Aduriz guía al Athletic para ser quinto

El conjunto vasco derrota con facilidad a un Sevilla que se tomó el partido como un entrenamiento previo a la final de Basilea

El golazo de Raúl García.LUIS TEJIDO (EFE)

El Athletic, el día en que Gurpegui se despidió de San Mamés, se impuso con suma facilidad al Sevilla. Nada tuvo que ver este partido con el de cuartos de final de la Liga Europa. Hace mucho tiempo que los de Emery desconectaron en la Liga, seguros en el séptimo puesto que da derecho a jugar en Europa. Todo fueron regalos para un Athletic más preciso y metido en el partido, que aseguró la quinta plaza y, de paso, se ahorró la disputa de las rondas previas de la Liga Europa.

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El Athletic, el día en que Gurpegui se despidió de San Mamés, se impuso con suma facilidad al Sevilla. Nada tuvo que ver este partido con el de cuartos de final de la Liga Europa. Hace mucho tiempo que los de Emery desconectaron en la Liga, seguros en el séptimo puesto que da derecho a jugar en Europa. Todo fueron regalos para un Athletic más preciso y metido en el partido, que aseguró la quinta plaza y, de paso, se ahorró la disputa de las rondas previas de la Liga Europa.

El Sevilla se tomó el choque como un entrenamiento, lo que alimentó el inagotable instinto goleador de Aduriz, siempre enfermo de gol, atento a los despistes de un equipo que rondaba el peligro cada vez que sacaba el balón jugado. Aduriz definió el choque con dos goles y el Sevilla asustó con el tanto de Juan Muñoz. Con la roja a Kolo, el Athletic aseguró su fenomenal quinto puesto y el Sevilla se despidió de la Liga sin ganar un partido fuera de casa.

A los 10 minutos, un tremendo error de Cristóforo fue bien aprovechado por Raúl García. Su disparo tocó en Nzonzi y fue repelido por Rico. Aduriz, rápido, hizo el primero. Otro despiste de la zaga andaluza fue también aprovechado por el delantero internacional, que hizo el segundo a los 31 minutos. El partido estaba prácticamente sentenciado. Le sobraba al Sevilla, que solo piensa en sus dos finales, con un once plagado de suplentes y canteranos. El Athletic, a lo suyo, se garantizó el quinto puesto, premio a su enorme temporada.

Lo curioso del caso es que fue el Sevilla el que gozó de la primera ocasión. Una gran internada de Iborra, siempre más efectivo de delantero que de centrocampista. Su disparo envenenado lo sacó muy bien Iraizoz. A partir de esa jugada, los errores en la salida del balón condenaron al Sevilla, asfixiado ante la presión del Athletic, con un equipo poderoso del centro del campo en adelante. Nzonzi y Cristóforo perdieron un balón tras otro y el Athletic fue acumulando ocasiones. Aduriz marcó dos goles y Rico evitó que el delantero aumentara en el primer tiempo su formidable registro de goles, que prácticamente le aúpan a ser el máximo goleador español de la Liga con sus 20 goles (El bético Rubén Castro lleva 18 con un partido menos).

Iborra tuvo una buena ocasión al filo del descanso tras la única acción potable de Konoplyanka. El Sevilla, irreconocible, ofrecía muy poco en San Mamés, con la mente puesta en otra cosa, con Emery planteando el encuentro como si fuera un entrenamiento. Entraron Carriço y Krychowiak para disponer de minutos de competición respondiendo a un plan preconcebido, marcó Juan Muñoz su primer gol en Primera y Kolo fue expulsado con roja directa. Lo que había de partido murió en ese momento. Más todavía cuando Raúl García hizo el tercero. El poderoso vuelo del navarro certificó la feliz tarde bilbaína después de un infausto partido del Sevilla. Los andaluces se meten en Europa sin ganar un encuentro fuera de casa, algo que no ha tenido precedentes en la historia de la Liga.

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