Nadal activa el turbo ante Haase

Tras dejarse un set contra Carreño en su estreno en Doha, el número cinco firma un triunfo incontestable ante el holandés: 6-3 y 6-2, en 66 minutos. Se medirá a Kuznetsov en octavos

Nadal, durante el partido contra Haase.KARIM JAAFAR (AFP)

Después de un despegue incómodo frente a Pablo Carreño, quien le arrebató un set y le hizo correr de lo lindo, Rafael Nadal corrigió el desajuste y despejó cualquier duda: el número cinco del mundo, en este desértico arranque de curso que comenzó con un trofeo simbólico en Dubái y transcurre ahora en Doha, está fino. Como muestra, el 6-3 y 6-2 incontestable ante el holandés Robin Haase, apeado en tan solo 66 minutos, ...

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Después de un despegue incómodo frente a Pablo Carreño, quien le arrebató un set y le hizo correr de lo lindo, Rafael Nadal corrigió el desajuste y despejó cualquier duda: el número cinco del mundo, en este desértico arranque de curso que comenzó con un trofeo simbólico en Dubái y transcurre ahora en Doha, está fino. Como muestra, el 6-3 y 6-2 incontestable ante el holandés Robin Haase, apeado en tan solo 66 minutos, con la agradable noche catarí como telón de fondo. Este jueves, el ganador de 14 grandes se medirá al ruso Andrey Kuznetsov (7-6 y 6-1), 79º en el ranking.

Si la primera aparición de Nadal en esta temporada requirió de un esfuerzo extra para voltear al asturiano Carreño, dos horas exactas de cronómetro, el segundo pulso fue reconstituyente. El de Manacor no dejó en ningún momento maniobrar a Haase, un tronco de 1,90 y 28 años con el que no se topaba desde 2010 (Wimbledon). No le dejó coger aire al holandés y le embistió con un juego que conforme avanza el calendario es más cortante.

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En este inicio de 2016, del año olímpico, la vía por la que transita Nadal es exactamente la misma por la que cerró el curso anterior. La mejoría es notable, tanto en lo que se refiere a movimientos, como a consistencia, como a control de la situación. Físicamente pleno, el de Manacor abarca bien el espacio y localiza posiciones cómodas en los golpeos. Y la derecha liftada, el termómetro, vuelve a despedir fuego. Pero, por encima de todo, el crecimiento se constata desde una solidez proyectada desde hace cuatro meses y que no ofrece rendija alguna a la duda.

La tarjeta de servicio ante Haase así lo refleja. Nadal activó el turbo y despachó al holandés con un 73% de efectividad en el saque, un 76% de puntos asegurados con primeros y 64% con segundos; fiabilidad (solo ocho errores no forzados, frente a 33) frialdad absoluta para desbaratar las dos opciones de rotura de su rival y tino en tres de las seis que él dispuso. Agresivo (aunque firmó 14 ganadores, ocho menos que su oponente), afiló el resto para hacer añicos la productividad del segundo servicio del de La Haya, reducida a un 28%.

"Estoy muy contento con el partido que he realizado. He jugado a un buen nivel y tengo muy buenas sensaciones. "Es el principio y estoy jugando bien. Estoy en un nivel positivo y estoy seguro de que podré hacer lo que quiero", afirmó Nadal tras la victoria, antes de reponer fuerzas y de que aparezca al otro lado de la red Kuznetsov, 79º en la lista de la ATP. Frente al ruso, un único antecedente: el año pasado, en la arena de Roland Garros: 6-1, 6-3 y 6-2. "Es un jugador duro. Pega fuerte a la pelota y se desenvuelve bien desde el fondo. Va a ser difícil", anticipó el español. Hoy día, Novak Djokovic al margen, dueño único de su destino. 

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