No hay tregua para Nani

Las malas noticias para Nani Roma en esta edición del Dakar están empezando a convertirse en una desafortunada constante. El piloto de Mini, que en la jornada del lunes, la primera en la que se pudo correr, quedaba atrapado en una zona de barro que le hizo perder 45 minutos con sus principales rivales, trató de que le descontaran la pérdida a través de una reclamación que elevó a dirección de carrera. En ella aludía que la peligrosidad de la zona no se encontraba debidamente señalizada en el road book (el libro de ruta que recorre los peligros de cada etapa y con el que preparan cada jornada l...

Las malas noticias para Nani Roma en esta edición del Dakar están empezando a convertirse en una desafortunada constante. El piloto de Mini, que en la jornada del lunes, la primera en la que se pudo correr, quedaba atrapado en una zona de barro que le hizo perder 45 minutos con sus principales rivales, trató de que le descontaran la pérdida a través de una reclamación que elevó a dirección de carrera. En ella aludía que la peligrosidad de la zona no se encontraba debidamente señalizada en el road book (el libro de ruta que recorre los peligros de cada etapa y con el que preparan cada jornada los pilotos) y que tampoco advertía de la ubicación de parte del público y de cámaras de televisión, lo que le obligó a cambiar bruscamente de dirección y quedar atrapado. Su reclamación, sin embargo, elaborada de madrugada por los abogados de la escudería, no fue aceptada. Se confirmaba así un segundo mazazo, ya que remontar semejante diferencia en una categoría más abierta que nunca se antoja complicado.

Lo cierto es que durante el briefing (reunión informativa diaria) al que acudieron los pilotos en Villa Carlos Paz la noche del domingo, se les informó de la existencia de esa piscina de barro en la que se quedó atrapado Roma (le ocurrió lo mismo a Xavi Pons), aunque haciendo referencia a que no disponía de una gran profundidad. "Había piedras que parecían puestas ahí para que te las llevaras por delante", comentó Rubén García.

Piloto prioritario

Aun así, Roma consiguió paliar en algo la situación, ya que utilizó su condición de piloto prioritario (un distintivo que concede la organización y que puede utilizarse hasta en tres ocasiones, y al que por ejemplo, también recurrió Laia Sanz en la segunda etapa) para escalar posiciones en la parrilla de salida de ayer. Roma fue 43º pero logró salir desde el 18º lugar en la tercera etapa, compuesta por 663 kilómetros entre Termas de Río Hondo y San Salvador de Jujuy, y en la que se modificó el inicio del tramo cronometrado por motivos meteorológicos —los camiones no pudieron superar el tercer punto de control—.

Roma, molesto y triste tras lo sucedido el lunes ("Es que si me dices que es por un error de conducción o mecánico pues todavía", dijo), logró cruzar el final de la especial con el décimo tercer mejor tiempo (2:16: 16), a siete minutos de distancia del ganador de la etapa, de nuevo el francés Sébastien Loeb, quien suma su segunda muesca particular, confirmando todas las expectativas que pesan sobre el nueve veces campeón del mundo de rallies. Sin embargo, la distancia con los primeros puestos continúa ascendiendo, ya que tras la etapa de ayer se sitúa ya 54 minutos de distancia.

Inmediatamente después de Loeb se coló Carlos Sainz, que solo tardó dos minutos más en completar la especial, lo que confirma su buen estado de forma y las bondades del Peugeot 2008 DKR, puesto que tanto Peterhansel (6º) y Despres (10º) colocaron sus coches entre los diez primeros. Una circunstancia que vista la composición del recorrido del Dakar (la primera semana perjudicaba especialmente a los buggies por tratarse de terrenos rápidos) no parecía probable. Sainz, que vivió un susto el lunes cuando su coche se paró sin previo aviso aunque logró volverlo a poner en marcha, y para el que todavía no encuentra explicación, es décimo.