Portugal-Francia | “Es la final soñada para nosotros”

Más de un millón de portugueses, la tercera comunidad de inmigrantes más importante de Francia, contemplarán la final con el corazón dividido

Aficionados portugueses celebran el pase a la final. FILIP SINGER (EFE)

La final entre Francia y Portugal tendrá un sabor especial para los miles de portugueses que desde el siglo pasado optaron por buscarse la vida en el país vecino. Algunos de ellos contemplarán el partido con el corazón dividido, pero lo cierto es que la gran mayoría, arraigados a sus orígenes, animarán a La Seleçao en busca de su primera Eurocopa. La colonia portuguesa, con más de un millón de inmigrantes, es la tercera más importante del país, solo por detrás de la de Argelia y Marruecos, dos ex colonias del imperio francés.

El dilema de estos portugueses es uno de los temas tabú en lo...

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La final entre Francia y Portugal tendrá un sabor especial para los miles de portugueses que desde el siglo pasado optaron por buscarse la vida en el país vecino. Algunos de ellos contemplarán el partido con el corazón dividido, pero lo cierto es que la gran mayoría, arraigados a sus orígenes, animarán a La Seleçao en busca de su primera Eurocopa. La colonia portuguesa, con más de un millón de inmigrantes, es la tercera más importante del país, solo por detrás de la de Argelia y Marruecos, dos ex colonias del imperio francés.

El dilema de estos portugueses es uno de los temas tabú en los locales de París. Paulo, un albañil de 46 años que se marchó de Braga a los 21 en busca de una vida mejor, lo tiene claro. "Francia me ha dado mucho, pero el domingo hablarán la sangre y el corazón. ¡Força Portugal!", exclama desde le Comptoir du Faubourg, una cafetería de culto de la afición del Benfica. Mickaël, un camarero de 20 años, hijo de inmigrantes portugueses, también animará a los de Cristiano, su ídolo: "Si La Seleçao no se hubiera clasificado para la final, claro que habría apoyado a Francia pero Portugal son mis orígenes y eso no se cambia", comenta en perfecto francés, mientras asegura que el fútbol es una de las pocas cosas que le hacen recordar sus orígenes cuando está en el país galo.

Muchos portugueses emigraron a Francia a partir de los años 60 huyendo de la dictadura de Salazar y de las guerras coloniales en busca de trabajo en un país que se encontraba en crecimiento. "La comunidad portuguesa edificó su mayor chabola en la localidad de Champigny-sur-Marne, al este de París. En ella convivieron hasta 12.000 personas", explica a France Pressela historiadora Marie-Christine Volovitch-Tavares. Otros campamentos, más pequeños, salieron a la luz en Saint-Denis, junto al estadio en el que se celebrará la final, y en Argenteuil. La mayoría de inmigrantes trabajaba entonces en las inmensas obras de la carretera de circunvalación de París y en la edificación de los barrios de los suburbios de la capital, las famosas banlieues. Hoy, más de 50 años después, hay 600.000 portugueses en Francia según un recuento del Instituto Nacional de Estadístic, cifra que aumenta a 1,2 millones si se incluye a los binacionales y a los hijos descendientes de inmigrantes.

Influyentes en el fútbol

La magnitud de la comunidad portuguesa ha alcanzado tal volumen que su impacto se refleja en el deporte francés. Muchos clubes de fútbol de las grandes ciudades tienen lazos portugueses, como el Créteil Lusitanos parisino de Tercera División, el más grande de ellos. Creado por un grupo de obreros de la localidad de Saint-Maur, su actual presidente, Armand Lopes, fue condecorado por los presidentes de Portugal y Francia. "Es la final soñada para nosotros. Portugal no se ha mostrado muy eficiente en el torneo, pero Francia también ha sufrido. Los dos se lo merecen", declara.

Como muchos de sus compatriotas, Armand Lopes ve injustas las críticas sobre la trayectoria y el juego de los de Fernando Santos. Mickaël, el joven franco-portugués, observa que ningún rival consiguió eliminar a los suyos. "Merecimos estar en la final, para nada es un robo", sostiene. Pero Mickaël, al igual que Paulo, admiten que, pase lo que pase, se juntarán a la multitud que desfilará en los Campos Elíseos para celebrar la victoria del ganador de la Eurocopa. "Porque el fútbol es sobre todo una fiesta y los franceses son nuestros amigos", dicen.

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