de Camaras...

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De milagro y sin merecerlo salvó el Atlético de Madrid un punto en Mendizorroza. Más vulnerable que nunca, sin juego y con todos sus grandes estiletes desaparecidos, los de Simeone estuvieron a merced de un Alavés que se desfondó y mereció llevarse la victoria de un partido en el que reinaron Marcos Llorente y Camarasa, omnipresente. Solo Moya, salvador en algún que otro momento, dio la talla en el bando rojiblanco.

Desde el inicio estuvieron los guiones marcados en Vitoria. El Alavés mandaba y el Atlético, desdibujada, aguantaba como podía el poderío de Llorente y el descaro de Camarasa. Ni ellos, ni Ibai ni Deyverson estuvieron acertados en ninguna de las veces que probaron a Moya. Tampoco le acompañó la suerte a Laguardia, que vio como su acrobático remate se topaba con el travesaño. Sufría el Atlético, que hacía aguas atrás y no daba señales arriba, donde solo Griezmann trataba de rascar algo a base de fogonazos estériles.

No varió el guion en el segundo acto. Quería el Alavés, no podía el Atlético. Con Theo entrando como un puñal por el costado una y otra vez, volvieron a perdonar los de Pellegrino. Y por muy poco, por la palma de Pacheco, no lo pagaron. Un despeje en pleno sufrimiento de la zaga atlética dejó solo a Gaitán ante el meta, que cuando iba a ser sorteado por el argentino se sacó una mano prodigiosa para evitar la injusticia mayor. Al final, empate con sabor a poco para el Alavés y con sensación de preocupación para el Atlético.

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