Día histórico para Islandia en París

Hasta 30.000 aficionados nórdicos llegan a Francia para presenciar el duelo de cuartos. Es un 10 % de la población de la isla

Seguidores de Islandia se preparan para viajar a Francia desde el aeropuerto de Keflavik.KARL PETERSSON (AFP)

Ha llegado el gran día para Islandia. La selección del país nórdico se enfrenta este domingo (21.00 horas; Telecinco) al país anfitrión de la Eurocopa: Francia, y a sus jugadores estrella, como Griezmann o Pogba, pero sobre todo a sus 67 millones de aficionados. Un reto mayúsculo para la cenicienta del torneo. Un desafío para el que contará con el apoyo incondicional de todo un país. Hasta 30.000 islandeses han desembarcado estos días en...

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Ha llegado el gran día para Islandia. La selección del país nórdico se enfrenta este domingo (21.00 horas; Telecinco) al país anfitrión de la Eurocopa: Francia, y a sus jugadores estrella, como Griezmann o Pogba, pero sobre todo a sus 67 millones de aficionados. Un reto mayúsculo para la cenicienta del torneo. Un desafío para el que contará con el apoyo incondicional de todo un país. Hasta 30.000 islandeses han desembarcado estos días en París para presenciar los cuartos, o lo que es lo mismo, un 10% de la población de la isla, ni más ni menos.

Muchos de ellos llegaron este sábado a la capital francesa, como Pieters, un operario de 42 años que acabó en un pub de la place de Clichy, una zona muy frecuentada por hinchas de toda Europa desde el inicio de la competición. Pieters viajó desde Reikiavik, la capital islandesa, junto con un grupo de amigos. “No me podía perder un día así. Es algo histórico para todo el país. Va más allá del fútbol. Cuando ganamos contra Inglaterra, no me lo pensé dos veces. Hablé con mi jefe para tener un día libre en el trabajo y me compré un billete para estar aquí”, declara el corpulento hombre con voz entusiasmada.

Hasta 14 vuelos aterrizaron en París el sábado desde Reikiavik. Me llena de ilusión ver a tanta gente con la bandera de Islandia. Están todos muy alegres y tranquilos Bergling Asgeirdottir, embajadora de Islandia en Francia

Pieters no dispone de entrada para presenciar el partido esta noche desde las gradas del estadio de Saint-Denis, pero no le importa. Estará en un bar con sus colegas. Disfrutando de la emoción del momento, probablemente con una pinta de cerveza. Son pocos los islandeses que tendrán el privilegio de ver el partido dentro del estadio, con capacidad para 80.000 personas. Entre 6.000 y 10.000 estarán en las gradas para animar a los suyos, una cifra modesta que llena sin embargo de orgullo a la embajadora del país en Francia, Bergling Asgeirdottir. “Hasta 14 vuelos aterrizaron en París el sábado desde Reikiavik. Es algo considerable para nosotros. Fui por las calles para encontrarme con mis conciudadanos y lo que puedo decir es que me llena de orgullo y de ilusión ver a tanta gente con la bandera de Islandia aquí en París. Están todos muy alegres, felices, tranquilos”, dijo al micrófono de la emisora francesa RTL.

La expectación que despierta el partido es tan fuerte y tan inesperada que su trascendencia traspasa las propias fronteras de Islandia. Se multiplicó por 100 la venta de productos oficiales relacionados con la selección entrenada por Heimir Hallgrímsson y Lars Lagerbäck, según contaba esta semana un artículo económico del diario italiano La Stampa, pues la compañía que fabrica las prendas de Islandia, Errea, está afincada en el país transalpino. Curiosamente, donde más se vendió la camiseta de Islandia esta semana fue en Escocia, tal y como lo recoge Il Sole 24 Ore. “La mayoría de las ventas de camisetas desde la victoria contra Inglaterra procedió de un país en desacuerdo con el Brexit. La eliminación de Inglaterra de la Eurocopa se celebró como una autentica victoria para Escocia”, observa La Repubblica.

Fans de Islandia siguen el partido contra Inglaterra ante una pantalla gigante en Reykjavik.HALLDOR KOLBEINS (AFP)

Ante tanto entusiasmo, el conjunto islandés se prepara para vivir otra noche histórica. Sus aficionados también. Muchos de ellos simpatizaron por la noche del sábado con sus homólogos franceses en un ambiente relajado, lejos de los enfrentamientos entre hinchas radicales que azotaron el torneo a principios de la competición. Pieters, el operario, recordaba que esto era solo un partido de fútbol, un juego al que toda una isla se ha sumado para empujar lo más lejos posible a unos jugadores ya convertidos en héroes nacionales pase lo que pase la noche de este domingo contra Francia. París, como escribía Hemingway, sí que es una fiesta.

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