La sabiduría de Jack Nicklaus guía a Jon Rahm

El golfista vasco moldeado en Arizona, líder en su debut profesional con siete birdies en la primera ronda,

Jon Rahm, tras un birdie en el hoyo 13.Patrick Smith (AFP)

Pocos golfistas han debutado en el circuito de la PGA a los 21 años terminando líderes el primer día con una ronda de 64 golpes (-7, siete birdies y 25 putts) en el Congressional, cerca de Washington DC. Pocos golfistas son como Jon Rahm, por supuesto, el vizcaíno de Barrika que, en un alarde de temple y carácter, la semana pasada fue capaz de terminar con +6 el primer día tormentoso en Oakmont del Open de Estados Unidos y resistir y acabar el domingo con el par del campo y solo un golpe más en su tarjeta total (+7), clasificado 23º y mejor amateur del grande.

Hace un año, cuando ya era...

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Pocos golfistas han debutado en el circuito de la PGA a los 21 años terminando líderes el primer día con una ronda de 64 golpes (-7, siete birdies y 25 putts) en el Congressional, cerca de Washington DC. Pocos golfistas son como Jon Rahm, por supuesto, el vizcaíno de Barrika que, en un alarde de temple y carácter, la semana pasada fue capaz de terminar con +6 el primer día tormentoso en Oakmont del Open de Estados Unidos y resistir y acabar el domingo con el par del campo y solo un golpe más en su tarjeta total (+7), clasificado 23º y mejor amateur del grande.

Hace un año, cuando ya era una estrella del golf universitario de Estados Unidos, en Arizona, e iba camino de que le nombraran mejor amateur del mundo, Rahm contaba que era golfista gracias a Severiano Ballesteros, que quería seguir los pasos de Severiano Ballesteros, que quería hacer algo grande en el golf. El jueves, nada más terminar su primer recorrido como profesional, Rahm habló de otro de los más grandes de la historia del golf, de Jack Nicklaus, con quien habló un rato el domingo pasado durante la entrega de trofeos del Open de Estados Unidos. “Jack sabe mucho de la vida y de golf”, dijo Rahm. “Tiene mucha experiencia, por lo que sabe dar consejos sencillos y claros, nada de complicaciones. Me dijo que simplemente fuera yo mismo y que no intentara hacer más de lo que soy capaz de hacer. Eso hice, y probablemente jugué el mejor golf de mi vida”.

Jugó tan bien Rahm que, entendidas en perspectiva ya no suena tan pretenciosa su afirmación de que pensaba que podía ganar 19 grandes, uno más que los 18 del Oso Dorado, el más grande de la historia. “Sabía que iba a ser difícil rebajar mis expectativas después de lo bien que me fue en el Open, pero lo conseguí, jugué relajado”. Hasta ahora, en este 2016, el mejor debut profesional en el golf ha sido el de Bryson DeChambeau, el gran rival de Rahm en el campo amateur, que terminó cuarto en abril en Hilton Head, con una bolsa de casi 260.000 dólares.

Jon Rahm llegó a los 17 años a Tempe (Arizona), al campus que huele a Phil Mickelson por todas partes, sin saber inglés y muy despistado. Ha sobrevivido, ha salido más fuerte, y no ha olvidado dónde está su corazón, en el escudo del Athletic que sigue llevando bordado en su bolsa de palos, en la que, como profesional que es, con derecho a ganar dinero jugando al golf, como en su gorra ya relucen los logos de sus patrocinadores.

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