Ni catalán ni holandés, asturiano

La posesión de la pelota deja de ser indispensable para el Barça de Luis Enrique, como en su momento lo fue para el de Tata Martino

Luis Enrique, en el último partido frente al Rayo. Alberto Estévez (EFE)

“Hay más comparaciones porque no soy ni catalán ni holandés”. El Barcelona del Tata Martino le había ganado al Rayo en Vallecas (0-4), pero había perdido la posesión del balón (51% a 49%), y el técnico rosarino se defendió (como pudo) cuando se le cuestionó un análisis de porqué su equipo se había olvidado del culto a la pelota. Era un 21 de septiembre de 2013 y habían pasado más de cinco años y 316 partidos desde que el Barcelona se quedaba sin el dominio del balón en un partido: el ...

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“Hay más comparaciones porque no soy ni catalán ni holandés”. El Barcelona del Tata Martino le había ganado al Rayo en Vallecas (0-4), pero había perdido la posesión del balón (51% a 49%), y el técnico rosarino se defendió (como pudo) cuando se le cuestionó un análisis de porqué su equipo se había olvidado del culto a la pelota. Era un 21 de septiembre de 2013 y habían pasado más de cinco años y 316 partidos desde que el Barcelona se quedaba sin el dominio del balón en un partido: el último antecedente había sido cuando el cuadro de Rijkaard cayó ante el Madrid un 7 de mayo de 2008 (4-1). “¿Y?”, cuestionó el Tata; “ganamos el partido ¿no?”. Este sábado, también frente al Rayo de Paco Jémez, los blaugrana se quedaron sin el control del cuero (46%). Y Luis Enrique se vistió del Tata, aunque sin el polo pistacho. “La posesión es importante para nosotros, pero es un medio para conseguir el resultado; no un fin”, resolvió, tajante, el asturiano.

Fan de Jémez

Luis Enrique tiene claro que si hay un equipo en la liga española que le puede robar la pelota es el Rayo de Jémez (“Soy un fan de Paco”, alabó el entrenador blaugrana a su homólogo). Por eso, la temporada pasada, en los dos partidos frente a la escuadra de Vallecas, el asturiano prescindió de Rakitic y dibujó un mediocampo con Iniesta y Xavi. Ahora, sin embargo, Xavi está en Catar e Iniesta en la enfermería, así que el preparador del Barcelona se tuvo que arreglar con el vértigo de Rakitic y Sergi Roberto. “En los partidos contra el Rayo siempre pasa lo mismo”, analizó Sergi Roberto; “a ellos les gusta arriesgar y tener la pelota. Sabíamos que aunque no tengamos tanto el balón, íbamos a encontrar espacios a la espalda de sus defensas. Creo que eso fue lo que pasó”.

La paciencia para construir el juego, seña inequívoca de la identidad azulgrana, parecía un estorbo para el Barça el sábado frente en el Camp Nou. El Barcelona no sólo perdió la posesión, sino que distribuyó menos pases (461 de los blaugrana por 555 de los jugadores del Rayo) y la portería de Bravo tuvo más visitas que la de Toño (22 por 13 respectivamente). “No hemos podido ganar en el marcador, pero les hemos ganado en muchas cosas y me voy orgulloso con eso”, aseguró Paco Jémez. “Cuando se plantean partidos de este tipo buscamos crear ocasiones. No me preocupa perder la posesión ante equipos como el Rayo, el Celta o el Bayern”, respondió el asturiano. No sucedió lo mismo el curso pasado con Xavi e Iniesta comandando desde la medular. El Barça se adueñó del cuero en los dos partidos (59% de posesión en la primera vuelta y 57% en la segunda) y repartieron más pases que su rival (535 por 372 en la ida y 549 por 406 en la vuelta). Con control y pausa, el Barça probó en los dos encuentros más a portería. En cualquier caso, tanto en la temporada pasada como el sábado, el marcador siempre se tiñó de azulgrana.

Y eso es lo importante para Luis Enrique. Para el asturiano, como para El Tata, el marcador manda más que la pelota. “¿Sabes cuántos puntos tenemos?”, le respondió el técnico del Barcelona a un periodista que le cuestionó la fragilidad defensiva de su equipo. El Barça del asturiano suma 18 puntos, los mismos que el líder.

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