El tridente olvida a ‘Busi’

El juego se simplificó tanto en favor del tridente, que cuando se pierde se mira al 5

Willy Caballero atrapa el balón ante la presión de Messi.PETER POWELL (EFE)

Hay un jugador que sale señalado en cada derrota del Barça y no es un cualquiera sino que se trata de Busquets. Alguno de los goles encajados y ocasiones concedidas han llegado después de que el mediocentro perdiera el balón por la presión del rival, como se vio ante el City. Hay veces incluso en que el centrocampista cede más pelotas a sus defensas (24) que a los interiores (20) y a los delanteros (11), como constató El Periódico en el Etihad. ...

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Hay un jugador que sale señalado en cada derrota del Barça y no es un cualquiera sino que se trata de Busquets. Alguno de los goles encajados y ocasiones concedidas han llegado después de que el mediocentro perdiera el balón por la presión del rival, como se vio ante el City. Hay veces incluso en que el centrocampista cede más pelotas a sus defensas (24) que a los interiores (20) y a los delanteros (11), como constató El Periódico en el Etihad. Muy exigido por su equipo, porque no tiene sustituto, Busquets se ha convertido en la diana de los contrarios, que le atacan sin descanso, sabedores de que si fuerzan su error llegarán hasta Ter Stegen.

Ante tal afrenta, Busquets no solo necesita ponerse en forma, sino que precisa de líneas de pase, la colaboración de los laterales y volantes y sobre todo el esfuerzo de Messi, Suárez y Neymar. Hasta cierto punto sorprende que el futbolista más solidario, y también el que más defiende al colectivo sea el que menos ayuda recibe de su equipo, entregado al tridente, una fórmula tan resolutiva como comprometedora para el estilo del Barça. El fútbol barcelonista no ha salido siempre desde el puesto del 4, la demarcación de Milla, Koeman y Guardiola y también de Márquez o Edmilson, sino que la fuente de alimentación también se ha situado en la demarcación del 6 y del 8, dos puestos hoy agotadores y por tanto los más afectados por las rotaciones de Luis Enrique.

El juego se simplificó tanto en favor del tridente, habitualmente decisivo —Messi suma 15 goles; Suárez, 10 y Neymar, 6; 31 de 49 goles— que cuando se pierde, se mira a Busquets. Los delanteros actuaron como jugadores de equipo en el Etihad hasta el 0-1 y fueron solistas a partir del 1-1. Y, con o sin evolución, hay dos principios irrenunciables en el Barça: pasarse bien el balón y ser generosos en la defensa de lo que significa Busi.

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