El gol vuelve a ser el objetivo de Messi

El argentino, que no se ha estrenado como goleador en un clásico con Luis Enrique, busca el tanto 500 de su carrera.

Messi habla con Suárez antes del inicio del entrenamiento de ayerManu Fernández

Leo Messi regresa de jugar, y golear, en uno de los campos que más le gustan, el que lleva el nombre de Mario Kempes en la Córdoba argentina. Con el gol que celebró ante Bolivia, suma 499 en su carrera, así que apunta ahora al Real Madrid, el rival contra el que más le gusta medirse, o eso dice siempre el rosarino, en su permanente competición contra sí mismo, en esa eterna superación personal, que le llevaría a otro registro para la historia: el gol 500.

Así parece dispuesto a ...

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Leo Messi regresa de jugar, y golear, en uno de los campos que más le gustan, el que lleva el nombre de Mario Kempes en la Córdoba argentina. Con el gol que celebró ante Bolivia, suma 499 en su carrera, así que apunta ahora al Real Madrid, el rival contra el que más le gusta medirse, o eso dice siempre el rosarino, en su permanente competición contra sí mismo, en esa eterna superación personal, que le llevaría a otro registro para la historia: el gol 500.

El mayor goleador en la historia de los clásicos lleva cuatro partidos sin batir al Madrid.  

Así parece dispuesto a honrar a Cruyff y, al tiempo, colaborar en una victoria que eliminaría al Madrid de la lucha por el título. “¿Si lo sabe? Lo de Cruyff, por supuesto, lo de los 500 casi seguro que lo sabrá antes del partido, si no lo sabe ya”, admiten en el vestuario, donde dan por hecho que a Leo, contra el Madrid, no hay que motivarle mucho. Lo dice la evidencia de los datos: en 32 partidos, le ha marcado 21 goles, lo que le convierte en el máximo goleador en la historia de los clásicos. Además, ha dado 13 asistencias, con un balance de 15 victorias, siete empates y nueve derrotas. Y lo verbalizó Iker Casillas, en un programa de televisión con Bertín Osborne: “Leo me ha dado por el saco las veces que le ha dado la gana”. En efecto, la pulga le marcó 17 goles al madrileño en 25 partidos; los otros cuatro los encajó el Madrid con Diego López bajo los palos (en cinco partidos). Messi nunca le ha marcado un gol a los blancos en partido de Copa del Rey y tampoco ha sabido batir a Keylor Navas.

Dicen los que le han visto entrenarse a la vuelta de Argentina en la ciudad deportiva que va como una moto, que se le nota que huele el partido grande que tanto le motiva. “Le he visto la cara y, más allá de la posibilidad de lograr el gol 500 de su carrera, una cifra de otra galaxia que algunos futbolistas, incluido yo, no alcanzaríamos ni sumando los de los entrenamientos, él y sus compañeros están como locos por conseguir la victoria y eso es lo más importante”, aseguró ayer Luis Enrique.

Le marcó 17 goles a Iker  Casillas y cuatro a Diego López pero no se ha estrenado con Keylor Navas.

Resulta, además, que Messi lleva tres partidos de Liga contra el Madrid, cuatro si se añade la última final de Copa, sin catar gol. Una extraña racha tratándose de quien es. Son, curiosamente, los mismos que lleva Luis Enrique sentado en el banquillo del Barcelona en un clásico. “Ese dato igual no lo sabe, pero lo sabrá”, alimentan en el camerino. Resulta que desde el triplete del 23 de marzo de la temporada 2013- 2014 en el Bernabéu, no celebra contra los de Chamartín.

El argentino lleva un año de aúpa: suma 22 goles y 10 asistencias en 25 partidos de Liga. A punto de inaugurar un restaurante en el centro de Barcelona, de la mano de su hermano y de la familia Iglesias, marca reconocida en la gastronomía barcelonesa, Messi está sirviendo también de “fuente de inspiración” a Stephen Curry, vigente MVP de la NBA, y a su equipo, los Golden State Warriors. A falta de cuatro triunfos para superar el récord histórico de victorias en la temporada regular, establecido por los Chicago Bulls de Michael Jordan en 1996, con 72, Curry ha reconocido que Steve Kerr su entrenador, les ha mostrado vídeos de grandes estrellas del fútbol, especialmente de Messi y del Barcelona porque pretende que se fijen “en su estilo de juego, en todo lo que hacen en un solo encuentro y en cómo marcan. Y vimos muchas similitudes entre lo que hacen ellos y lo que hacemos nosotros moviendo el balón y participando todos en diferentes jugadas”.

Le he visto en la cara, a él y a sus compañeros, que está como loco por conseguir la victoria. Luis Enrique, entrenador del Barcelona

Messi, que parece empecinado en darle la razón a Jorge Valdano, cuando dijo que el mejor futbolista del mundo era Leo y el segundo, Messi lesionado, —este curso se ha perdido dos meses, por una lesión— ha marcado 37 de los 143 goles del Barcelona en todas las competiciones esta temporada, el 26% del total del equipo. Stephen Curry es el máximo anotador de la NBA con 30 puntos por partido, el 25% de lo que va de temporada de los Warriors. Hay un dato más que les une: su capacidad para activar a los compañeros: Messi suma 15 asistencias en todas las competiciones, el tercer registro del equipo, mientras que con 6.5 asistencias por partido, Curry es el segundo jugador de los de Oakland en esa faceta del juego.

Vuelve el Madrid al Camp Nou y Messi, listo para una vuelta de tuerca en su eterna superación personal, le espera, con la idea de marcar el gol 500, con la intención de honrar a Cruyff y la inequívoca voluntad de que el Barça deje bien claro quién manda en la Liga.

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